Origenes Liberdade

Orígenes — DOS PRINCÍPIOS
Liberdade
De Principiis III, 1,17

Pero obsérvese si, además de nuestro deseo de investigar la verdad, nos esforzamos en mantener una actitud de piedad en todo lo concerniente a Dios y su Cristo, viendo que tratamos de probar por todos los medios que, en asuntos tan grandes y peculiares respecto a la múltiple providencia de Dios, Él supervisa el alma inmortal. Si alguien preguntara sobre aquellas cosas que se nos objetan, ¿por qué aquellos que vieron las maravillas y oyeron las palabras divinas no se beneficiaron, mientras que los habitantes de Tiro se hubieran arrepentido, y por qué el Salvador hizo y dijo tales cosas a aquellas personas, para su propio daño, considerando su falta más grave todavía?, nosotros debemos decir que quien entiende las disposiciones de los que encuentran faltas en su providencia, alegando que no creyeron porque no se les permitió ver lo que otros vieron, ni oír lo que otros oyeron, para demostrar que su defensa no se funda sobre la razón, Dios concede esas ventajas que los que culpan su administración piden; para que, después de obtenerlas, puedan no obstante ser convictos de la impiedad más grande al no haber ni siquiera cedido al beneficio, y puedan cesar en tal audacia y siendo libres respecto a este punto, puedan aprender que Dios a veces, al conferir beneficios a ciertas personas, retrasa y aplaza conferir el favor de la visión y el entendimiento de aquellas cosas que, vistas y oídas, cuando se ven y se oyen, hubieran hecho el pecado de los incrédulos, después de maravillas tan grandes y peculiares, mucho más grave y serio.