TEMOR — INSTINTO
Jean-Claude Larchet: TERAPÊUTICA DAS DOENÇAS ESPIRITUAIS
La primera forma de temor es una fuerza que liga al hombre a su ser y le hace temer perderse a sí mismo, alma y cuerpo. Por este temor en sus manifestaciones más elementales, se apega a la vida, al ser y teme todo lo que podría corromperlos y arruinarlos, experimenta una repulsión respecto del no ser, como lo explica s. Máximo quien subraya que esta tendencia pertenece a la naturaleza misma del hombre: éste tiene «la potencia de adherirse al ser y no al no ser y (…) es propiedad según la naturaleza de esta potencia la tendencia hacia lo que es apto para conservar el ser y la repulsión hacia lo que es apto para destruirlo»; forma parte de los logoi que Dios ha insertado (en la naturaleza humana) por creación». «El temor según la naturaleza — escribe además — es el poder de adherirse al ser en proporción a la repulsa (de lo que tiende a destruirlo)». Este temor dice también s. Juan Damasceno, «es repulsa por todo lo que puede destruirlo»; corresponde, podría decirse, al instinto de conservación, al instinto a la vida, a la tendencia innata que tenemos de perseverar en el ser y perpetuar nuestra existencia. Se manifiesta en particular como temor a la muerte, tendencia natural porque el Creador nos ha dado la vida para que la conservemos y que la corrupción y la muerte constituyen fenómenos antinaturales.