ADÃO)) —1 (Orígenes), y que el misterio mismo de la creación del hombre a imagen del2 significa conforme al Logos, al Verbo de Dios. Y los Padres llegan incluso a afirmar que no solamente el hombre fue creado a imagen del Logos en tanto que Dios, sino también a imagen del Logos encarnado, del Cristo, Dios y hombre, y que tiene por destino desde su creación, por su misma naturaleza, el tender con todo su ser a asimilarse activamente a Cristo3 enseña del mismo modo: «Ya la formación misma del hombre desde su origen, creado a imagen de Dios, ha sido para Cristo, a fin de que el hombre pueda, en el tiempo oportuno, comprender en Él al ((Arquetipo; del mismo modo el mandamiento ha sido dado en el Paraíso para esto».
JESUS CRISTO — SEGUNDO ADÃO
VIDE: Adam, Adão e Eva
Jean-Claude Larchet: TERAPÊUTICA DAS DOENÇAS ESPIRITUAIS
Cristo es llamado segundo Adán no porque haya traído al hombre otra naturaleza y otro destino que los asignados al primer Adán, sino porque viene a cumplir Él mismo aquello que Adán, por su falta, no pudo realizar. Los Padres afirman que es Adán ha sido creado a imagen misma del logos, del Verbo de Dios ↩
logos se relaciona con el misterio de la adopción filial del hombre por Dios en su Hijo. Para el hombre, desde su creación, no existe más que una sola finalidad normal: la semejanza con Cristo, norma del cumplimiento de su naturaleza, plena y claramente revelada en la encarnación de Cristo. El hombre fue creado como «ser lógico» (logikos) es decir razonable, pero más fundamentalmente como ser cristológico, logikos en los Padres ↩
(Macariana). S. Nicolás Cabasilas escribe también: «La naturaleza humana ha sido creada desde su origen en vistas al Hombre Nuevo, la inteligencia y el deseo del hombre son creados para Cristo: hemos recibido la inteligencia para conocer a Cristo, el deseo para ser atraídos hacia Él y la memoria para llevarlo en nosotros. Porque sirvió de modelo a nuestra creación. En efecto, no fue el viejo Adán quien sirvió de modelo (gr. paradeigma) al Nuevo, sino el Nuevo al viejo (cf. Rom 5,14). Para nosotros, que lo reconocemos como nuestro antepasado, el primer Adán pasa por ser el arquetipo de la naturaleza humana; mas para Aquel que tiene ante sus ojos a todos los seres, aún antes que existieran, el antepasado no es sino la imitación del nuevo Adán. Ha sido creado a imagen y semejanza de este último». S. Nicolás Cabasilas podrá entonces escribir de este modo: «El hombre tiende hacia Cristo no solamente a causa de la divinidad de Nuestro Señor, sino también a causa de esta otra naturaleza (la humana) que Él posee». S. Gregorio de Palamás ↩