llagas del Crucificado

Añadamos también que la leyenda asocia al Grial con otros objetos, y particularmente con una lanza que, en la adaptación cristiana no es otra que la lanza del centurión Longinos, pero lo que es muy curioso es la preexistencia de esta lanza o de alguno de sus equivalentes como símbolo, de alguna manera complementario a la copa, en las tradiciones antiguas. Por otra parte, para los Griegos, la lanza de Aquiles pasaba por curar las heridas que había causado; la leyenda medieval atribuye precisamente la misma virtud a la lanza de la Pasión. Y aquí nos recuerda otra similitud del mismo tipo: en el mito de Adonis (NA: cuyo nombre, además, significa «el Señor»), mientras que el héroe es sorprendido mortalmente por la acometida con los colmillos de un jabalí (NA: que reemplaza aquí a la lanza), su sangre, al caer en tierra, da nacimiento a una flor; el Sr. Charbonneau-Lassay ha señalado «un sagrario del siglo XII en el que se ve la sangre de las llagas del Crucificado caer en gotitas que se transforman en rosas, y la vidriera del siglo XIII de la Catedral de Angers donde la sangre divina, fluyendo en riachuelos, se transforma en rosas». (NA: Regnabit, enero de 1925.) Tendremos que hablar dentro de poco del simbolismo floral, considerado bajo un aspecto algo distinto; pero, sea cual fuere la multiplicidad de los sentidos que presentan casi todos los símbolos, todo esto se completa y se armoniza perfectamente, y esta multiplicidad misma, lejos de ser un inconveniente o una falta, es por el contrario, para quien sabe comprenderla, una de las ventajas principales de un lenguaje mucho menos estrechamente limitado que el lenguaje ordinario. ESOTERISMO CRISTIANO: EL SAGRADO CORAZÓN Y LA LEYENDA DEL SANTO GRIAL

Por otra parte, puesto que ha salido aquí el tema de la Rosacruz a propósito del sello de Lutero, (NA: Id. enero de 1925.) diremos que este emblema hermético fue en principio específicamente cristiano, sean cuales fueren las falsas interpretaciones más o menos «naturalistas» que han sido dadas a partir del siglo XVII; y ¿no es destacable que la rosa ocupe, en el centro de la cruz, el lugar del Sagrado Corazón? Fuera de las representaciones en que las cinco llagas del Crucificado son figuradas por otras tanta rosas, la rosa central, cuando está sola, puede identificarse con el Corazón mismo, la vasija que contiene la sangre, que es el centro de la vida y también el centro del ser completo. ESOTERISMO CRISTIANO: EL SAGRADO CORAZÓN Y LA LEYENDA DEL SANTO GRIAL