viento (Eckhart)

Existe también otro indicio y símil: Dicen los maestros que por debajo del cielo hay un fuego, extendido en todo el derredor, y a causa de él ninguna lluvia ni viento ni tempestad ni tormenta pueden acercarse tanto al cielo desde abajo que algo lo pueda tocar; antes de llegar al cielo, todo se quema y se arruina por el ardor del fuego. Exactamente del mismo modo, digo yo, todo cuanto sufrimos y obramos por amor de Dios se hace dulce en la dulzura de Dios antes de llegar al corazón de aquel hombre que obra y sufre por Dios. Pues justamente esto significa la palabra que dicen: «por Dios», ya que nada llega jamás al corazón a no ser fluyendo a través de la dulzura divina en la cual pierde su amargura. Además, lo quema el fuego ardiente del amor divino que encierra en sí por doquier al corazón del hombre bueno. TRATADOS EL LIBRO DE LA CONSOLACIÓN DIVINA 2

Ahora preguntarás acaso: ¿Qué es el desasimiento ya que es tan noble en sí mismo? A este respecto debes saber que el verdadero desasimiento no consiste sino en el hecho de que el espíritu se halle tan inmóvil frente a todo cuanto le suceda, ya sean cosas agradables o penosas, honores, oprobios y difamaciones, como es inmóvil una montaña de plomo ante (el soplo de) un viento leve. Este desasimiento inmóvil lo lleva al hombre a la mayor semejanza con Dios. Porque el que Dios sea Dios, se debe a su desasimiento inmóvil y gracias a éste Él tiene su pureza y su simpleza y su inmutabilidad. Y por eso, si el hombre ha de asemejarse a Dios – en cuanto una criatura pueda tener semejanza con Dios – esto debe suceder mediante el desasimiento. Luego, este (último) arrastra al hombre a la pureza y desde la pureza a la simpleza y de la simpleza a la inmutabilidad; y estas cosas producen semejanza entre Dios y el hombre; y la semejanza debe darse en la gracia, ya que la gracia arrebata al hombre separándolo de todas las cosas seculares, y lo purifica de todas las cosas perecederas. Y has de saber: estar vacío de todas las criaturas significa estar lleno de Dios, y estar lleno de todas las criaturas, significa estar vacío de Dios. TRATADOS DEL DESASIMIENTO 3

Si te amas a ti mismo, amas a todos los hombres como a ti mismo. Mientras le tienes menos amor a un solo hombre que a ti mismo, nunca has llegado a amarte de veras, con tal de que no ames a todos los hombres como a ti mismo, a todos los hombres en un solo hombre: y este hombre es Dios y hombre. De modo que va por buen camino el hombre que se ama a sí mismo y ama a todos los hombres como a sí mismo; y éste sí va por buen camino. Algunas personas dicen empero: Prefiero a mi amigo que me hace el bien, a otro hombre. Eso está mal, es una imperfección. Sin embargo, hay que dejarlo pasar, así como alguna gente cruza el mar a medio viento y llega también (a destino). Así sucede con las personas que prefieren un hombre a otro; es natural. Si yo lo amara en verdad como a mí mismo, cualquier cosa que le pasara, ya sea alegría, ya sea pena, ya sea muerte, ya sea vida, todo esto me gustaría tanto si me acaeciera a mí como a él, y ésta sería verdadera amistad. SERMONES: SERMÓN XII 3

Esta (forma de) mirar debe tener carácter doble: que depongamos lo nocivo y suplamos aquello de que carecemos. Ya he dicho en otras oportunidades: Quienes ayunan mucho y pasan mucho tiempo en vela y hacen grandes obras, mas no corrigen sus defectos ni su conducta, en lo cual consiste el verdadero progreso, se engañan a sí mismos y el diablo se burla de ellos. Un hombre poseía un erizo con el que se enriqueció. Vivía cerca de un lago. Cuando el erizo notaba hacia donde soplaba el viento, se le erizaba el cuero y volvía el lomo hacia ese lado. Entonces el hombre iba al lago y decía a (los barqueros): «¿Qué queréis darme si yo os indico hacia donde sopla el viento?», y (de esta manera) vendía el viento y se hizo rico. Así también el hombre de veras se enriquecería de virtudes, si examinara cuál era su lado más flaco para corregirse y hacer un esfuerzo por superar esa (flaqueza). SERMONES: SERMÓN XXXII 3