Nicoll Prudencia

Maurice Nicoll — A FLECHA NO ALVO

A PARÁBOLA DO MORDOMO INFIEL (cont.)

Se dice que el mayordomo obró discretamente. Se habla de su discreción (o discernimiento) de una manera directa. Pero en el comentario y en forma indirecta se le llama fiel (pistos). No se pueden desconectar estas dos expresiones que definen al mayordomo. Al hacer lo que hace no solamente es inteligente (phronimos), sino también fiel (pistos). ¿Fiel en qué? Se indica en la frase: ‘El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel’. Al cabo, en lo que hizo, el mayordomo fue fiel en lo muy poco. Y este ‘muy poco’ es Mammon o las riquezas de maldad. Hubo de dejar su mayordomía, o su custodia de las riquezas de verdad, y sin quejarse retornar al mundo. En vez de ser el mayordomo del mundo de verdad, del reino de los cielos, se convierte en el mayordomo del mundo falso, del mundo de Mammon, de este mundo en que vivimos todos, que tiene su verdad, sus ideas, sus valores, conceptos, conocimientos, ciencia y demás cosas. Por esta razón, tras obrar como obró, se le alaba y se le llama el mayordomo de las riquezas de maldad. La traducción que conocemos, ‘mayordomo infiel’ o ‘mayordomo malo’, está mal. En ninguna parte de la versión original griega se le llama así. Después de su acción se le denomina ‘oikomonos tes adikias’ y esto significa mayordomo de lo que no es cierto; y en el versículo siguiente, la frase es: mamona tes adikias, mammon de lo que no cierto. Se ha convertido en mayordomo del mundo, que no es el verdadero, y se le llama fiel en lo muy poco, o en las malas riquezas. Y Jesús dice que si uno no aprende a ser fiel en lo muy poco, no podrá serlo en lo demás, en las verdaderas riquezas.

El hombre ha de aprender de la vida todo lo que pueda, saber cuanto pueda saber del conocimiento y de la verdad que corresponden a este mundo, antes de poder aventurarse con seguridad en el mundo de una verdad superior, de un conocimiento superior. Este es el significado esencial de esta parábola y de sus comentarios, hechos especialmente para los discípulos. Si el hombre falla en su propósito más elevado, tiene que regresar a lo que puede saber y comprender. Esta interpretación de la parábola explica, en primer lugar, la razón de que se le diga que ya no podrá ser mayordomo del hombre rico. No se define una acusación directa. Y el original griego hasta sugiere una acusación maliciosa, como de oídas. Lo evidente es que el mayordomo no ha tomado para si el dinero de los deudores de su señor y que no se lo ha guardado. Los deudores mucho debían, pero el mayordomo no tiene nada.

Volvamos a la parábola. No trata de una astucia financiera ni de alguna, práctica, lista, y si así se la toma se hará más y más incomprensible cuanto más se la estudie, y también más confusa. El primer comentario, ‘los hijos de este siglo (o período del mundo, aion) son en su generación más sagaces que los hijos, de luz’, significa que a su propio nivel el mundo o los: hombres de este período del tiempo del mundo, son a su propio nivel de verdad, conocimiento y ciencia, mucho más inteligentes, prácticos y laboriosos que los ‘hijos de luz’ a su propio grado o nivel de conocimiento y verdad. Es decir, hay mucho que aprender de este mundo, de su verdad y de su conocimiento; en general, de su ciencia. El mayordomo no puede permanecer como ‘hijo de luz’. No puede seguir como custodio de las ‘riquezas de verdad’, o sea de la verdad que enseña Jesucristo. Se encuentra ante una barrera, un obstáculo, y no puede continuar. Tal vez se le haya dicho esto directamente, como en el caso de la parábola; o bien él mismo haya comenzado a advertirlo por su cuenta, puesto que no se queja cuando se le dice de su falla o falta. En vez de desesperar, piensa un plan y exclama: ‘Ya sé lo que haré.’ En el original griego se dice, egnon ti poieso, y esto implica que de pronto se le ocurre una idea, o que advirtió repentinamente alguna posibilidad» no a base de lo que antes sabía, sino a base de lo que ahora, ve, de la situación en que se encuentra. Tal vez hasta ese momento haya considerado que el mundo no tiene ninguna importancia, pero ahora vuelve a él. Ya no es capaz de progresar en el camino de retorno que emprendió y que hasta entonces ha seguido, pero siempre puede sacar el mejor provecho posible de lo que dejó atrás. Antes le era necesario reajustar sus ideas y su actitud; y esto se demuestra por lo que hace. Su plan consiste en hacer que el mundo parezca mejor de lo que en realidad es, a fin de poder volver a él y ganar lo que pueda ganar para vivir, pero siempre en calidad de mayordomo. Se convierte en mayordomo de lo que no es cierto, del mundo y de su conocimiento, reteniendo a la vez todo cuanto ha aprendido en su condición de mayordomo de las riquezas de verdad, y de este modo aplica lo que sabe a todo lo que puede aprender del mundo; consigue mantenerse vivo en sí mismo. Por mayordomo (oikonomos — el, mayor de la casa) hemos de entender a quien ha llegado a cierto punto de responsabilidad mental, a cierto desarrollo en el entendimiento. Decidió ser fiel en lo ‘muy poco’ y por ello se le alaba- Y no sólo se le alaba, sino que también se da a entender que al ser fiel a las riquezas de maldad —a lo que es muy poco y no es propio-— el hombre se prepara para poder ser fiel a las riquezas de verdad y a lo que le es propió. Pero, al hacer esto, el mayordomo no sirve a estas riquezas, a las que a veces se llama Mammon. Se hace ‘amigo de las riquezas de maldad’, o sea que las usa. No sirve sino que lo utiliza. Una cosa es servir a Mammon, y otra utilizarlo. En el Sermón de la Montaña Jesús dice claramente que no se puede servir a dos amos, que no se puede servir a Dios y a Mammon. Pero utilizar a Mammon, utilizar el mundo, sus descubrimientos y conocimientos, que constituyen sus riquezas, no es lo mismo que ser de Mammon y servir al mundo y su verdad en el sentido de recibirlo como si fuese toda la verdad y contuviese todo el conocimiento.