Orígenes — Tratado da Prece — 4. Terminología: conclusión
1. Me parece razonable haberme entretenido al principio en distinguir los distintos sentidos de la palabra oraciónvoto en las Escrituras. Ocurre lo mismo con la palabra oraciónplegaria. término empleado con frecuencia en el sentido mas corriente de oración es también sinónimo de voto, como se aplica a Ana en el primer libro de Samuel; «El sacerdote Elí estaba sentado en su silla, contra la jamba de la puerta del santuario del Señor. Estaba Ana llena de amargura y oraba al Señor llorando sin censuelo. Hizo este voto: ¡Oh Señor, Sebaoth! Si te dignas mirar la aflicción de tu sierva y darle un hijo varón, yo lo entregaré al Señor por todos los días de su vida y la navaja no tocará su cabeza» (I Sam 1, 911).
2 Comparando «oró al Señor» con «hizo un voto», puede decirse que Ana hizo dos cosas: orar al Señor y ofrecer un voto. Lo primero (orar) equivaldría a plegaria mientras que lo segundo (ofrecer un voto) tiene el mismo sentido de los textos ya citados del Levítico y Números. La frase «le entregaré al Señor por todos los días de su vida y la navaja no tocará su cabeza» no es propiamente hablando una plegaria; es una especie de oración como el siguiente voto de Jefté: «Y Jefté hizo un voto al Señor: si entregas en mis manos a los amonitas, el primero que salga de las puertas de mi casa a mi encuentro cuando vuelva victorioso de los amonitas será para el Señor y lo ofreceré en holocausto» (Jue. 11, 3031).
5. Objeciones contra la oración