PHILOKALIA-TERMOS — AGON — LUTA, COMBATE
VIDE: askesis; praktike; praxis; Combate Espiritual
Evangelho de Jesus: Filipenses 1:29-30; Col 2:1; 1Tes 2:2; 1Ti 6:12; 2Ti 4:7; Heb 12:1
A visão de luta espiritual de Orígenes penetrou na corrente de todas as futuras tradições de orientação ascética (askesis) dos mundos da Grécia e do Oriente Próximo. Ela envolveu o ser humano num diálogo solene e contínuo com os poderes intangíveis que roçavam a mente. Porque, "se somos dotados do livre arbítrio, é muito provável que alguns seres espirituais sejam capazes de nos exortar ao pecado, e outros, de nos assistir rumo à salvação".
Os anjos (aggelos) e demônios (diabolos) eram tão próximos dos cristãos do século III quanto o são os aposentos contíguos. A alma livre se expandia no amor ou resvalava de novo para uma saciedade entorpecida, conforme sua opção de "buscar conselheiros" nos espíritos invisíveis e poderosos que se achavam tão perto de todas as pessoas. Nos momentos de intensa oração (euche), por exemplo, o fiel podia sentir, na serenidade (hesychia) imperturbável da mente, o toque do silêncio tranquilo dos espíritos angelicais que estavam ao lado de todos os cristãos, amorosamente interessados em que todos os seres humanos se unissem a eles em sua irrestrita adoração de Deus.
Cercado por todos os lados por ajudantes invisíveis e sedutores invisíveis, o fluxo de pensamento (logismos) dos cristãos raramente podia ser considerado neutro. A devoção e as resoluções firmes irrompiam na consciência através da disposição da alma de cooperar com seus guias angelicais. Essas presenças protetoras traziam à tona as propriedades sadias da pessoa, tão misteriosa e intimamente quanto o contato com os cataplasmas curativos mobilizava as energias de humores situados muito abaixo da pele. Os temas das meditações dos cristãos despontavam no "coração" (kardia) com um poder que muitas vezes revelava recursos mais profundos que os da mente consciente e isolada: Abençoado é o homem cuja aceitação está em Ti, Senhor: Tua ascendência está em seu coração.
Frithjof Schuon: Schuon Combate; Schuon Pérolas Peregrino; Schuon Esoterismo Principio Via
Henry Corbin – (Corbin Homem Luz))
Reconocer a los tres adversarios [[la naturaleza, el alma inferior y el demonio] es fijar experimentalmente sus formas de aparición. Najm Kobrâ no construye de ningún modo una teoría; describe los acontecimientos reales que se desarrollan en el mundo interior, en el «plano de la apercepción visionaria» (maqâm al-moshâhada), en el orden de realidad que corresponde propiamente al órgano de percepción que es la facultad imaginadora. Ahí la naturaleza de las criaturas, la existencia natural wojûd), «es sobre todo una completa tiniebla; cuando su purificación ha comenzado, toma ante ti el aspecto de una nube negra. En tanto es la sede del demonio (shaytân), aparece rojiza. Cuando son corregidas y aniquiladas las excrecencias y se implantan por el contrario las aspiraciones legítimas, su aspecto adquiere progresivamente la blancura de una nube blanca (el cumulus). En cuanto al alma inferior, cuando hace su primera aparición, su color es un azul profundo; tiene el aspecto de algo que nace o brota, semejante al del agua que mana de una fuente. Si es sede del demonio, aparece semejante a una doble nacencia de tinieblas y de fuego, sin que le sea posible mostrar otra cosa, pues no hay ningún bien en lo demoníaco. Ahora bien, eso es lo que el alma derrama, lo que desborda y se vierte sobre toda la naturaleza del hombre; por eso toda la pedagogía espiritual depende del alma. Cuando es sana y pura, el flujo que derrama es el del Bien, y es el Bien lo que germina de la existencia natural; si el flujo es el del Mal, germinará el Mal. El demonio es un fuego impuro mezclado con la tiniebla de la impiedad, bajo una forma monstruosa. A veces adopta la forma de un negro gigantesco, con una forma terrible. Prodiga los esfuerzos para penetrar en ti. Si quieres conseguir que renuncie a su propósito, recita interiormente: "Oh tú, ayuda de los que piden tu ayuda, ayúdame"» (§ 7). Tal como dice otro gran sufí: «Satanás se burla de todas tus amenazas. Lo que le espanta es ver una luz en tu corazón», es decir, que tomes conciencia de lo que es. Ahora bien, ya hemos visto (supra § 67 citado in fine III, pág. 46) que, como cualquier otra realidad espiritual, Satanás no es exterior a ti mismo; sus esfuerzos para «penetrar en ti» no son más que una fase de la lucha que se libra en tu interior.
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