PAULO APÓSTOLO — BENDIZER — BENDIÇÃO
Excertos de Roselyne Dupont-Roc, Michel de Goedt, Charles Perrot, Chantal Reyner, Vocabulario de las epístolas paulinas
Bendecir, Bendición
(eulogein, eulogía)
En griego clásico, eulogein significa «hablar bien de, alabar, celebrar». Al traducir con esta palabra el hebreo barak, los Setenta dieron a esta raíz el sentido de «bendecir». La bendición en sentido bíblico no es un simple deseo de felicidad.
Pablo sigue este uso. Se refiere a la bendición concedida por Dios a Abrahán y a su descendencia (Gál 3,8.9.14s, citando a Gn 12,3), en oposición a la maldición de la ley (Gál 3,10.13). Cristo se ha hecho maldición por nosotros (Gál 3,13), para que, por medio de él, la bendición llegue a los paganos (Gál 3,14). Por su misión de apóstol, Pablo transmite la bendición de Cristo (Rom 15,29).
La respuesta del hombre se expresa por la aclamación: ¡Bendito (eulogétos) sea Dios! (2 Cor 1,3; Ef 1,3). Según la costumbre judía, hace que el Nombre de Dios vaya seguido por la exclamación: ¡Bendito sea! (Rom 1,25; 2 Cor 11,31). En Rom 9,5, parece ser que se refiere al mismo Cristo.
Eulogein puede tomar el sentido específico de «pronunciar la bendición» sobre el pan, sobre la copa (1 Cor 10,16); de este modo, compartir la copa es participar de la sangre de Cristo. En este sentido, eulogein corresponde al verbo «dar gracias» (eucha-ristein), que se impondrá a continuación (véase Gracia).
Bendecidos por Dios en Cristo, los cristianos están llamados a bendecir incluso a sus perseguidores (Rom 12,14; 1 Cor 4,12). La colecta que marca el vínculo existente entre las Iglesias fundadas por Pablo en el mundo pagano y la Iglesia de Jerusalén recibe el nombre de bendición (2 Cor 9,5s), ya que tiene que provocar la glorificación de Dios por parte de sus beneficiarios (2 Cor 9,13).