Santo Antão — Advertências
ADVERTENCIAS SOBRE LA ÍNDOLE HUMANA Y LA VIDA BUENA (cont.)
Los que no están conformes con los bienes que actualmente poseen, sino que aspiran a tener más, se someten voluntariamente a las pasiones que desordenan el alma, agregando pensamientos y fantasías nefastos. Estos bienes acarrean males y son un verdadero impedimento, así como lo son las túnicas demasiado largas que impiden correr. Así también los afanes desmedidos por conseguir una riqueza excesiva, no permiten a las almas ni luchar, ni salvarse.
Si nos sentimos forzados a hacer algo, y lo hacemos contra nuestra voluntad, encontramos en ello una prisión y un castigo. Ama, pues, las condiciones actuales en que vives, porque si tú las conllevas sin gratitud, te castigas a ti mismo sin darte cuenta. Hay un solo camino para lograr esto: el desprecio por las realidades de esta vida.
Así como obtuvimos de Dios la vista para reconocer las cosas que se pueden ver, para entender lo que es blanco y cual es la tinta de los colores oscuros, así también Dios nos ha dado la racionalidad para discernir lo que es bueno para el alma. La concupiscencia (pleonexia, epithymia) , una vez que ha sido separada del pensamiento, genera la voluptuosidad y no permite la salvación del alma o su unión con Dios.
No constituye un pecado lo que se produce según natura; pero lo que implica una elección voluntaria es malo No es pecado comer, pero lo es comer sin agradecer, sin decoro ni continencia, cuando no se ayuda al cuerpo a permanecer vivo sin incurrir en mal pensamiento alguno. Del mismo modo, no es pecado mirar puramente, pero que lo es cuando se mira con envidia, con soberbia y avidez. También es pecado escuchar sin calma, con cólera, y no moderar la lengua -reservada para dar gracias y para orar — usándola, por el contrario, para la calumnia. También es pecado que las manos no trabajen para dar una limosna, sino para matar y robar, Como éstos, hay otros ejemplos: cada miembro peca cuando hace el mal en lugar del bien, contra la voluntad de Dios, actuando según su propia determinación.
Sin dudas de que cada acción es observada por Dios, observa como tú, que eres hombre y barro, puedes al mismo tiempo, observar hacia diversos puntos y comprender. ¡Cuánto más Dios, quien lo ve todo, incluso un grano de mostaza, quien da vida a todo y a todos nutre como quiere!
Cuando cierras la puerta de tu casa y estás solo, debes saber que esta contigo el ángel que Dios ha reservado para cada hombre, y que los griegos llaman “numen tutelar.” Éste, insomne y no sujeto a engaño, está siempre contigo. Todo lo ve, y las tinieblas no son un obstáculo para él. Debes saber que también está con él Dios, que está en todo lugar. No hay, de hecho, lugar o materia donde Dios no se encuentre, porque Él es superior a todos y a todos encierra en su mano.
Si los soldados juran su fe al César, porque él es quien los provee de alimentos, ¿ con cuánto mayor celo no deberíamos nosotros rendir incesantemente gracias a Dios, con voces que nunca se acallen y rendirnos gratos a Aquel que ha creado para el hombre todas las cosas?
Los buenos sentimientos con respecto de Dios y la vida buena, son un fruto del hombre que es grato a Dios. Pero los frutos de la tierra no maduran en una hora; es necesario que haya tiempo, lluvias y cuidados. Del mismo modo, los frutos de los hombres resplandecen con la práctica, el ejercicio, el tiempo, la constancia, la continencia y la soportación. Y si, por causa de alguna de estas cosas, alguien te considera piadoso, no te creas a ti mismo mientras habites tu cuerpo, y ninguna de tus cosas te parezca que es del gusto de Dios: debes saber que no es fácil para el hombre custodiar hasta el final su impecabilidad.
Para los hombres, nada es tan precioso como la palabra: la palabra es tan poderosa que, justamente con la palabra, servirnos a Dios y le agradecernos. Pero si usamos palabras no buenas o injuriosas, condenamos nuestra alma. El hombre obtuso culpa a su propia naturaleza o a otra cosa, atribuyéndole el motivo de su pecado, ¡mientras hace uso voluntario de palabras o acciones indebidas!