Orígenes — CONTRA CELSO
Excertos da tradução espanhola de Daniel Ruiz Bueno, publicada pela BAC
VI-36. Orígenes puntualiza
Ahora bien, que la muerte cesará en el mundo tan pronto cese el pecado del mundo, lo pudiéramos decir nosotros para explicar lo que misteriosamente se dice en el Apóstol, y es de este tenor: Mas cuando hubiere sometido a todos los enemigos bajo sus pies, entonces, como postrer enemigo, será también destruida la muerte (1 Cor 15,15-26). Y también se dice: Cuando esto corruptible se vistiere de incorrupción, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Absorbida ha quedado la muerte por la victoria (1 Cor 15,54). “De una bajada que de nuevo se estrecha”, tal vez hablen los que introducen la transmigración de las almas. De “puertas que se abren por sí mismas” no sería improbable hablaran algunos que aludieran y explicaran este texto: Abridme ya las puertas de justicia; por ellas que haya entrado, le daré al Señor gracias. Esta es la puerta del Señor; por ella \ sólo entrarán los justos (Ps 117,19-20). Y otra vez se dice en el salmo 9: Sácame de las puertas de la muerte, y así publicaré, junto a las puertas | de la hija de Sión, tus alabanzas (Ps 9,14-15). Puertas de la muerte dice la palabra divina que son las que llevan a la perdición del pecado, y puertas de Sión, por lo contrario, las buenas obras; y lo mismo las puertas de justicia, que vale tanto como decir las puertas de la virtud, y éstas se abren por sí mismas a los que fervorosamente siguen las acciones virtuosas.
Acerca, empero, del árbol de la vida fuera más oportuno discutir al interpretar lo que atañe al paraíso de Dios, que se describe en el Génesis, plantado por el mismo Dios (Gen 2,9; 3,22.24). Muchas veces hizo ya Celso mofa de la resurrección, que no entendió; y ahora, no contento con lo dicho, afirma que la resurrección de la carne viene de un madero; sin duda, a lo que pienso, por malentender lo que se dice simbólicamente que por un árbol vino la muerte y por un árbol la vida; la muerte por Adán, la vida por Cristo (1 Cor 15,22). Luego se burla del madero, y por dos capítulos lo hace objeto de su risa, diciendo que nosotros lo veneramos o porque nuestro maestro fue clavado en una cruz, o porque fue de oficio carpintero. Pero no vio que del árbol de la vida se escribe ya en los libros de Moisés, ni que, en los evangelios recibidos en las iglesias, no se escribe que Jesús mismo fuera carpintero (cf. Me 6,3 cum Mt 13,55).