Zohar Amante

Zohar — CONHECER E AMAR
Excertos de Juli Peradejordi

Para el kabbalista, conocer y amar son una misma cosa. Querer conocer a Dios es ya amarlo.1) Conocerle es adorarle. Así, el conocimiento ansiado no consiste en una mera acumulación de datos, sino en una unión íntima con la Fuente de todo conocimiento, en un “beso”, acto mágico que comporta conocimiento, comunicación y amor en la unión espiritual. Un magnífico pasaje del Sepher ha Zohar nos ilustra este misterio:

“Cuando la Torah aparece fuera de su estuche y se esconde inmediatamente de nuevo, lo hace sólo para aquellos que la conocen y tienen confianza en ella, pues la Torah es como una amada bella y bien hecha, que se esconde en una pequeña habitación retirada de su palacio. Tiene un solo amante, que nadie conoce y que permanece oculto. Por amor hacia ella, este amante pasa siempre delante de la puerta de su casa y, buscándola, mira por todas partes. La amada sabe que su amante va y viene sin parar delante de la puerta de su casa, y que mira por todas partes buscándola, sabe que el amante asedia constantemente la puerta de su casa. ¿Qué hace (ella)? Abre una pequeña hendidura en la habitación oculta en la que se encuentra, y por un instante desvela su cara al amante, escondiéndose inmediatamente de nuevo. Todos los que, por ejemplo, estuvieran al lado del amado, no verían nada. Sólo que el amado la ve y todo en él, su corazón y su alma, se vuelve hacia ella, y sabe que, por amor hacia él, se ha dejado ver un instante y ha ardido de amor por él.

Lo mismo ocurre con la Torah. No se revela más que a aquel que la ama. La Torah sabe que el sabio de corazón camina cada día hacia la puerta de su casa. ¿Qué hace (ella)? Muestra su cara fuera de su palacio oculto y le hace una señal, luego regresa enseguida a su lugar y se esconde. Todos los que se encuentran allí no lo ven y no lo saben, salvo el sabio de corazón y todo en él, su corazón y su alma, se vuelven hacia ella. Por esta razón, la Torah está visible y escondida al mismo tiempo, y va llena de amor hacia su amado, despertando en él su amor… Solamente entonces, el verdadero sentido de la Torah, tal y como es, se le vuelve claro, con su texto literal al que no se le puede añadir ni sustraer ninguna palabra. Por esto es necesario que los hombres estén atentos en seguir (o escrutar) a la Torah, para convertirse en sus amados, como está escrito.” (Zohar II — 99)


  1. Recordemos las palabras que un hombre sabio apuntaba en su intimidad, en unas páginas entrañables:
    “El pedir señal, ¿no es señal? ¿Quién te mueve a pedir señal?
    ‘El querer creer, ¿no es principio de creer? El que desea fe y la pide, ¿no es que la tiene ya aunque no lo sepa?
    ‘Hay que vivir con toda el alma, y vivir con toda el alma es vivir con la fe que brota del conocer, con la esperanza que brota del sentir, con la caridad que brota del querer.”
    (Miguel de Unamuno, Diario intimo. Alianza Ed. Madrid 1978, págs. 103 y 108