Ahora nos referiremos en otro sentido a los «dos hijos» del entendimiento. Uno es (la) posibilidad (= el entendimiento posible), el otro es (la) actividad (= el entendimiento activo)4. Resulta que un maestro pagano dice: «El alma tiene en esta potencia (= el entendimiento posible) la capacidad de llegar a ser espiritualmente todas las cosas». En la fuerza operante se parece al Padre y obra todas las cosas con destino a un nuevo ser. Dios hubiera querido imprimirle la naturaleza de todas las criaturas; pero ella no existía antes que el mundo. Antes de que este mundo fuera creado en sí mismo, Dios había creado todo este mundo espiritualmente en cada uno de los ángeles. El ángel posee dos conocimientos. Uno es una luz matutina, el otro una luz VESPERTINA. La luz matutina consiste en que el (ángel) ve todas las cosas en Dios. La luz VESPERTINA consiste en que ve todas las cosas a su luz natural. Si él saliera, introduciéndose en las cosas, se haría de noche. Pero resulta que él se mantiene adentro (en la luz) y por eso se la llama luz VESPERTINA. Decimos que los ángeles se alegran cuando el hombre hace una buena obra. Nuestros maestros preguntan si los ángeles se entristecen cuando el hombre comete un pecado. Nosotros decimos: ¡No!, porque ellos miran la justicia de Dios y ahí perciben con su mirada las cosas tales como son en Dios. Por ello no se pueden entristecer. Ahora bien, (el) entendimiento, en cuanto potencia posible, se parece a la luz natural de los ángeles, que es la luz VESPERTINA. Con la fuerza operante levanta todas las cosas hasta Dios y es todas las cosas a la luz matutina. SERMONES: SERMÓN XXXVII 3
«Como una estrella matutina en medio de la niebla.» Ahora me referiré a la palabrita «quasi» que quiere decir «como»; los niños en la escuela la clasifican como «nombre adverbio» (bîwort). He aquí aquello en que pienso en todos mis sermones. Lo más esencial que se puede enunciar de Dios es «Verbo» y «Verdad». Dios se ha llamado Él mismo un «Verbo». San Juan dijo: «Al comienzo era el Verbo» (Juan 1, 1) y al decirlo alude (también) al hecho de que uno debería ser un adverbio junto al Verbo. Tal como la «estrella libre» lleva el nombre de «Venus» del día viernes: ella tiene diversos nombres. Cuando antecede al sol y sale antes que éste se la llama: «estrella matutina»; cuando va a la zaga del sol de modo que éste se pone primero, se la llama «estrella VESPERTINA». A veces corre por encima del sol, a veces por debajo. Ante todos los astros ella se mantiene siempre a la misma distancia del sol; nunca se aleja más de él ni se le acerca más, y esto significa que el hombre deseoso de llegar a tal punto, siempre debe estar cerca de Dios y en su presencia, de modo que nada pueda alejarlo de Dios, ni la dicha ni la desdicha, ni criatura alguna. SERMONES: SERMÓN IX 3