asciende (Eckhart)

Donde termina la criatura, ahí Dios comienza a ser. Pues bien, lo único que Dios te exige, es que salgas de ti mismo, en cuanto a tu índole de criatura, y que permitas a Dios ser Dios dentro de ti. La menor imagen de lo creado, que en algún instante se forma dentro de ti, es tan grande como lo es Dios. ¿Por qué? Porque te impide (tener) un Dios entero. Justamente allí donde entra la imagen, Dios debe retirarse así como toda su divinidad. Mas, donde sale la imagen, allí entra Dios. Él desea tanto que tú salgas de ti mismo, en cuanto a tu índole de criatura, como si de ello dependiera toda su bienaventuranza. Pues bien, mi querido hombre, ¿qué daño te hace si le permites a Dios que sea Dios dentro de ti? Sal completamente de ti mismo por amor de Dios, luego Dios saldrá por completo de sí mismo por amor de ti. Cuando estos dos salen, entonces lo que queda es un Uno simple. En este Uno el Padre engendra a su Hito dentro del manantial más íntimo. Allí sale floreciendo el Espíritu Santo y allí surge dentro de Dios una voluntad que pertenece al alma. La voluntad es libre mientras no se halla afectada por ninguna criatura y por nada que sea criaturidad. Cristo dice: «Nadie asciende al cielo sino Aquel que ha bajado del cielo» (Juan 3, 13). Todas las cosas fueron creadas de (la) nada; por eso su verdadero origen es (la) nada, y en cuanto esta noble voluntad se inclina hacia las criaturas, en tanto se derrama con ellas en su nada. 492 ECKHART: SERMONES: SERMÓN V b 3

Ahora bien, San Agustín afirma lo siguiente: Cuando la luz del alma, en la cual las criaturas reciben su ser, alumbra a las criaturas, él habla de una mañana. Cuando la luz del ángel alumbra y encierra en sí la luz del alma, dice que es de media mañana. Expresa David: «El sendero del hombre justo crece y asciende hasta el pleno mediodía» (Prov 4, 18). El sendero es hermoso y agradable y placentero e íntimo. Además, cuando la luz divina alumbra la luz del ángel, y la luz del alma y la luz del ángel se recogen en la luz divina, esto lo llama mediodía. Entonces el día ha llegado a su punto más alto y más largo y más perfecto, cuando el sol se halla en el cenit y vierte su resplandor sobre las estrellas y las estrellas vierten su brillo sobre la luna de modo que todo se subordina al sol. Del mismo modo, la luz divina ha recogido en sí la luz del ángel y la luz del alma, de manera que todo se halla ordenado y enderezado, y en ese instante todo junto da loa a Dios. Ya no hay nada que no alabe a Dios y todo se yergue semejante a Dios, cuanto más semejante tanto más lleno de Dios, y todo junto alaba a Dios. Nuestro Señor dijo: «Moraré con vosotros en vuestra casa» (Jeremías 7, 3 a 7). Suplicamos a Dios, Nuestro querido Señor, que more aquí con nosotros para que nosotros moremos eternamente con Él; que Dios nos ayude a (lograr)lo. Amén. 756 ECKHART: SERMONES: SERMÓN XIX 3

San Lucas nos escribe en su Evangelio: «Un hombre había preparado una cena o un gran banquete nocturno» (Lucas 14, 16). ¿Quién la preparó? Un hombre. ¿Qué quiere decir que lo llame una cena? Un maestro dice que significa un gran amor porque Dios no permite el acceso a nadie que no sea íntimo de Dios. En segundo lugar da a entender lo puros que deben ser quienes disfrutan de esta cena. Ahora bien, nunca llega el anochecer sin que le haya precedido un día entero. Si no existiera el sol, nunca se haría de día. Cuando sale el sol hay luz matutinal; luego brilla cada vez más hasta que llegue el mediodía. Del mismo modo surge la luz divina en el alma para iluminar cada vez más las potencias del alma hasta que llegue el mediodía. Si el alma no ha recibido una luz divina, de ninguna manera se hace jamás de día en el alma, (hablando) espiritualmente. En tercer lugar nos da a entender que, quienquiera que desee participar dignamente de esta cena, tiene que llegar al anochecer. Cada vez que fenece la luz de este mundo, se hace de noche. Ahora bien, dice David: «Él asciende hacia el anochecer y su nombre es el Señor» (Salmo 67, 5). Así (hizo) Jacobo: cuando era de noche, se acostó y se durmió (Cfr Génesis 28, 11). Esto significa el descanso del alma. En cuarto lugar (el pasaje de la Escritura) da a entender, según dice San Gregorio, que luego de la cena ya no hay más comida. A quien Dios da esta comida, le sabe tan dulce y deliciosa que no apetece nunca más otra comida. Dice San Agustín: Dios es de tal índole que aquel que la comprende, nunca más puede descansar en otra cosa. Dice San Agustín: Señor, si te nos quitas a ti, danos otro tú, o no descansaremos nunca; no queremos nada más que a ti. Ahora bien, dice un santo con respecto a un alma amante de Dios, que lo obliga a Dios a (hacer) todo cuanto ella quiere y que lo seduce completamente de modo que Él no le puede negar nada de todo cuanto Él es. De una manera se retiró y de otra se entregó; se retiró en cuanto Dios y hombre y se entregó en cuanto Dios y hombre como otro sí mismo en un pequeño recipiente secreto. No nos gusta permitir que una gran reliquia sea tocada o vista de-velada. Por eso, se puso la vestimenta bajo la forma del pan, exactamente así como la comida material es transformada por mi alma de modo tal que no haya rinconcito en mi naturaleza que no le sea unido. Porque en la naturaleza existe una fuerza que desprende lo más burdo y lo echa afuera; y lo más noble lo lleva hacia arriba para que no quede en ninguna parte tanto como la punta de una aguja que no le sea unido. Lo que comí hace quince días, está tan unido a mi alma como aquello que recibí en el vientre materno. Lo mismo le sucede a quien recibe con pureza esta comida; se une tan verdaderamente con ella, como la carne y la sangre son uno con mi alma. 764 ECKHART: SERMONES: SERMÓN XX a 3

He dicho una palabra en latín que pronuncia San Pablo en la Epístola: «Un solo Dios y Padre de todos, que es bendecido por sobre todos y a través de todos y en todos nosotros» (Efesios 4, 6). Tomo otra palabra del Evangelio dicha por Nuestro Señor: «Amigo, sube más arriba, asciende más» (Lucas 14, 10). 793 ECKHART: SERMONES: SERMÓN XXI 3

La otra palabra (dice): «Amigo, sube más arriba, asciende más». Yo hago de las dos (palabras) una sola. Cuando dice: «Amigo, sube más arriba, asciende más», se trata de un diálogo del alma con Dios, y se le contestó: «Un solo Dios y Padre de todos». Dice un maestro: (La) amistad reside en la voluntad. (La) amistad, en cuanto reside en la voluntad, no une. Ya lo he dicho en otras ocasiones: (El) amor no une; lo hace, es cierto, en una obra, mas no en el ser. Sólo por eso dice (el amor): «Un solo Dios», «sube más arriba, asciende más». Al fondo del alma no puede (llegar) nada que no sea la pura divinidad. Hasta el ángel supremo, por cerca que se halle de Dios, y por más afín que le sea y por grande que sea lo que posee de Dios — sus obras se realizan permanentemente en Dios, se halla unido con Dios en el ser (y) no en el obrar, le corresponde permanecer siempre en Dios y estar con Él — es, por cierto, un milagro lo noble que es el ángel; sin embargo, no puede (entrar) en el alma. Dice un maestro: Todas las criaturas que tienen diferenciación, son indignas de que Dios mismo opere en ellas. El alma en sí misma, allí donde se halla por encima del cuerpo, es ,tan acendrada y delicada que no acepta nada fuera de la mera divinidad acendrada. Sin embargo, ni siquiera Dios puede entrar, a no ser que se le haya quitado todo cuanto se le ha añadido. Por eso, se le contestó (al alma): «Un solo Dios». 797 ECKHART: SERMONES: SERMÓN XXI 3

Dice San Pablo: «Un solo Dios». Uno solo es una cosa más pura que (la) bondad y (la) verdad. (La) bondad y (la) verdad no añaden nada, (si bien) añaden (algo) en el pensamiento; cuando se piensa algo, se añade. Uno solo, en cambio, no añade nada allí donde Él es en sí mismo antes de derramarse en el Hijo y en el Espíritu Santo. Por eso dijo: «Amigo, asciende más». Dice un maestro: Uno solo es la negación de la negación. Si digo: Dios es bueno, se le añade algo (a Dios). Uno solo, (en cambio), es una negación de la negación y una contradicción de la contradicción. ¿Qué es lo que quiere decir: «Uno solo»? Uno solo significa aquello a lo cual no se ha añadido nada. El alma toma a la divinidad tal como es en sí, en su purificación donde no se le (añade) nada, donde no se le agrega nada en el pensamiento. Uno solo es una negación de la negación. Todas las criaturas llevan en sí una negación; una niega ser otra. Un ángel niega ser otro (ángel). En Dios, empero, hay una negación de la negación; es uno solo y niega todo lo demás, porque no hay nada fuera de Dios. Todas las criaturas existen en Dios y son su propia divinidad, y esto significa plenitud, según dije antes. Él es un Padre de toda la divinidad. Yo hablo de una sola divinidad porque allí aún no emana nada y no se toca ni se piensa nada. Al negar yo que haya alguna cosa en Dios — (por ejemplo), si niego que haya bondad en Dios, aun cuando, en verdad, no puedo negar nada que hay en Dios — al negar (pues), que haya algo en Dios, aprehendo algo que Él no es; justamente esto debe quitarse. Dios es uno solo, es una negación de la negación. 798 ECKHART: SERMONES: SERMÓN XXI 3

Dice un maestro que la naturaleza angelical, al hacer cualquier fuerza u obra, no sabe nada más que Dios. De otras cosas ellos (los ángeles) no saben nada. Por eso dijo: «Un solo Dios, Padre de todos»; «Amigo, asciende más». Ciertas potencias del alma perciben desde fuera, como hace el ojo: por más finamente que perciba y elimine lo más burdo, toma, sin embargo, algo desde fuera que ha puesto sus miras en el acá y en el ahora. El conocimiento y el entendimiento, empero, lo mondan todo y recogen aquello donde no hay ni acá ni ahora; en esta dimensión (el entendimiento) toca a la naturaleza angelical. Sin embargo, recibe de los sentidos; de aquello que los sentidos aportan desde fuera, recibe el entendimiento. La voluntad no hace tal cosa. En este punto la voluntad es más noble que el entendimiento. (La) voluntad no saca nada en ninguna parte que no sea el puro conocimiento donde no existe ni (el) acá ni (el) ahora. Dios quiere decir: Por más elevada y más pura que sea la voluntad, ella tiene que ascender más. Es una forma de contestar cuando Dios dice: «Amigo, sube más arriba, esto te proporcionará honor» (Lucas 14, 10). 799 ECKHART: SERMONES: SERMÓN XXI 3

«Y fijaos»: «ecce». «Ecce», esta palabrita contiene en sí todo cuanto pertenece al verbo, no se le puede añadir nada (=no tiene flexión). Verbo, esto es Dios, Dios es un Verbo, el Hijo de Dios es un Verbo. El (= el evangelista) opina que toda nuestra vida, todo nuestro anhelo deberían estar encerrados y suspendidos por completo en Dios y dispuestos hacia Él. Por eso dice Pablo: «Soy lo que soy por la gracia de Dios» (1 Cor 15, 10), y además dice: «Yo vivo, mas no yo, sino que Dios vive del todo en mí» (Gal 2, 20). ¿Qué más (tenemos)? «Homo erat». Él dice: «Fijaos, un hombre». Nosotros usamos la palabra «homo» para mujeres, y varones, pero los romanos no quieren concedérsela a las mujeres a causa de su debilidad. «Homo», significa lo mismo que «aquello que es perfecto» y «a lo cual no le falta nada». «Homo», «el hombre», tiene el sentido de «quien está hecho de tierra», y significa «humildad». La tierra es el elemento más bajo y yace en el medio y está rodeada completamente por el cielo y recibe del todo el influjo del cielo. Todo cuanto obra y vierte el cielo, es recibido en medio del fondo de la tierra. En otro aspecto «homo» significa lo mismo que «humedad» y tiene el sentido de «quien está regado con mercedes», afirmando que el hombre humilde recibe en seguida el influjo de la gracia. Por este influjo de la gracia asciende en el acto la luz del entendimiento; ahí (arriba) irradia Dios su resplandor en una luz que no sufre ser encubierta. Quien se hallara poderosamente rodeado por esa luz, sería, comparado con otra persona, tanto más noble como (lo es) un hombre vivo a otro pintado en la pared. Esa luz es tan poderosa que no sólo está privada en sí de tiempo y espacio, sino que, además, le quita a aquello sobre lo cual se derrama, el tiempo y el espacio y todas las imágenes corpóreas (= representaciones) y todo cuanto (le) es ajeno. Ya he dicho varias veces: Si no hubiera ni tiempo ni espacio ni otras cosas, todo sería una sola esencia. Quien de tal manera fuera uno y se postrara en el fondo de la humildad, sería inundado allí mismo con mercedes. 1165 ECKHART: SERMONES: SERMÓN XLIV 3

¡Ahora prestad atención! Si amáis a la justicia, por cuanto (la) justicia se halla sobre ti o en ti, no amáis a la justicia en cuanto es la justicia, y así no la tomáis ni la amáis tal como es en su simpleza, sino que la tomáis como dividida. Como Dios es, pues, la justicia, no lo tomáis ni lo amáis de acuerdo con el hecho de que es simple. Y por ello, tomad la justicia en cuanto es (la) justicia, porque entonces la tomáis según ella es Dios. Y, por lo tanto: donde opera la justicia, ahí operáis vosotros porque entonces ejercéis (la) justicia en todo momento. Ah sí, y aunque el infierno se hallara en el camino de la justicia, vosotros ejerceríais la justicia y aquél no constituiría para vosotros ninguna pena, os redundaría en alegría ya que vosotros mismos seríais la justicia; y en consecuencia debéis ejercer la justicia. Pues, en la medida en que alguna cosa asciende dentro de la comunidad, en esta misma medida es uno con la simpleza de esa comunidad y es (proporcionalmente) más simple. 1200 ECKHART: SERMONES: SERMÓN XLVI 3