DIABOLOS = ADVERSÁRIO — INIMIGO — DIABO

VIDE: SATANÁS, DAIMONION, AGON, ASURAS

EVANGELHO DE JESUS: Mt 4:1-11; Jo 6:70; Jo 8:44; João 13:2

PERENIALISTAS: DIABO


Tradução da Septuaginta do termo hebraico Satã, que designa o adversário que acusa em juízo, passando então a significar o membro da corte celeste que acusa o homem perante Deus; mais tarde separado da corte celeste, se chama “Satanás” a um espírito inimigo do homem, que busca sua ruína e quer destruir a obra de Deus.


!
Citações dos Padres — em nosso site francês

Thomas Merton: DIABO

Ernst Benz: SATANÁS

Marie Madeleine Davy: MUNDO


Maximo o Confessor: Terceira Centúria — Do Amor
5. Entre os demônios, diz o abençoado Dionísio, o mal toma a forma de raiva (orge) estúpida, desejo descontrolado pelo intelecto (nous), imaginação (phantasia) impetuosa. Mas estupidez, falta de controle intelectual e impetuosidade em seres inteligentes são privações da inteligência, intelecto e circunspecção. Houve um tempo, então, quando os demônios possuíam inteligência, intelecto e circunspecção devota. Sendo este o caso, nem mesmo os demônios são maus (kakon) por natureza, mas se tornaram maus através do mau uso de seus poderes naturais.

Teofano o Recluso
Vencido en el corazón mismo, el enemigo tiene su técnica para atacarnos por intermedio de las influencias exteriores. Voy a citar los principales ejemplos. Supongamos que alguien, habiendo alcanzado la sabiduría, no se deja agitar, por poco que sea, por los pensamientos y los impulsos que tienen la apariencia del bien, sino que los rechaza inmediatamente, utilizando su propio discernimiento — o bien la opinión de hombres más experimentados que él — y actúa en forma tan resuelta que parece imposible encontrarlo en falta; el enemigo renuncia entonces a ese tipo de engaños y ataca desde el exterior, por medio de los contactos humanos. Entonces comienzan los cumplidos aduladores, las calumnias, las persecuciones y los desagradecimientos de todo tipo. Es por ello que debéis conservar vuestros ojos abiertos, a fin de preveer y comprender lo que va a pasar. No está en nuestro poder impedir estos ataques, pero sí, ser más inteligentes que el enemigo. Lo principal es mantener perseverante, inalterable en nuestro corazón, un espíritu de amor y de paz. El Señor es nuestro sostén. Debemos suplicarle que ponga la paz en nuestro corazón y, si es su voluntad, disponga del mejor modo las cosas exteriores. En lo que nos concierne, no debemos olvidar de dónde viene la tempestad, ni quién la provoca, no volcar nuestra enemistad hacia los hombres, sino únicamente hacia aquél que, por detrás de ellos los impulsa y conduce todo el asunto.

Jean-Claude Larchet: TERAPÊUTICA DAS DOENÇAS ESPIRITUAIS

Para terminar, recordemos que en el nacimiento y el desarrollo de la enfermedad del orgullo, el diablo juega un papel de primer plano. Esta pasión ofrece un terreno particularmente favorable a todas las formas de su acción: es — dice s. Juan Clímaco, «el apoyo de los demonios».

En el orgullo, el hombre se muestra poseído por el diablo mucho más que en las otras pasiones, a tal punto que esta última — al dominar enteramente su alma — puede permitirse dejarlo en paz en otras cosas. El orgulloso — escribe s. Juan Clímaco, «no tiene necesidad del demonio, porque se ha vuelto por sí mismo un demonio y un enemigo», y s. Juan Crisóstomo llega incluso a decir que el orgullo «hace del hombre un demonio». Lo hemos observado precedentemente: es por el orgullo que Satanás y algunos ángeles se han convertido respectivamente en diablo y demonios.