Hugo de S. Victor — FÍSICA
Excertos de HISTORIA DE LA FILOSOFÍA. II (1º): EL CRISTIANISMO Y LA FILOSOFÍA PATRÍSTICA. PRIMERA ESCOLÁSTICA: 2
Física
Es la ciencia que trata de las cosas, a diferencia de las demás, que se ocupan de los intelectibles: «Sola physica proprie de rebus agit, caeterae omnes de intellectibus rerum». Le corresponde investigar las causas invisibles de las cosas visibles: «Physica scrutatur invisibiles rerum visibilium causas».
Hugo tiene un profundo sentido del orden, armonía y belleza del mundo, como reflejo de la grandeza y belleza de su Creador. Abundan las frases en que manifiesta su admiración ante la naturaleza: «Quid iucundius ad videndum caelum… omnia ad hominis delicias creata sunt». «Quam iucundum spectaculum praebet, quomodo visum delectat, quomodo affectum provocat». «Aspice mundum et omnia quae in eo sunt: multas species pulchras et illecebrosas invenies… Infinita sunt talia… quae foris admiranda videntur». El hombre está dotado de sentidos para poder contemplar la hermosura de las cosas visibles: «homo munitus est foris sensualitate ad visibilia contemplanda».
El conjunto de las cosas del mundo compone una música maravillosa, en que las partes discordantes se integran en una grandiosa armonía. «Música harmonía est: plurium dissimilium in unum redactorum concordia». Hay tres clases de música: la mundana, que resulta del orden y armonía de las cosas del mundo; la humana, que consiste en la armonía entre las partes del cuerpo y del alma; y la instrumental, que se produce por medio de instrumentos musicales.
Fuera de este sentimiento de la naturaleza, la física de Hugo se reduce a unas cuantas nociones procedentes del Timeo y de Calcidio, con las cuales trata de explicar el relato del Génesis. Dios creó a la vez la materia y la forma, de suerte que nunca hubo materia sin forma. Al principio las creó de manera confusa y después fue introduciendo orden en aquel caos en los seis días de la creación.
La materia se compone de átomos simples, los cuales no son materia, aunque de ellos se hace la materia, y de su movimiento resultan los cambios de las formas corpóreas.
Hugo habla de forma y materia, pero no en sentido aristotélico, sino platónico. No se trata de la forma sustancial aristotélica, sino de una forma accidental. En los seres hay que distinguir la esencia o naturaleza, que es permanente, y la forma, que cambia. «Non enim essentiae rerum transeunt, sed forma». «Omne enim corpus aut loco mutatur, aut forma, aut tempore. Et quae forma mutantur: aut augmentum suscipiunt, aut diminutionem aut alterationem». Nada sale de la nada, sino de las esencias universales, que permanecen a pesar de las mutaciones y corrupciones de las formas. Todo vuelve a sus primeros principios: «eo quod omne opus naturae sicut temporaliterex occulta causa in actumprofluit:item eodem actu temporaliter destructo, eo unde venerat, reversurum sit. Así, pues, las esencias son inmutables; lo que se mudan son las formas.