O PEREGRINO QUERUBÍNICO – LIVRO II
EPIGRAMAS II 1 a 10
II, 001: El amor está por encima del temor.
TEMER a Dios es muy bueno, pero mejor es amar:
aún mejor, elevarse a Él por encima del amor.
II, 002: El amor es un imán.
EL amor es un imán, me atrae a Dios,
y lo que es aún más, arrastra a Dios a la muerte.
II, 003: El hombre en Dios, Dios en el hombre.
SI soy el hijo de Dios, quien puede verlo,
contempla al hombre en Dios, y a Dios en el hombre.
II, 004: El eterno Sí y No.
DIOS dice siempre sólo Sí1; el diablo dice no:
por eso tampoco puede ser Uno y Sí con Dios.
II, 005: La luz no es Dios mismo.
LA luz es la veste del Señor; si te falta la luz,
sabe, que no te falta aún Dios mismo.
II, 006: Nada es el mejor consuelo.
NADA es el mejor consuelo. Si Dios retira su brillo,
debe la mera nada ser tu consuelo en el desconsuelo.
II, 007: La verdadera luz.
DIOS es la verdadera luz, lo que tienes no es más que resplandor,
si no lo tienes a Él, la luz de las luces.
II, 008: Con el silencio se aprende.
CALLA, bienamado, calla: si puedes hacerme un silencio perfecto,
te dispensará Dios un bien mayor del que tú deseas.
II, 009: La mujer sobre la luna.2
¿QUÉ meditas tan profundamente? la mujer vestida del sol,
con la luna bajo sus pies, tiene que ser tu alma.
II, 010: La esposa es lo más encantador.
DI lo que quieras: pero la esposa es el niño más encantador,
que uno encuentra en el seno y en los brazos de Dios.