Orígenes — Contra Celso
Dios se apareció a Abrahán, pero no siempre
Y no es de maravillarse que no todas las muchedumbres que creyeron en Jesús vieran su resurrección, cuando Pablo, escribiendo a los corintios, de los que piensa no son capaces de más, dice: “Por mi parte, juzgué no saber nada entre vosotros, sino a Jesucristo, y éste crucificado” (1Cor 2, 2). Lo mismo viene a decir este otro pasaje: “Porque no erais aún capaces, ni lo sois aún, pues todavía sois carnales” (1Cor 3, 2-3). De este modo, pues, la Escritura, que todo lo hace con juicio divino, consignó acerca de Jesús que, antes de su pasión, se manifestaba sencillamente a todos, aunque tampoco siempre; mas después de la pasión, ya no se manifestó así, sino con cierta selección que medía a cada uno lo que le convenía. Y como se escribe que Dios se apareció a Abrahán (Gen. 12, 7), o a alguno de los santos (48, 3), pero esta aparición no era continua, sino a intervalos y no se concedía a todos, así hay que entender haberse aparecido el Hijo de Dios de modo semejante a lo que se dice de aquéllos sobre aparecérseles Dios.
Deus Abraão
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