Orígenes — Tratado da Prece — 3. Oración: voto y plegaria
1. En cuanto he podido observar, se menciona por primera vez en la Biblia la palabra oración cuando Jacob, huyendo de la ira de su hermano Esaú, marchó a Mesopotamia conforme le habían dicho Isaac y Rebeca. Así leemos: «Jacob hizo un voto diciendo: si Dios me asiste y me guarda en este camino que recorro, y me da pan que comer y ropa con que vestirme, y vuelvo sano y salvo a casa de mis padres, entonces el Señor será mi Dios y esta piedra que he erigido como estela será casa de Dios. De todo lo que me dieres te pagaré el diezmo» (Gen. 28, 2022).
2. Téngase en cuenta que en este pasaje la palabra oración se emplea con sentido de promesa que cumplirá lo mencionado en la plegaria si consigue lo que ha pedido a Dios. Esto indica que la palabra oración frecuentemente significa algo distinto del sentido ordinario de la misma palabra. No obstante, el término oración se emplea en contextos conformes al uso corriente. Por ejemplo, en el Éxodo lo hallamos con sentido de plegaria después de la plaga de las ranas, segunda de las diez plagas. Entonces Faraón mandó a Moisés y a Aarón que rogasen por él al Señor para que se alejasen de él y de su pueblo las ranas que lo cubran todo. Literalmente dice así: «Faraón llamó a Moisés y a Aarón y les dijo: Pedid al Señor que aparte las ranas de mí y de mi pueblo, y yo dejaré salir al pueblo para que ofrezca sacrificios al Señor» (Ex. 8, 4).
Si a alguno le cuesta creer que, por haberlo dicho Faraón, la palabra oración se usa en sentido primero y corriente de plegaria, fíjese en el texto siguiente «Respondió Moisés a Faraón. Dígnate indicarme cuándo he de rogar por ti, por tus siervos y por tu pueblo para que se alejen las ranas de ti y de tus casas quedándose únicamente en el río» (Ex. 8, 5).
3 He notado que en la tercera plaga, la de los mosquitos, ni Faraón pide oraciones, ni Moisés ora. En la cuarta plaga la de las moscas, dice Faraón: «Ruega al Señor por mí» (Ex. 8, 24). Moisés respondió: «En cuanto salga rogaré al Señor y mañana los tábanos se alejarán de Faraón, de sus siervos y de su pueblo» (Ex. 8, 25). A continuación se lee: «Salió Moisés de la presencia de Faraón y rogó al Señor» (Ex. 8, 26).
En la quinta y sexta plaga ni Faraón pidió oraciones ni oró Moisés, pero otra vez en la séptima plaga «Faraón hizo llamar a Moisés y a Aarón y les dijo: ‘Ahora sí, confieso mi pecado. El Señor es justo y yo y mi pueblo somos los inicuos. Rogad al Señor que cesen ya los truenos y el granizo» (Ex. 9, 2728). Un poquito más adelante: «Salió Moisés de la ciudad, extendió sus manos hacia el Señor, cesaron los truenos» (Ex. 9, 33). Dejemos para otro lugar la explicación de por qué no se dice que Moisés «oró» sino que «extendió sus manos hacia el Señor».
En la octava plaga dice Faraón: «Rogad al Señor vuestro Dios, que aparte de mí al menos esta mortandad. Salió Moisés de la presencia de Faraón y rogó al Señor» (Ex. 10, 1718).
4 Dijimos que el término oración se emplea con frecuencia en sentido distinto del uso corriente, como en el caso de Jacob. Con el mismo sentido se usa en el Levítico: «El Señor dijo a Moisés: ‘Habla a los hijos de Israel y diles: si alguien quiere cumplir ante el Señor un voto relativo al valor en que ha apreciado a una persona, si se trata de un varón de veinte a sesenta años, el valor se estimará en 50 ciclos de plata o ciclos de santuario’» (Lev 27, 13). Y en los Números: «El Señor dijo a Moisés: ‘Diles esto a los hijos de Israel: si un hombre o mujer se decide a hacer voto de nazir se abstendrá de vino y de bebidas embriagantes’» (Núm. 6, 13). Siguen luego prescripciones referentes al nazireato y dice más adelante: «Aquel día consagrará su cabeza para los días de oración» (Núm. 6, 1112, versión LXX). Y a continuación: «Este es el rito del nazir para cuando se cumplan los días de su nazireato» (Núm. 6, 13). Unos versículos después: «Este es el rito del nazir que ha prometido su ofrenda al Señor por razón de su naziareato» (Núm. 6, 21). Hacia el final de los Números encontramos: «Habló Moisés a los jefes de la tribu de los hijos de Israel y les dijo: ‘Esto es lo que ha ordenado el Señor: si un hombre hace un voto al Señor o se compromete a algo conjuramento, no violará su palabra, cumplirá todo lo que haya salido de su boca’. Y si una mujer hace voto al Señor o adquiere un compromiso en su juventud, cuando está en casa de su padre, si su padre se entera del voto o del compromiso que ha contraído y su padre no le dice nada, serán firmes todos sus votos, y todos los compromisos contraídos serán firmes’» (Núm. 30, 14). Siguen luego algunas leyes referentes a estas mujeres con votos.
Con el mismo significado está escrito en los Proverbios: «Tenía que ofrecer un sacrificio de comunión y hoy he cumplido mi voto» (Prov. 7, 14). Más adelante: «Lazo es para el hombre pronunciar un voto a la ligera y reflexionar después de haberlo hecho» (Prov. 20, 25). Y en el Eclesiastés (5, 4): «Es mejor no hacer votos que hacerlos y no cumplirlos». En Hechos (21, 23): «Hay entre nosotros cuatro hombres que tienen un voto que cumplir».
PRIMERA PARTE LA ORACIÓN EN GENERAL — 4. Terminología: conclusión