TELEIOS — PERFEITO, COMPLETO, MADURO


Sede vós, pois, perfeitos, como é perfeito o vosso Pai celestial. (Mt 5:48)

Disse-lhe Jesus: Se queres ser perfeito, vai, vende tudo o que tens e dá-o aos pobres, e terás um tesouro no céu; e vem, segue-me. (Mt 19:21)


Designa aquele que alcançou o terceiro estado da vida espiritual, a contemplação (theoria).


Jean-Claude Larchet: TERAPÊUTICA DAS DOENÇAS ESPIRITUAIS
Los Padres asimilan la salud del hombre al estado de perfección al cual está destinado por naturaleza y — como la perfección para el ser humano es ser deificado — está en su naturaleza misma llegar a ser dios por la gracia. Dios, en efecto, creó al hombre a su imagen y semejanza (Gen 1,26) y le dio, desde su origen — inscribiéndolo en su mismo ser — la posibilidad de conformarse enteramente a Él. «Yo he dicho: todos ustedes son dioses» (Sal 81,6) nos hace saber la voz del salmista. El hombre es una criatura que ha recibido el mandamiento de llegar a ser dios, afirma s. Basilio el Grande y s. Gregorio Nacianceno escribe del mismo modo: «Cuando el Hijo inmortal (… ) creó al hombre, le dio como finalidad ser dios él mismo».

Desde su creación, el hombre poseía ya una cierta perfección: 1) la perfección de sus facultades espirituales y particularmente su inteligencia — imitación de la de Dios — capaz de permitirle conocer al Creador; 2) la de su voluntad libre creada a imagen de la de Dios, que lo hacía capaz de orientar todo su ser hacia Él; 3) la de todas sus potencias de deseo y amor, rasgos que reproducen en él la caridad divina, permitiéndole unirse a Dios.

La perfección de estas facultades provienen, por una parte, de que son creadas por Dios a imagen de las suyas propias, de que son, en el hombre, un icono de las facultades divinas; y por otra parte, que contienen la capacidad de asimilarlo enteramente a Dios, a condición, sin embargo, de que no se aparten de Él: como puede hacerlo por la libertad, sino que se abran permanente y totalmente a su Gracia.


René Guénon: O PERFEITO
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Maurice Nicoll: A FLECHA NO ALVO
TELEIOSIS = perfeição, cumprimento

Bem-aventurada aquela que creu que se hão de cumprir (teleiosis) as coisas que da parte do Senhor lhe foram ditas. (Lc 1:45)

Zosimus Panopolitanus habla de una teleiosis (τελειωσις) transformación que es la meta del ser humano. Al hablar de la teleiosis (τελειωσις) del alma, menciona cierto espejo. Cuando el alma se mira en este espejo, ve todo aquello de lo cual ha de desprenderse o librarse. Zosimus pregunta: ¿Qué instrucción se le ha dejado al hombre? Conócete a ti mismo. Se refiere al espejo. “Ella (la instrucción) indica el espejo espiritual (pneumático) e intelectual (noético). ¿Qué es este espejo, entonces, sino el espíritu divino? Al verse en él, el hombre se aleja de todo lo que llama dioses y demonios.” Se entrega a un proceso de purificación por medio del instrumento que es el espejo, y esto se convierte en el espíritu santo. Así se transforma en un hombre perfecto. A través de este espejo ve, eventualmente, que Dios está en él mismo mediante el espíritu santo y a la luz de los ojos espirituales.

El pasaje completo dice así: “Este espejo representa el espíritu divino. Cuando el alma se mira en el espejo, ve todas las cosas vergonzosas que hay en ella, y las rechaza; hace desaparecer sus manchas y la deja sin mácula. Cuando está purificada, imita y toma como modelo al espíritu sagrado; se convierte en el espíritu mismo; posee calma, e incesantemente vuelve a aquel estado superior en el que uno conoce a Dios y es conocido (de Dios). Entonces, habiendo quedado sin mancha, se libra de sus ataduras y (se eleva) hada el Omnipotente. ¿Qué dice la sentencia filosófica? «Conócete a ti mismo». Con ello indica el espejo espiritual e intelectual. ¿Qué es, pues, este espejo, sino el espíritu divino y primordial? A menos que uno diga que es el principio de principios, el Hijo de Dios, el Verbo, aquel cuyos pensamientos y sentimientos también proceden del espíritu sagrado.”

Tal la explicación del espejo. Cuando el hombre se mira y se ve en él, vuelve el rostro de todo lo que llama dioses y demonios. Y asiéndose a este espíritu sagrado, se convierte en un hombre perfecto; ve que Dios está en él por mediación de este espíritu santo.

“Contempla tu alma por medio de este espejo espiritual del electro, hecho de las dos inteligencias, o sea del Hijo de Dios y el Verbo unidos al Espíritu Santo y llenos de la espiritualidad de la Trinidad.” (Hermética)

Cristo dice: “Si quieres ser perfecto…” (Mateo, XIX, 21) (teleios — τελειος). Los misterios que antiguamente se enseñaban en Eleusis, Ática y otras partes, se llamaban teletai (τελεται), terminación, perfeccionamiento. Su significado era que completaban al hombre mediante una instrucción gradual del conocimiento de la verdad divina.

Los misterios se distinguieron siempre de las religiones populares, que eran a menudo bárbaras y elementales. Al parecer, estos misterios han existido siempre como un río oculto de conocimiento, en tanto que las religiones populares surgían para en seguida caer.