AGATHON — BEM, PRINCÍPIO SUPREMO, SUMMUM BONUM

O ser e o bem estão estreitamente ligados como a coisa ao seu sentido, à sua razão. Na natureza de cada ser, segundo a Filosofia, está implícita a necessidade de realização do seu próprio bem. E, na verdade, para ser alcançado, o fim requer uma ação coerente que una o sujeito ao seu objeto. Trata-se, como vemos, de uma questão de atividade. — Pode a ação humana servir à natureza de um cavalo? Não, evidentemente. Nem a ação de um lobo carniceiro pode servir à nossa natureza. Dizia Heráclito de Éfeso, em seu fragmento número 9: “Os asnos prefeririam a palha ao ouro,” e, no fragmento número 13: “Os porcos alegram-se na lama.” 1 E o Mestre supremo: “Não deis aos cães o que é santo, nem atireis as vossas pérolas aos porcos” (Mt 7,6).

Pode considerar-se feliz aquele que age em harmonia com e no sentido do seu fim. A extremada penitência dos antigos ascetas pode causar estranheza ao homem moderno, como também o formidável ato de heroicidade exemplificado pelo martírio. Diz Santo Inácio de Antioquia: “Sou trigo de Deus, serei triturado pelos dentes das feras para tornar-me o puro pão de Cristo.” Mas a verdade é que, em tais ações, a santidade proclamava a vitória do Cristo, achando-se a própria vida na sua perda: “Quem perde a sua vida por causa de mim, vai achá-la” (Mt 10,39).


Frithjof Schuon: PÉROLAS DO PEREGRINO
A vontade do Bem e o amor do Belo Philokalia são as concomitâncias necessárias, de repercussões incalculáveis, do conhecimento (gnosis) do Verdadeiro (aletheia).

Ananda Coomaraswamy: METAFÍSICA
Cuerpo (soma), alma (psyche) y espíritu (pneuma): ¿puede uno u otro de estos ser igualado con el Diablo (diabolos)? No el cuerpo, ciertamente, pues el cuerpo en sí mismo no es ni bueno ni malo, sino solamente un instrumento o medio para el bien o para el mal. Tampoco el espíritu (pneuma) — intelecto (nous), sindéresis (sophrosyne), consciencia, Agathos Daimon — pues este es, por hipótesis, la parte mejor y más divina del hombre, en sí mismo incapaz de error, y nuestro único medio de participación en la vida y en la perfección que es Dios mismo. Queda solamente el «alma»; esa alma que debe «odiar» todo aquel que quiera ser discípulo de Cristo y a la cual, como nos recuerda (San Pablo), la Palabra de Dios (logos) como una espada de doble filo «separa del espíritu»; un alma que San Pablo debe haber «perdido» para ser capaz de decir verdaderamente que «Vivo, pero no yo, sino Cristo en mí», anunciando así, como Mansur, su propia teosis. ¿Quién es «Satán» Y «Dónde Está El Infierno»?
Así pues, los Daimones Agathos y Kakos, los sí mismos Limpio y Sucio, Cristo y Anticristo, habitan ambos en nosotros, y su oposición está dentro de nosotros. El Cielo y el Infierno son las imágenes divididas del Amor (agape) y la Cólera (orge) in divinis, donde la Luz (phos) y la Obscuridad son indivisas, y el Cordero y el León yacen juntos. En el comienzo, como todas las tradiciones testifican, el cielo y la tierra eran un uno y un junto; esencia y naturaleza son uno en Dios, e incumbe a cada hombre juntarlas de nuevo dentro de sí mismo. ¿Quién es «Satán» Y «Dónde Está El Infierno»?

  1. Os Filósofos Pré-Socráticos, Editora Cultrix, São Paulo, MCMLVII.[]