Origenes Diagrama Ofitas

Orígenes — CONTRA CELSO
Excertos da tradução espanhola de Daniel Ruiz Bueno, publicada pela BAC
VIDE: DIAGRAMAS DOS OFITAS
VI-25. Se describe, en parte, el diagrama
En él había una pintura de diez círculos, separados entre sí, pero encerrados dentro de otro círculo, que se decía ser el alma del universo y se llamaba Leviatán. De éste decían las Escrituras de los judíos, sea cual fuere su sentido oculto, que fue plasmado por Dios como un juguete. Así hallamos en los Salmos: Todo lo has hecho sabiamente, la tierra henchida está de tus hechuras. ¡Mira ese grande mar, su anchura inmensa! Por él corren las naves, animales pequeños, otros grandes, y ese dragón, juguete que tú hicieras (Ps 103,24-26). En lugar de dragón, el texto hebraico trae leviathan. Ahora bien, el impío diagrama dice ser el alma que penetra el universo ese leviatán que tan claramente condena el profeta. Hallamos también en él al que se llama Beemoth, colocado después del círculo más bajo. El autor de este abominable diagrama inscribió a este leviatán sobre el círculo y en el centro de éste, de forma que puso dos veces su nombre.

Dice además Celso que “el diagrama estaba dividido por una gruesa raya negra”, y afirma habérsele dicho que ésta era la gehenna, llamada también tártaro. Como quiera que en el Evangelio hallamos escrito gehenna como lugar de tormentos (Mt 5,22 et passim), hemos inquirido si aparece ese nombre en algún pasaje de las antiguas Escrituras, más que más que también los judíos emplean la palabra. Hemos hallado, pues, que en la Escritura se nombra un “valle del hijo de Ennom”; pero hemos sabido que en el texto hebreo, en vez de valle, aunque con el mismo significado, se dice “valle de Ennom y gehenna” (cf. Ier 7,3lss; 39 (32,35). Leyendo más despacio, hemos hallado que la gehenna o valle de Ennom se enumera en la suerte que le tocó a la tribu de Benjamín, donde estaba también Jerusalén. Y examinando la ilación o consecuencia de haber una Jerusalén celeste con la herencia de Benjamín y el valle de Ennom, hemos descubierto algo que puede aplicarse al tema de los castigos, a la purificación, por el tormento, de tales almas, según el texto que dice: Mirad que el Señor viene como fuego de horno de fundición y como hierba de batanero; y se sentará a fundir y purificar, como si fuera plata y oro (Mal 3,2-3).