KENOSIS = VACUIDADE, VAZIO, DISPONIBILIDADE
O verbo kenoo enfatiza o esvaziar, o tornar vazio. Paulo às vezes o emprega na negativa: coisas que não se podem tornar vazias, i.é., “anular”, como o caso da fé, a cruz de Cristo. Esvaziar-se de si mesmo, heauton ekenosen é uma expressão controversa.
Tende em vós aquele sentimento que houve também em Cristo Jesus, o qual, subsistindo em forma de Deus, não considerou o ser igual a Deus coisa a que se devia aferrar, mas esvaziou-se a si mesmo, tomando a forma de servo, tornando-se semelhante aos homens; (Fil 2:5-7)
Vazio, solto, livre (Leer, ledig, frei) (Leer: Vazio; ledig: solteiro)
A palavra ledig, frequente nos sermões de Eckhart, significa vazio. Só que para nós, hoje, vazio conota privação, carência. Como tal, não entoa com precisão a sonoridade em que vibra a palavra ledig como quando é usada nos sermões de Eckhart. Aqui ledig não indica em primeiro lugar lacuna, algo como buraco vazio, onde somente há o vácuo, onde não há nada. Diz antes o espaço livre a modo de uma vasilha pronta para receber o líquido. Refere-se, pois, ao modo de ser, todo próprio, “positivo”, digamos, solto, na dinâmica de relaxe; portanto, livre, sem obstáculos, à vontade, espontâneo. É o modo de ser des-prendido, isento de impedimentos, sem preocupação. Daí, ledig conota também a acepção de ocioso1. Hoje, no uso cotidiano do alemão moderno, ledig significa antes de tudo solteiro, portanto livre de compromisso e da amarração do casamento. Parece ser de importância decisiva, para compreender o pensamento de Eckhart, precisar esse modo de ser ledig, isto é, do des-prendimento, numa “positividade” toda própria, bem destacada na sua dinâmica. Aqui, como também nas palavras Abgeschiedenheit, abgeschieden (desprendimento, desprendido), traduzidas muitas vezes em referência à renúncia, abnegação, pode-se deformar o sentido próprio desses termos, se de antemão são colocados no medium da espiritualidade de privação, de sacrificação. O que sói usualmente acontecer, quando traduzimos ledig por vazio, livre de impedimentos, pois com isso já entendemos a soltura da plenitude da identidade, nela mesma a partir do que a prende. Na nossa tradução, por falta de recurso, traduzimos ledig como solto, mas conforme o contexto como vazio, livre, desprendido, isento, e muitas vezes como virgem, virginal. O disposto, a disposição e disponibilidade, vistos como fenômenos vivos, nos fazem ouvir o termo ledig na sonoridade da pura e límpida disponibilidade e dis-posição cordial da existência humana, na doação e recepção no amor. É a partir dali que, por exemplo, o vazio de um cálice afeito a receber o precioso vinho da hospitalidade pode nos acenar para o que é a afeição pura da cordial recepção grata do ser humano no seu ser todo próprio da existência, sempre na soltura dela mesma, isto é, ser cada vez livre.
(Mestre Eckhart: Excertos de “Mestre Eckhart Sermões Alemães”, tradução de Enio Paulo Giachini)
Queda, pues, claro que xu es tanto el Vacío metafísico como el Vacío espiritual. En realidad, la distinción misma entre «metafísico» y «espiritual», en este contexto, resulta artificial, ya que el estado en cuestión es de total y completa identificación del hombre con lo Omnipresente. Sin embargo, desde un punto de vista teórico, la distinción está justificada, ya que, cuando la cuestión se plantea en un plano más práctico, cuando se trata de saber qué debe uno hacer para identificarse totalmente con la Vía, hay que recurrir a la idea de «vaciar» la mente. Sólo cuando uno ha conseguido el completo «vacío» de su mente, se encuentra en medio del Vacío metafisico. Esta parte de las enseñanzas de Zhuangzi adopta la forma de instrucciones prácticas acerca del método adecuado para que un hombre llegue a conseguir ese estado. Se trata de lo que llama «ayuno» o purificación de la Mente.
La purificación de la Mente constituye el punto central del desarrollo desde el estado de hombre «corriente» hasta el de Hombre Perfecto. Un hombre «corriente» nunca puede llegar a ser un Hombre Perfecto salvo si pasa por este punto. La importancia de esta experiencia resultará patente si se recuerda lo que hemos visto anteriormente respecto a la expresión característica de Zhuangzi «tomar la Mente por maestro». El hombre tiende, por naturaleza, a aferrarse a su Mente (y a su Razón), pensando y actuando de acuerdo con los dictados de ésta. Todo lo que la Mente le manda creer es absolutamente cierto, y lo que le ordena hacer es absolutamente bueno. En otras palabras, el hombre venera su propio «ego» como si se tratara de su «maestro».
Según esta observación, la purificación de la Mente implica precisamente que el hombre debe eliminar el hábito de «venerar» la Mente y abandonar su propio «ego». Ese será el primer paso hacia su transformación en Hombre Perfecto.
En una conversación imaginaria que Zhuangzi inventa para confirmar su tesis, Confucio (aquí transformado irónicamente en sabio taoísta) enseña a su discípulo Yan Hui cómo purificar la Mente.
En este diálogo, Yan Hui aparece como discípulo entusiasta que ha luchado desesperadamente por conocer el procedimiento para convertirse en Hombre Perfecto. Pero sus esfuerzos no se han han visto recompensados. Como último recurso, se dirige a Confucio y le pide humildemente instrucciones. El pasaje es el siguiente:
Ya» Huí: No consigo avanzar. ¿Puedo cometer la osadía de rogaros que me indiquéis el camino adecuado?
Confucio: Primero, ayuna. Luego te enseñaré. ¿Crees acaso que resulta fácil ( ver la Verdad ) manteniendo tu Mente? Cualquiera que así lo crea será desaprobado por el Cielo inmenso y espléndido.
La palabra traducida por «ayunar» (zhaí) se refiere, normalmente, «ayuno» que un hombre practica en el período inmediatamente previo a las ceremonias de sacrificio para ponerse en estado de «pureza» religiosa. En este contexto, Confucio utiliza la palabra no en su sentido original, sino en el de «ayuno de la Mente», o sea «purificación de la Mente». Sin embargo, Yan Hui no lo entiende e interpreta la palabra en su sentido habitual. Se figura que Confucio se refiere a la observancia del ayuno ritual relacionado con la comida y la bebida. De ahí la ridicula respuesta que da al Maestro:
Yan Hui: Mi familia es pobre, de tal modo que no he bebido licor alguno ni comido ajos ni cebollas desde hace varios meses. ¿No puede considerarse que ya he ayunado?
Confucio: Estás hablando del ayuno ritual, no del ayuno de la Mente.
Yan Hui: ¿Puedo preguntaros qué entendéis por ayuno de la Mente?
Confucio: Llevar toda la actividad de la Mente a un punto de unión. No escuches con tus oídos, sino con la Mente ( concentrada ).
( Luego, avanza un paso más y ) deja de escuchar con la Mente, para escuchar con el espíritu (qi).
El oído ( o, en general, todos los sentidos ) se limita a escuchar ( o sea: cada sentido capta sólo sus propios objetos de un modo físico ).
La Mente se limita a ( formar conceptos ) que correspondan a los objetos externos. El Espíritu, en cambio, está «vacío» ( ya que no posee objetos definidos propios ), y se transforma ilimitadamente de acuerdo con ( la Transmutación de ) las cosas ( que vienen y van ). La Vía viene al «vacío» (o sea a la Mente carente de «ego»). ( Ese ) «vacío» de la Mente es lo que llamo «ayuno de la Mente».
(Toshihiko Izutsu – Sufismo e Taoismo)