Por ello he decidido anotar en este libro algunas enseñanzas con las que el hombre puede consolarse en todos sus infortunios, tribulaciones y penas, y este libro se compone de tres partes. En la primera se puede hallar una que otra verdad de la cual y por medio de la cual se deduce qué es lo que puede consolar y consolará conveniente y completamente al hombre en todas sus penas. Luego se encontrarán unos treinta párrafos y enseñanzas, cada una de las cuales permite hallar un consuelo adecuado y total. Luego, en la tercera parte del libro, se encuentran ejemplos de obras y palabras hechas y dichas por personas sabias en medio de sus sufrimientos. TRATADOS EL LIBRO DE LA CONSOLACIÓN DIVINA 23.
Leemos que San Antonio una vez en el desierto tenía tribulaciones especialmente graves por culpa de los espíritus malignos; y cuando hubo superado su tribulación se le apareció alegremente Nuestro Señor, también exteriormente (visible). A eso dijo el santo varón: Ay, querido Señor ¿dónde estabas recién cuando mis apuros eran tan grandes? Entonces dijo Nuestro Señor: Yo estaba aquí como lo estoy ahora. Pero deseaba y se me antojaba ver lo piadoso que eras. Un (trozo de) plata o de oro, seguramente es puro, pero si se pretende hacer de él una copa en la cual ha de beber el rey, se lo acrisola incomparablemente más que otro (trozo). Por ello está escrito con referencia a los apóstoles que ellos se alegraban por haber sido dignos de padecer ultrajes por amor de Dios (Hechos 5, 41). TRATADOS EL LIBRO DE LA CONSOLACIÓN DIVINA 2
San Pablo, el noble apóstol, dice estas palabras: «Bendito sea Dios y el Padre de Nuestro Señor Jesucristo, un Padre de la misericordia y el Dios de toda consolación que nos consuela en todas nuestras tribulaciones» (2 Cor. 1, 3 s.) Hay tres clases de tribulación que afectan y acosan al hombre en este destierro. Una proviene del daño sufrido en los bienes exteriores, otra (del daño) hecho a sus parientes y amigos, (y) la tercera (del daño) que soporta él mismo a causa del menosprecio e infortunio, de dolores físicos y hondos pesares. TRATADOS EL LIBRO DE LA CONSOLACIÓN DIVINA 23.