O PEREGRINO QUERUBÍNICO — LIVRO I
I, 051: La igualdad de Dios.
QUIEN en la dicha, en el dolor y en el tormento permanece inmóvil:
ése no puede ya estar lejos de la igualdad de Dios.
I, 052: El grano de mostaza espiritual.
MI espíritu es un grano de mostaza, si su sol lo trasluce,
crece igual a Dios, con jubilosa delicia.
I, 053: La virtud está en la paz.
HOMBRE, si obras virtud con trabajo y esfuerzo,
aún no la tienes, luchas aún por ella.
I, 054: La virtud esencial.
YO mismo debo ser virtud, y no saber de azar,
si en verdad las virtudes han de fluir de mí.
I, 055: El manantial está en nosotros.
NO necesitas clamar a Dios, el manantial está en ti:
si no tapas la salida, fluye sin cesar.
I, 056: La desconfianza ofende a Dios.
SI suplicas a tu Dios por desconfianza,
y no lo dejas velar por todo: cuida de no ofenderlo.
I, 057: En la debilidad se encuentra a Dios.
QUIEN de los pies es tullido, y en los ojos ciego,
que vaya y vea de encontrar a Dios en algún sitio.
I, 058: El egoísmo.
HOMBRE, si buscas a Dios por la quietud, aún no estás en lo cierto;
te buscas a ti, y no a Él?: no eres aún niño, sólo siervo.
I, 059: Como Dios quiere, se debe querer.
SI yo fuera Serafín, preferiría ser
el más vil gusanillo, para agradar al Altísimo.
I, 060: Cuerpo, alma y Divinidad.
EL alma es un cristal, la Divinidad es su brillo:
el cuerpo en el que vives, es el cofre de las dos.