PASIÓN (páthos): la pasión es aquella tensión que el alma “padece” con respecto de cuanto se le puede presentar como bien o como mal. Algunos padres tienden a ver las pasiones siempre como fundamentalmente malas, con enfermedades del alma y, por lo tanto, debe ser eliminadas radicalmente. Otros, sin embargo, sostienen que las pasiones son impulsos buenos, puestos por el Creador en el hombre, y que luego se pervirtieron con el pecado. En este caso, más que suprimir la pasión, se hablará de un retorno a su valor original, sustancialmente orientado hacia Dios y hacia la salvación. Naturalmente, este retorno no podrá producirse mediante una banal “reeducación” de las pasiones, sino mas bien mediante la reinserción de todo el hombre en Cristo, por medio del bautismo, los sacramentos y el camino concreto de una vida evangélica, con la mortificación de los miembros que se encuentran sobre la tierra (cf. Col 3:1-10).
«Apego al propio yo» como traducción de «eigenschaft». En su Meister Eckehart, Deutsche Predigten und Traktate (Munich, p. 470), Quint señala que no es fácil traducir «eigenschaft» = «propiedad, posesión». Eckhart usaría la palabra para reproducir la «proprietas» de los escolásticos, pero casi nunca en el sentido exacto de «cualitas» latina. Se trataría de una relación personal para con algo que se tiene o no se tiene, pero no de las cualidades objetivas de la propiedad.
Volviendo sobre el concepto de «eigenschaft», Quint (t. 1 p. 26 nota 1) afirma que «todavía no se ha alejado de su acepción fundamental de propiedad» de modo que esta última conserva aún su peso a pesar de los muchos matices que muestra la palabra en la obra eckhartiana, lo cual dificulta enormemente su traducción. En nuestra versión «apego al yo» implica, pues, el hecho de que uno se considere propiedad de sí mismo.