Origenes Deus-Poder

Orígenes — DOS PRINCÍPIOS
O poder de Deus não é ilimitado
De Principiis, II. IX. 1

1. Volvamos ahora el orden de nuestra discusión propuesta, y contemplemos el comienzo de creación, hasta donde el entendimiento puede contemplar el principio de la creación de Dios. Debemos suponer que en aquel comienzo Dios creó un gran número de criaturas racionales o intelectuales (o como quiera que se llamen), que nosotros llamamos anteriormente entendimientos, tantas como El previo que serían suficientes. Es cierto que las hizo según algún número definido, predeterminado por Él mismo, pero no debe imaginarse, como algunos han hecho, que las criaturas no tienen límite, porque donde no hay límite tampoco hay comprensión ni limitación. Ahora, si este fuera el caso, ciertamente las cosas creadas no podrían ser refrenadas ni administradas por Dios. Porque, naturalmente, todo lo que es infinito es también incomprehensible. Más aún, la Escritura dice: “Dios ha dispuesto todo con número, peso y medida” (Sg 11,20). Por lo tanto, un número será correctamente aplicado a las criaturas racionales o entendimientos, tan numeroso como para admitir ser dispuestos, gobernados y controladas por Dios.

Pero la medida se aplica apropiadamente al cuerpo material, y esta medida, según creemos, fue creada por Dios tal como Él sabía que sería suficiente para adornar el mundo. Estas cosas son, pues, las que hemos de creer que fueron creadas por Dios al principio, es decir, antes de todas las cosas. Y creemos que esto se indica incluso en el comienzo de la introducción de Moisés en términos algo ambiguos, cuando dice: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra” (Gn 1,1), porque es seguro que no se habla del firmamento, ni de la tierra seca, sino del cielo y de la tierra de los cuales el presente cielo y tierra que ahora vemos tomaron sus nombres.