Grupos Gnósticos — OFITAS
Otras muchas sectas, mencionadas sobre todo por los heresiólogos del siglo iv en adelante, aluden a la serpiente sin otorgarle aún una función doctrinal relevante. Entre ambos grupos resulta que la mayoría de las denominaciones gnósticas de segundo orden hacen un hueco a la serpiente. De aquí al pan-ofitismo hay un paso, y lo dieron, a principios de siglo, R. Liechtenhan, E. F. Scott, C. Schmidt y W. Bousset, entre otros. Estos autores quisieron ver en el ofitismo la forma más temprana y difundida del gnosticismo, común al paganismo, al judaismo y al cristianismo. E. de Faye opuso serias reservas a una generalización tan precipitada y la controversia acabó por extinguirse. En la actualidad se engloban bajo el epígrafe de ofitas a las denominaciones reseñadas en nuestro primer grupo, sin minusvalorar, con todo, la importancia de la simbología de la serpiente en la historia de las religiones. (Excertos de José Montserrat Torrents, “059. Los gnósticos I: 1 (Biblioteca Clasica (gredos)”)
René Guénon: SHETH
En efecto, si el tigre o el leopardo es un símbolo del Set egipcio, la serpiente es el otro 1; y ello se comprende sin dificultad, si se la encara según su aspecto maléfico, el que más comúnmente se le atribuye; pero se olvida casi siempre que la serpiente tiene además un aspecto benéfico, el cual se encuentra también en el simbolismo del antiguo Egipto, especialmente en la forma de la serpiente real, el uraeus o basilisco 2 Aun en la iconografía cristiana, la serpiente es a veces símbolo de Cristo Le Roi du Monde, cap. III)), hemos señalado a este respecto la figuración de la anfisbena (amphisbaina), serpiente de dos cabezas, una de las cuales representa a Cristo y la otra a Satán.; y el Shet bíblico, cuyo papel en la leyenda del Graal hemos señalado en otra ocasión Le Roi du Monde, cap. V))., se considera a menudo como una “prefiguración” de Cristo 3. Puede decirse que los dos Shet no son en el fondo sino las dos serpientes del caduceo hermético 4: son, si se quiere, la vida y la muerte, producidas ambas por un poder único en su esencia pero doble en su manifestación 5.
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Orígenes: OFITAS
El filósofo Celso, en su Discurso verídico (ca. 178), en su afán de restar originalidad al cristianismo, desentierra un extraño gráfico utilizado (Diagrama dos Ofitas), según él, por una secta cristiana. Orígenes, setenta años más tarde, dice haber dado con el dichoso diagrama y lo atribuye a una secta llamada de los ofitas, a los que niega la condición de cristianos. Según el alejandrino, el fundador de la secta fue un tal Eufrates. Si esto fuera cierto, habría que identificar a los ofitas con los peratas, cosa que está por dilucidar.
Sin embargo, según se desprende de las noticias conjuntas de Celso y de Orígenes, los ofitas eran un grupo gnóstico cristiano cuyo sistema especulativo se basaba en una interpretación alegórica del Antiguo Testamento, con algunas contaminaciones valentinia-nas. Veneraban a la serpiente del Paraíso por haberse enfrentado con el Dios de la creación mosaica; su angelología remite al esoterismo apocalíptico y tiene paralelos en los «ofitas» de Ireneo, en el Apócrifo de Juan y en el Tratado sobre el origen del mundo; especulan sobre las dos iglesias (celestial y terrena) y creen en la resurrección de la carne.
En resumen, los ofitas podían ser un thíasos («grupo») alejandrino que profesaba un sincretismo típicamente egipcio, mezcla de judaismo, magia y cristianismo, con algún toque platónico mediatizado, quizás, por el hermetismo. (Excertos de José Montserrat Torrents, “059. Los gnósticos I: 1 (Biblioteca Clasica (gredos)”)
Estudos
*OFITAS
*DIAGRAMA DOS OFITAS
- Es muy notable que, el nombre griego Typhôn esté anagramáticamente formado por los mismos elementos que Pythôn.[↩]
- Recordemos también a la serpiente que figura a Knef y produce el “Huevo del Mundo” por su boca (símbolo del Verbo); sabido es que éste, para los druidas, era igualmente el “huevo de serpiente” (representado por el erizo de mar fósil).[↩]
- Es verosímil que los gnósticos llamados “setianos” no difirieran en realidad de los “ofitas”, para los cuales la serpiente (óphis) era símbolo del Verbo y la Sabiduría, (Sophía).[↩]
- Es muy curioso que el nombre de Shet, reducido a sus elementos esenciales S T en el alfabeto latino (que no es sino una forma del alfabeto fenicio), dé la figura de la “serpiente de bronce”. A propósito de esta última, señalemos que en realidad la misma palabra significa en hebreo “serpiente” (nahash) y “bronce” (nehash); se encuentra en árabe otra relación no menos extraña: nahas (‘calamidad’) y nahàs (‘cobre’).[↩]
- Se podrá, sobre este punto, remitir al estudio que hemos dedicado a las “piedras del rayo” (cap. XXV de esta compilación).[↩]