Soler Hieroteo

Josep Soler — Pseudo Dionísio Areopagita
NOTA SOBRE «HIEROTEO»
«Muy cercano al divino Pablo», según la afirmación de Dionisio, se halla su preceptor y maestro de quien él no es más que un divulgador y del que quisiera limitarse solamente a describir, para las mentalidades más simples, de forma resumida y simplificada, sus profundas doctrinas (ND II, 9, 10); de su supuesto maestro cita, procedentes de unos «Elementos Teológicos» (ND, II, 10), un breve fragmento. El capítulo IV de la misma obra contiene tres citas procedentes de unos «Himnos Amatorios» (ND, IV, 15, 16 y 17).

La existencia de un Libro de San Hieroteo (Mss. en el Museo Británico, Add. 7189), se conocía por la amplia descripción dada por Rosen y Forshall en 1838. En 1886, Frothingham publicó su monografía «Stephen bar Sudaili the Syrian Mystic and the Book of Hierotheus». Finalmente, F. S. Marsch publicó el texto y la traducción: «The Book which is called The Book of the Holy Hierotheos» (Londres, 1927).

En el capítulo «Hierotheos, the Book of Hierotheos and the writings of Pseudo-Dionysios» (págs. 233 a 255), Marsch analiza el texto y su posible relación con los escritos de Dionisio y concluye que probablemente el Hieroteo citado por Dionisio nada tiene que ver con el texto contenido en El Libro de San Hieroteo y que, aún más probablemente, jamás existió como maestro del Pseudo-Dionisio; con todo, adelanta una hipótesis sugestiva: el autor que podría esconderse bajo su talante cristiano es, quizá, Proclo. Hemos señalado antes una hipótesis, mucho más reciente, en la que se alude a la posibilidad de que Dionisio fuese en realidad Damascio.

Éste fue discípulo, en Alejandría, de Amonio, discípulo a su vez de Proclo; estas filiaciones son interesantes e incitan a un posterior y más profundo estudio: los puntos de contacto entre Proclo y los textos que Dionisio atribuye a «Hieroteo» no dejan de ser notables; por otra parte, la influencia de Proclo sobre Dionisio es innegable (vid. pág. 43 sobre el cap. IV de los ND). Proclo es asimismo autor de unos «Elementos Teológicos» y de él nos han llegado también ocho «Himnos» (vid. Orphica, recensuit Abel, E., Leipzig, 1885; pág. 276 ss.).

En resumen, según Marsch, se puede decir que el único Hieroteo conocido en la Iglesia primitiva no fue un personaje histórico sino el carácter creado, todo o en parte, por la imaginación de Dionisio y que nada del texto editado por él puede relacionarse con las obras de Dionisio.

Marsch cree detectar unas ciertas semejanzas entre el Libro de Hieroteo y el «corpus» dionisíaco aunque más tarde Hausherr demostrará no ser esto cierto.

Irénée Hausherr, profesor en el Instituto Pontificio de Estudios Orientales, señala a Esteban bar-Sudaili como indudable autor del texto publicado por Marsch (vid. Orientalia Christiana, Vol. XXX, 3 (Roma, 1933, pág. 180); el libro se escribió en lengua siria y no fue traducido a ninguna otra lengua hasta que Marsch, en 1927, lo editó en inglés.

Hausherr (pág. 194) concluye su análisis demostrando que el «Libro de Hieroteo» es posterior a los escritos areopagíticos y que Dionisio nada debe a éste: «Résumons: le Livre d’Hiérothée n’a pas été composé d’une seule inspiration. Le fond de sa doctrine provient tout entier d’Evagre le Pontique, et la première ébauche ne contenait pas autre chose. Les pensées dionysiennes qui se trouvent dans le texte définitif n’y occupent pas une place essencielle et pourraient en être absentes sans dommage pour la théorie centrale. Il semble légitime par conséquent de conclure qu’elles ont été introduites lorsque le livre était achévé dans ses lignes maîtresses.»

Y en la pág. 198 concluye: «Substantiellement Denys et le Livre d’Hiérothée sont independents l’un de l’autre: l’un c’est “Proclus christianizans”, l’autre, c’est Evagre le Pontique interprété avec une logique entièrement affranchie de toute considération d’orthodoxie.»