Orígenes — DOS PRINCÍPIOS
Pai e Filho
De Principiis I, 3,3
3. Que todas las cosas han sido creadas por Dios, y que no hay ninguna criatura que exista, sino por haber derivado de Él su ser, está establecido en muchas declaraciones de la Escritura; así quedan refutadas y rechazadas aquellas aserciones falsamente alegadas por algunos respecto a la existencia de una materia coeterna con Dios, o de almas inengendradas, en las que Dios no tendría que implantar tanto el poder de la existencia, como la igualdad y el orden.
Para hasta en el pequeño tratado llamado El pastor o El ángel del arrepentimiento, compuesto por Hermas, tenemos lo siguiente: “En primer lugar, creemos que hay un Dios que creó y ordenó todas las cosas; quien, cuando nada existía anteriormente, causó que todas las cosas fueran; quien contiene todas las cosas, pero Él no es contenido por ninguna”.
Y en el Libro de Enoc2i también tenemos descripciones similares. Hasta ahora no he hallado pasaje alguno de las Escrituras que sugiera que el Espíritu Santo sea un ser creado, ni siquiera en el sentido en que, como he explicado, habla Salomón de que la Sabiduría es creada,25 o en el sentido en que, como dije, han de entenderse las apelaciones del Hijo como “vida” o “palabra”. Por tanto, concluyo que el Espíritu de Dios que “se movía sobre las aguas” (Gn 1,2) no es otro que el Espíritu Santo. Ésta parece la interpretación más razonable; pero no hay que mantenerla como fundada directamente en la narración de la Escritura, sino en el entendimiento espiritual de la misma.