entendimiento

Y en todas sus obras y en todas las cosas el hombre ha de usar atentamente su ENTENDIMIENTO y en todas ellas debe tener inteligente conciencia de sí mismo y de su interioridad y aprehender a DiosDios en todas las cosas de la manera más sublime que sea posible. Pues, el ser humano debe ser tal como dijo Nuestro Señor: «¡Habéis de ser semejantes a hombres que a toda hora están despiertos y esperan a su señor!» (Lucas 12, 36). A fe mía, la gente que espera así, está alerta y mira alrededor suyo (para ver) de dónde viene aquel a quien están esperando y lo aguardan en todo cuanto suceda por extraño que les resulte, (pensando) si acaso no se halla ahí. Nosotros debemos, de la misma manera, mirar conscientemente todas las cosas por (si se esconde en ellas) Nuestro Señor. Necesariamente hace falta mucha diligencia para tal (empeño), y uno no debe ahorrar gastos, dando todo cuanto puedan rendir los sentidos y potencias. Al proceder así, la gente estará bien y aprehenderán a Dios de igual modo en todas las cosas y siempre encontrarán en ellas a Dios en la misma medida. 59 ECKHART: TRATADOS PLÁTICAS INSTRUCTIVAS 7.

Es cierto que una obra es distinta de la otra; pero si alguien hiciera sus obras con una disposición de ánimo siempre igual, de veras, sus obras serían todas iguales; y si estuviera bien encaminado, habiéndose posesionado de Dios de dicha manera, para este (hombre) Dios resplandecería, sin duda, tan de-veladamente en la (obra) mundana como en la más divina. Pero esto no ha de entenderse, a fe mía, en el sentido de que el hombre mismo debiera hacer una cosa mundana o incorrecta, sino que ha de orientar hacia Dios todas las cosas externas que le traen la vista y el oído. Quien de tal manera tiene presente a DiosDios en todas las cosas y quien domina y usa su ENTENDIMIENTO en lo más elevado, sólo éste conoce la verdadera paz y posee el legítimo reino de los cielos. 60 ECKHART: TRATADOS PLÁTICAS INSTRUCTIVAS 7.

El hombre nunca ha de tener una opinión tan buena de una obra, ni debe ejecutarla (considerándola) tan acertada, que en ningún momento se sienta tan libre y seguro de sí mismo en las obras, que su ENTENDIMIENTO en ningún instante se vuelva ocioso o se duerma. Debe elevarse continuamente con las dos potencias: el ENTENDIMIENTO y la voluntad, y al hacerlo aprehender en grado sumo lo mejor de todo para él, y debe cuidarse con prudencia de que exterior e interiormente no le suceda ningún daño; (si procede) así, no desatenderá nunca nada, en ninguna cosa que sea, sino que progresará mucho (y) sin cesar. 66 ECKHART: TRATADOS PLÁTICAS INSTRUCTIVAS 8.

Ah sí, cuanto más nos pertenezcamos (a nosotros), tanto menos le pertenecemos (a Dios). El hombre que hubiera abandonado lo suyo, nunca podría echar de menos a Dios en ninguna actividad. Pero, si sucediera que el hombre diese un paso en falso o dijese palabras equivocadas o si las cosas realizadas por él resultaran mal hechas, (Dios), ya que se hallaba en el comienzo de la acción, debería cargar por obligación con el daño; (pero), en tal caso, tú no debes en absoluto abandonar tu obra. A este respecto encontramos un ejemplo en San Bernardo y en otros muchos santos. En esta vida nunca es posible librarse del todo de semejantes percances. Mas no se debe rechazar el noble trigo porque, de vez en cuando, cae neguilla por entre ese trigo. De veras, quien estuviera bien intencionado y poseyera un buen ENTENDIMIENTO de Dios, a ese hombre todos esos sufrimientos y percances le resultarían una gran bendición. Pues, a los buenos todas las cosas les redundan en bien, como dice San Pablo (cfr. Romanos 8, 28), y como manifiesta San Agustín: «Ah sí, incluso los pecados». 97 ECKHART: TRATADOS PLÁTICAS INSTRUCTIVAS 11.

He aquí lo que es necesario ante todas las cosas: que el hombre acostumbre y ejercite su ENTENDIMIENTO para que (se dirija) bien y perfectamente hacia Dios, así lo divino aparecerá en su interior en todo momento. Para el ENTENDIMIENTO no hay nada tan propio ni tan presente ni tan cercano como Dios. El (ENTENDIMIENTO) nunca se dirige hacia otra parte. No se vuelve hacia las criaturas a no ser que se le haga fuerza y agravio en cuyo caso es quebrantado y pervertido directamente. Luego, cuando está corrompido en un joven o en cualquier persona, hay que educarlo con grandes esfuerzos, y uno debe hacer todo cuanto pueda para acostumbrar y atraer otra vez al ENTENDIMIENTO. Pues, por más que Dios le sea propio y natural, una vez que se halle pervertido y afianzado en las criaturas habiéndose apropiado de sus imágenes y acostumbrado (al trato de las criaturas), se habrá debilitado tanto en esta parte y se hallará tan impotente con respecto a sí mismo, y tan contrariado en sus nobles afanes, que todo el empeño que el hombre pueda poner, resultará poco para recuperar su viejo hábito. Y aun cuando ponga todo (su esfuerzo), necesitará cuidarse continuamente. 187 ECKHART: TRATADOS PLÁTICAS INSTRUCTIVAS 21.

He leído muchos escritos tanto de los maestros paganos como de los profetas y del Viejo y del Nuevo Testamento, y he investigado con seriedad y perfecto empeño cuál es la virtud suprema y óptima por la cual el hombre es capaz de vincularse y acercarse lo más posible a Dios, y debido a la cual el hombre puede llegar a ser por gracia lo que es Dios por naturaleza, y mediante la cual el hombre se halla totalmente de acuerdo con la imagen que él era en Dios y en la que no había diferencia entre él y Dios, antes de que Dios creara las criaturas. Y cuando penetro así a fondo en todos los escritos — según mi ENTENDIMIENTO puede hacerlo y es capaz de conocer — no encuentro sino que el puro desasimiento supera a todas las cosas, pues todas las virtudes implican alguna atención a las criaturas, en tanto que el desasimiento se halla libre de todas las criaturas. Por ello Nuestro Señor le dijo a Marta: «unum est necessarium» (Lucas 10,42), eso significa lo mismo que: Marta, quien quiere ser libre de desconsuelo y puro, debe poseer una sola cosa o sea el desasimiento. 377 ECKHART: TRATADOS DEL DESASIMIENTO 3

Alguien podría decir entonces: ¿Cristo tuvo también un desasimiento inmóvil cuando dijo: «Mi alma está entristecida hasta la muerte» (Mateo 26, 38 y Marcos 14, 34) y María, cuando estaba al pie de la cruz y se habla mucho de sus lamentaciones?… ¿cómo concuerda todo esto con el desasimiento inmóvil? A este respecto debes saber que — según dicen los maestros — hay en cualquier hombre dos clases de hombre: uno se llama el hombre exterior, eso es la sensualidad; a este hombre le sirven los cinco sentidos y, sin embargo, el hombre exterior obra en virtud del alma. El otro hombre se llama el hombre interior, eso es la intimidad del hombre. Ahora has de saber que un hombre espiritual que ama a Dios, no emplea las potencias del alma en el hombre exterior sino en la medida en que lo necesitan forzosamente los cinco sentidos; y lo interior se vuelve hacia los cinco sentidos sólo en cuanto es conductor y guía de los cinco sentidos y los protege para que no se entreguen a su objeto en forma bestial, según hacen algunas personas que viven de acuerdo con su voluptuosidad carnal al modo de las bestias irracionales; y semejantes gentes antes que gente se llaman con más razón animales. Y las potencias que posee el alma más allá de lo que dedica a los cinco sentidos, las da todas al hombre interior, y cuando este hombre tiene un objeto elevado (y) noble, el (alma) atrae hacia sí todas las potencias que ha prestado a los sentidos, y de este hombre dicen que está fuera de sí14 y arrobado porque su objeto es una imagen racional o algo racional sin imagen. Pero debes saber que Dios espera de cualquier hombre espiritual que lo ame con todas las potencias del alma. Por esto dijo: «Amarás a tu Dios de todo corazón» (Cfr Marcos 12, 30; Lucas 10, 27). Ahora bien, hay algunas personas que gastan las potencias del alma completamente en (provecho) del hombre exterior. Esta es la gente que dirige todos sus sentidos y ENTENDIMIENTO hacia los bienes perecederos; no saben nada del hombre interior. Debes saber pues, que el hombre exterior puede actuar y, sin embargo, el hombre interior se mantiene completamente libre de ello e inmóvil. Resulta que en Cristo hubo también un hombre exterior y un hombre interior, y lo mismo (vale) para Nuestra Señora; y todo cuanto Cristo y Nuestra Señora dijeron alguna vez sobre cosas externas, lo hicieron según el hombre exterior, y el hombre interior se mantenía en un desasimiento inmóvil. Y así habló (también) Cristo cuando dijo: «Mi alma está entristecida hasta la muerte» (Mateo 26, 38 y Marcos 14, 34), y pese a todos los lamentos de Nuestra Señora y a otras cosas que hacía, su intimidad siempre se mantuvo en inmóvil desasimiento. Escucha para ello una comparación: Una puerta se abre y cierra en un gozne. Ahora comparo la hoja externa de la puerta al hombre exterior y el gozne al hombre interior. Entonces, cuando la puerta se abre y cierra, la hoja exterior se mueve de acá para allá y el gozne permanece, no obstante, inmóvil en el mismo lugar y esto es la causa de que no cambie nunca. Lo mismo sucede en nuestro caso, supuesto que lo sepas entender bien. 385 ECKHART: TRATADOS DEL DESASIMIENTO 3

Ahora invertimos esta palabra y decimos: Porque Dios me ha enviado su ángel, conozco verdaderamente. «Pedro» quiere decir lo mismo que «conocimiento». Ya lo he dicho en otras oportunidades: (El) conocimiento y (el) ENTENDIMIENTO unen al alma con Dios. (El) ENTENDIMIENTO penetra en el ser puro, (el) conocimiento corre a la cabeza, corre adelante y se abre camino para que nazca allí el Hijo unigénito de Dios. Nuestro Señor dice en (el evangelio de) Mateo que nadie conoce al Padre sino el Hijo (Mateo 11, 27). Los maestros afirman que (el) conocimiento pende de (la) igualdad. Algunos maestros dicen que el alma está hecha de todas las cosas porque tiene la facultad de conocer todas las cosas. Suena como una tontería y, sin embargo, es verdad. Los maestros dicen: Lo que he de conocer, debe estar completamente presente para mí y ser igual a mi conocimiento. Los santos afirman que en el Padre se halla (la) potencia, en el Hijo (la) igualdad y en el Espíritu Santo (la) unidad. Dado que el Padre está completamente presente para el Hijo y el Hijo le es completamente igual, nadie conoce al Padre sino el Hijo. 443 ECKHART: SERMONES: SERMÓN III 3

¿Qué pueblo está en Dios? Dice San Juan: «Dios es amor y quien permanece en el amor, permanece en Dios y Dios en él» (1 Juan 4, 16). Aun cuando dice San Juan que el amor une, el amor, sin embargo, no (nos) transpone nunca en Dios; en el mejor de los casos aglutina (lo que ya está unido). El amor no une de ninguna manera; (sólo) aquello que ya se halla unido, lo cose y lo ata. El amor une en una obra, mas no en el ser. Dicen los maestros más insignes que el ENTENDIMIENTO lo monda todo por completo, y aprehende a Dios desnudo, como ser puro que es en sí mismo. El conocimiento irrumpe a través de la verdad y bondad y se arroja sobre el ser puro y aprehende a Dios, desnudo, tal como es sin nombre. (Mas) yo digo: No unen ni el conocimiento ni el amor. El amor aprehende a Dios mismo en cuanto es bueno, y si Dios cayera fuera del nombre «bondad», el amor nunca lograría avanzar. El amor toma a Dios (escondido) bajo una piel, bajo una vestimenta. El ENTENDIMIENTO no hace tal cosa; el ENTENDIMIENTO toma a Dios tal como lo conoce dentro de él; mas, no lo puede comprender jamás en el mar de su ser insondable. Digo yo: Por encima de estos dos, es decir, (el) conocimiento y (el) amor se halla la misericordia; en lo supremo y en lo más puro que Dios puede obrar, allí opera Dios la misericordia. 531 ECKHART: SERMONES: SERMÓN VII 3

Un maestro dice una hermosa palabra: (afirma) que en el alma hay algo muy secreto y escondido y (que se halla) muy por encima de donde emanan las potencias del ENTENDIMIENTO y de la voluntad. Dice San Agustín: Así como es inefable aquello donde el Hijo en el primer efluvio violento emana del Padre, así existe también algo muy secreto por encima del primer efluvio violento, allí donde emanan (el) ENTENDIMIENTO y (la) voluntad. Un maestro que ha hablado del alma mejor que nadie, dice que todo el saber humano nunca penetra en aquello que es el alma en su fondo. (Para comprender) lo que es el alma, hace falta un saber sobrenatural. Dónde emanan las potencias del alma (para entrar) en las obras, de esto no sabemos nada: sabemos, es cierto, algo de ello, pero es poco. De lo que es el alma en su fondo, de esto nadie sabe nada. El saber que de ello se pueda tener, ha de ser sobrenatural, tiene que ser merced a la gracia: allí obra Dios (la) misericordia. Amén. 532 ECKHART: SERMONES: SERMÓN VII 3

Dice un maestro: El alma ha sido dada al cuerpo para su purificación. El alma, cuando se halla separada del cuerpo, no tiene ni ENTENDIMIENTO ni voluntad: es una sola cosa, no sería capaz de reunir suficiente fuerza para volverse hacia Dios; los posee (el ENTENDIMIENTO y la voluntad), es cierto,’ en su fondo, por cuanto éste es su raíz, pero no en su actuación. El alma es purificada en el cuerpo para que reúna lo que está disperso y llevado afuera. Si aquello que los cinco sentidos llevan afuera, entra de nuevo en el alma, ésta tiene una fuerza en la cual todo se vuelve uno. Por otra parte, ella (el alma) es purificada en el ejercicio de las virtudes; esto sucede cuando el alma trepa a una vida que está unificada. La pureza del alma consiste en que fue purificada de una vida dividida y entra en una vida unificada. Todo cuanto está dividido en las cosas inferiores, es unido cuando el alma trepa a una vida en la cual no existe contrario. Cuando el alma llega a la luz del ENTENDIMIENTO, no sabe nada del contrario. Aquello que se desprende de esta luz, cae en la mortalidad y muere. En tercer lugar, la pureza del alma reside en que no está inclinada hacia ninguna cosa. Aquello que se inclina hacia otra cosa, cualquiera que sea, muere y no puede perdurar. 545 ECKHART: SERMONES: SERMÓN VIII 3

Ahora me refiero a la última palabra: «templo de Dios». ¿Qué es «Dios» y qué es «templo de Dios»? Veinticuatro maestros se reunieron con el propósito de hablar sobre lo que era Dios. Se congregaron en determinado momento y cada uno de ellos expresó su opinión; de éstas escojo ahora dos o tres. Uno dijo: Dios es algo en comparación con lo cual todas las cosas mutables y temporales no son nada; y todo cuanto tiene (el) ser, es insignificante ante Él. El segundo dijo: Dios es algo que se halla necesariamente por encima del ser, (algo) que en sí mismo no necesita de nadie y del que necesitan todas las cosas. El tercero dijo: «Dios es un ENTENDIMIENTO que vive únicamente en el conocimiento de sí mismo». 555 ECKHART: SERMONES: SERMÓN IX 3

Si aprehendemos a Dios en el ser, lo aprehendemos en su antepatio, pues (el) ser es el antepatio en donde mora. Pero ¿dónde se halla en su templo en el cual resplandece (como) santo? El templo de Dios es (el) ENTENDIMIENTO. En ninguna parte mora Dios más propiamente que en su templo, o sea el ENTENDIMIENTO, según dijo otro maestro que Dios es un ENTENDIMIENTO que vive en el conocimiento única y exclusivamente de sí mismo, permaneciendo solo en sí allí donde nada lo ha tocado jamás (a Dios), porque allí se halla solo en su quietud. En el conocimiento de sí mismo Dios se conoce a sí mismo en sí mismo. 561 ECKHART: SERMONES: SERMÓN IX 3

Consideremos ahora (el conocimiento) tal como es en el alma que posee una «gotita» de ENTENDIMIENTO, una «chispita», una «rama». Ella (el alma) tiene potencias que obran en el cuerpo. Hay una potencia con cuya ayuda digiere el hombre; ésta obra más de noche que de día; (y) gracias a ella el hombre aumenta de peso y crece. El alma posee además una potencia en el ojo: mediante ella el ojo resulta tan sutil y fino que no acepta las cosas en su rudeza como son en sí mismas; antes tienen que ser cernidas y refinadas al aire y a la luz; esto sucede porque el (ojo) tiene consigo al alma. Otra potencia más se encuentra en el alma, con ella piensa. Esta potencia se imagina dentro de sí las cosas que no se hallan presentes, de modo que conozco las cosas tan bien — y aun mejor — como si las viera con mis ojos — en pleno invierno puedo imaginarme muy bien una rosa —, y con esta potencia opera el alma en (el) no-ser y en este aspecto lo imita a Dios que obra en (el) no-ser. 562 ECKHART: SERMONES: SERMÓN IX 3

Dice un maestro pagano: El alma que ama a Dios, lo toma bajo la envoltura de la bondad — las palabras citadas hasta ahora pertenecen a maestros paganos que no conocieron sino a la luz natural, aún no he llegado a las palabras de los santos maestros que conocieron a una luz mucho más sublime — (pues bien), él dice: El alma que ama a Dios, lo toma bajo la envoltura de la bondad. (El) ENTENDIMIENTO, empero, le quita a Dios la envoltura de la bondad y lo toma desnudo donde está despojado de (la) bondad y del ser y de todos los nombres. 563 ECKHART: SERMONES: SERMÓN IX 3

Dije en el colegio que el ENTENDIMIENTO es más noble que la voluntad y ambos, sin embargo, tienen su lugar en esa luz. Entonces, un maestro dijo en otro colegio que la voluntad era más noble que el ENTENDIMIENTO, porque la voluntad toma las cosas tales como son en sí mismas; el ENTENDIMIENTO, (en cambio), toma las cosas tales como son en él mismo. Esto es verdad. Un ojo es más noble en sí mismo que un ojo pintado en una pared. Pero yo digo que (el) ENTENDIMIENTO es más noble que (la) voluntad. (La) voluntad toma a Dios bajo la vestimenta de la bondad. (El) ENTENDIMIENTO toma a Dios desnudo, tal como se halla despojado de la bondad y del ser. La bondad es una vestimenta por debajo de la cual Dios se halla escondido, y la voluntad toma a Dios bajo esa vestimenta de la bondad. Si no hubiera bondad en Dios, mi voluntad no lo querría. Si alguien quisiera vestir a un rey, en el día en que iban a hacerlo rey, y lo vistiera con indumentaria gris, no lo habría vestido bien. Yo no soy bienaventurado porque Dios es bueno. Tampoco quiero pedir nunca que Dios en su bondad me haga bienaventurado, porque Él no sería capaz de hacerlo. Soy bienaventurado únicamente porque Dios es racional y porque yo conozco este hecho. Dice un maestro: Es (el) ENTENDIMIENTO de Dios del que depende enteramente el ser del ángel. Se pregunta ¿dónde se halla muy propiamente dicho la esencia de la imagen: en el espejo o en aquel de quien proviene? Hablando con mayor propiedad: en aquel de quien proviene. La imagen se halla en mí, (sale) de mí y (va) hacia mí. El espejo, mientras se encuentra exactamente enfrente de mi rostro, contiene mi imagen; si el espejo se cayera, la imagen se desvanecería. El ser del ángel depende de que tenga presente el ENTENDIMIENTO divino en el cual se conoce. 564 ECKHART: SERMONES: SERMÓN IX 3

Existe una palabra enunciada: ésta es el ángel, el hombre y todas las criaturas. Además hay otra palabra, pensada y enunciada, mediante la cual se hace posible que yo me imagine algo. Mas hay todavía otra palabra no enunciada ni pensada y que nunca sale afuera, sino que se halla eternamente en Aquel que la dice; mora en el Padre que la dice en continuo acto de ser concebida y de permanecer adentro. El ENTENDIMIENTO siempre está actuando hacia dentro. Cuanto más sutil y cuanto más espiritual es una cosa, tanto más poderosamente obra hacia dentro; y cuanto más vigoroso y sutil es el ENTENDIMIENTO, tanto más le es unido y se une con él aquello que (el ENTENDIMIENTO) conoce. Mas no sucede lo mismo con las cosas corporales; cuanto más vigorosas son, tanto más obran hacia fuera. (Pero) la bienaventuranza de Dios reside en el obrar-hacia-dentro del ENTENDIMIENTO, donde el «Verbo» permanece adentro. Ahí, el alma debe ser un «adverbio» y obrar una sola obra con Dios para recibir su bienaventuranza dentro del conocimiento flotante en sí mismo, ese mismo (conocimiento) donde Dios es bienaventuranza. 567 ECKHART: SERMONES: SERMÓN IX 3

He hablado de una potencia (=el ENTENDIMIENTO)7 en el alma; en su primer efluvio violento esa potencia no aprehende a Dios en cuanto es bueno, tampoco lo aprehende en cuanto es verdad: ella penetra hasta el fondo y sigue buscando y aprehende a Dios en su unidad y en su desierto; aprehende a Dios en su yermo y en su propio fondo. De ahí que nada la puede satisfacer; ella sigue buscando qué es lo que es Dios en su divinidad y en la propiedad de su propia naturaleza. Ahora bien, dicen que no hay unión mayor que el hecho de que las tres personas sean un solo Dios. Luego — así dicen — no hay ninguna unión mayor que la (existente) entre Dios y el alma. Cuando sucede que el alma recibe un beso de la divinidad, se yergue llena de perfección y bienaventuranza; entonces es abrazada por la unidad. En el primer toque con el cual Dios ha tocado y toca al alma en su carácter de no-creada y no creable, allí el alma es — en cuanto al toque de Dios — tan noble como Dios mismo. Dios la toca según (es) Él mismo. Alguna vez prediqué en latín — y esto fue en el día de la Trinidad —, entonces dije: La diferenciación proviene de la unidad, (me refiero a) la diferenciación en la Trinidad. La unidad es la diferenciación, y la diferenciación es la unidad. Cuanto mayor es la diferenciación, tanto mayor es la unidad, pues es diferenciación sin diferencia. Si hubiera mil personas, sin embargo, no habría nada más que unidad. Cuando Dios mira a la criatura, le da su ser (de criatura); cuando la criatura mira a Dios, recibe su ser (de criatura). El alma tiene un ser racional, cognoscitivo; por eso: allí donde se halla Dios, se halla el alma, y donde se halla el alma, allí se halla Dios. 586 ECKHART: SERMONES: SERMÓN X 3

Ahora bien, se dice: «Fue hallado en su interior». «Interior» es aquello que vive en el fondo del alma, en lo más íntimo del alma, en (el) ENTENDIMIENTO, y que no sale ni mira a ninguna cosa. Allí todas las potencias del alma son igualmente nobles; allí «fue hallado justo en su interior». Justo es aquello que es igual en el amor y en el sufrimiento y en la amargura y en la dulzura, (justo es) aquel a quien no lo estorba ninguna cosa para hallarse (como) uno en la justicia. El hombre justo es uno con Dios. (La) igualdad es amada. (El) amor siempre ama a lo igual; por eso, Dios ama al hombre justo como igual a Él mismo. 587 ECKHART: SERMONES: SERMÓN X 3

Que nos ayuden el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo para que nos hallemos en el interior, en el día y en el tiempo del ENTENDIMIENTO, y en el día de la sabiduría y en el día de la justicia y en el día de la bienaventuranza. Amén. 588 ECKHART: SERMONES: SERMÓN X 3

En el alma hay una potencia de la cual ya he hablado varias veces… si el alma entera fuera como ella, sería increada e increable. Mas las cosas no son así. Con la parte restante ella (el alma) ha puesto sus miras en el tiempo y le adhiere y al hacerlo toca la criaturidad y es creada… (Estoy hablando del) ENTENDIMIENTO: para esta potencia nada se halla ni lejos ni afuera. Aquello que se encuentra allende el mar o a una distancia de mil millas, lo conoce y lo tiene presente tan esencialmente como este lugar donde me hallo yo. Esta potencia es una virgen y le sigue al cordero adonde vaya. Esta potencia aprehende a Dios todo desnudo en su ser esencial; es una sola en la unidad, (mas) no semejante en la semejanza. 639 ECKHART: SERMONES: SERMÓN XIII 3

Una palabrita más sobre el alma y luego nada más: «¡Vosotras, hijas de Jerusalén, no os fijéis en que soy morena! El sol me destiñó y los hijos de mi madre lucharon contra mí» (Cant de los Cant 1, 4 y 5). Con ello se refiere a los hijos de este mundo; a ellos les dice el alma: Aquello del sol, o sea, los placeres de este mundo, que me alumbra y toca, me hace oscura y morena. El marrón no es un color perfecto; tiene un matiz claro pero también alguno oscuro. Cualquier cosa que el alma piense u opere con sus potencias, por clara que sea en ella, sin embargo, es una mezcla. Por eso dice: «Los hijos de mi madre lucharon contra mí». Los hijos, éstos son todas las potencias inferiores del alma; todas ellas la combaten y tientan. El Padre celestial es nuestro Padre (verdadero) y la Cristiandad nuestra madre. Por más hermosa y adornada que se presente, y por útil que sea con sus obras, todo esto aún es imperfecto. Por eso se dice: «¡Oh tú, la más hermosa por entre las mujeres, sal y retírate!» (Cant de los Cant 1, 7). Este mundo es como una mujer porque es débil. Pero ¿por qué dice no obstante: «la más hermosa entre las mujeres»? Los ángeles son más hermosos y muy superiores al alma. Por eso dice: «¡La más hermosa» — a su luz natural (del ENTENDIMIENTO) — «sal y retírate!» Sal de este mundo y retírate de todo aquello hacia lo cual todavía se inclina tu alma. Y cualquier cosa que ella toque aún, la debe odiar. 726 ECKHART: SERMONES: SERMÓN XVII 3

Era el hijo de una viuda. El marido estaba muerto, de ahí que también el hijo estuviera muerto. El único hijo del alma, esto es la voluntad y lo son todas las potencias del alma; ellas son todas uno en lo más íntimo del ENTENDIMIENTO. (El) ENTENDIMIENTO, en el alma es el marido. Puesto que el marido está muerto, también está muerto el hijo. A este hijo muerto le dijo Nuestro Señor: «¡Te digo, joven, levántate!» El Verbo eterno y el Verbo vivo en el cual viven todas las cosas y que sostiene todas las cosas, infundió vida al muerto, y éste «se incorporó y comenzó a hablar». Cuando la Palabra habla dentro del alma y el alma contesta en medio de la Palabra viva, entonces el Hijo cobra vida en el alma. 740 ECKHART: SERMONES: SERMÓN XVIII 3

Nuestros maestros dicen: ¿Qué es lo que alaba a Dios? Esto lo hace (la) semejanza. Así pues, lo alaba a Dios todo aquello en el alma que se asemeja a Dios; lo que de alguna manera es desigual a Dios no lo alaba; así como un cuadro alaba a su maestro que le ha impreso todo el arte que alberga en su corazón y que así se ha asemejado completamente (el cuadro). Esta semejanza del lienzo elogia a su maestro sin palabras. Aquello que se puede alabar con palabras o que se reza con la boca, es poca cosa. Porque Nuestro Señor dijo una vez: «Vosotros rezáis pero no sabéis qué es lo que rezáis. Vendrán verdaderos rezadores que adorarán a mi Padre en espíritu y en verdad» (Cfr Juan 4, 22 y 23). ¿Qué es (la) oración? Dice Dionisio: Trepar hacia Dios en el ENTENDIMIENTO, esto es (la) oración. Dice un pagano: Allí donde se hallan (el) espíritu y (la) unidad y (la) eternidad, allí quiere obrar Dios. Donde (la) carne está en contra del espíritu, donde (la) disgregación está en contra de (la) unidad, donde (el) tiempo está en contra de (la) eternidad, allí no obra Dios; no se aviene a ello. Antes bien, todo el placer, contento, alegría y bienestar que puedan tenerse acá (en esta tierra), todo esto debe desaparecer. Quien quiere elogiar a Dios, tiene que ser santo y estar reconcentrado y ser espíritu sin hallarse afuera en ninguna parte; antes bien, con perfecta semejanza tiene que ser llevado hacia arriba, hasta la eternidad, por encima de todas las cosas. Me refiero no sólo a todas las criaturas que están creadas, sino (también) a todo cuanto Él sería capaz de hacer si quisiera (hacerlo); el alma tiene que sobrepasar todo esto. Mientras exista alguna cosa por encima del alma y mientras haya algo, sea lo que fuere, que se anteponga a Dios (y) no es Dios, (el alma) no llega al fondo «a lo largo de los días». 755 ECKHART: SERMONES: SERMÓN XIX 3

El amo envió a sus criados (Lucas 14, 17). San Gregorio dice que estos «criados» son la Orden de los Predicadores. Yo hablo de otro criado, que es el ángel. Por lo demás, queremos hablar de un criado, al cual ya me he referido varias veces, y que es el ENTENDIMIENTO en la periferia del alma donde toca la naturaleza angelical, siendo una imagen de Dios. Dentro de esta luz, el alma se halla unida con los ángeles y (hasta) con aquellos ángeles que han caído al infierno y quienes, sin embargo, han conservado la nobleza de su natura. Ahí se encuentra esta chispita, desnuda, erguida sin sufrimiento alguno, dentro del ser divino. Ella (=el alma) se asemeja también a los ángeles buenos que operan continuamente en Dios, y reciben de Dios y devuelven a Dios todas sus obras, tomando a Dios de Dios en Dios. A estos ángeles buenos se asemeja la chispita del ENTENDIMIENTO que fue creada por Dios sin mediación alguna, (y que es) una luz flotante por encima (de las cosas) y una imagen de la naturaleza divina y (fue) creada por Dios. Esta luz el alma la lleva en sí. Dicen los maestros que en el alma existe una potencia llamada sindéresis, pero no es así. Esta última significa algo así como una cosa que adhiere en todo momento a Dios sin pretender nunca nada malo. (Incluso) en el infierno tiene disposición para el bien; dentro del alma lucha contra todo cuanto no es puro ni divino, e invita sin cesar a (concurrir) a ese banquete. 780 ECKHART: SERMONES: SERMÓN XX b 3

Y no van, esos que fueron invitados. El primero dijo: «He comprado una aldea, no puedo ir» (Lucas 14, 18). Por la aldea se entiende todo cuanto es terrestre. Mientras el alma posee alguna cosa terrestre, no llega a este banquete. El otro dijo: «He comprado cinco yuntas de bueyes, no puedo ir, pues tengo que ir a verlas» (Lucas 14, 19). Las cinco yuntas de bueyes son los cinco sentidos. Cada sentido se halla dividido en dos, son, (pues), cinco yuntas. Mientras el alma siga a los cinco sentidos, nunca llegará a este banquete. El tercero dijo: «Acabo de casarme, no puedo ir» (Lucas 14, 20). Yo lo he dicho varias veces: El varón en el alma es el ENTENDIMIENTO. Cuando el alma con el ENTENDIMIENTO se endereza directamente hacia arriba, hasta Dios, entonces el alma es «varón» y es uno y no dos; mas cuando el alma se dirige hacia abajo, entonces es «mujer». Con un solo pensamiento y una sola mirada hacia abajo, se pone vestimenta de mujer; semejante gente tampoco llega al banquete. 784 ECKHART: SERMONES: SERMÓN XX b 3

Dice un maestro que la naturaleza angelical, al hacer cualquier fuerza u obra, no sabe nada más que Dios. De otras cosas ellos (los ángeles) no saben nada. Por eso dijo: «Un solo Dios, Padre de todos»; «Amigo, asciende más». Ciertas potencias del alma perciben desde fuera, como hace el ojo: por más finamente que perciba y elimine lo más burdo, toma, sin embargo, algo desde fuera que ha puesto sus miras en el acá y en el ahora. El conocimiento y el ENTENDIMIENTO, empero, lo mondan todo y recogen aquello donde no hay ni acá ni ahora; en esta dimensión (el ENTENDIMIENTO) toca a la naturaleza angelical. Sin embargo, recibe de los sentidos; de aquello que los sentidos aportan desde fuera, recibe el ENTENDIMIENTO. La voluntad no hace tal cosa. En este punto la voluntad es más noble que el ENTENDIMIENTO. (La) voluntad no saca nada en ninguna parte que no sea el puro conocimiento donde no existe ni (el) acá ni (el) ahora. Dios quiere decir: Por más elevada y más pura que sea la voluntad, ella tiene que ascender más. Es una forma de contestar cuando Dios dice: «Amigo, sube más arriba, esto te proporcionará honor» (Lucas 14, 10). 799 ECKHART: SERMONES: SERMÓN XXI 3

(La) voluntad quiere bienaventuranza. Me preguntaron cuál es la diferencia entre (la) gracia y (la) bienaventuranza. (La) gracia, tal como la experimentamos aquí en este cuerpo, y (la) bienaventuranza que poseeremos más tarde en la vida eterna, son una a otra como la flor al fruto. Cuando el alma está toda llena de gracia, y de todo cuanto hay en ella ya no le queda nada que no sea obrado y acabado por la gracia (entonces), sin embargo, no todo — tal como se halla en el alma — llega a las obras de modo tal que la gracia acabe todo cuanto el alma debe obrar. Ya lo he dicho en otras oportunidades: (La) gracia no hace ninguna obra, sino que le infunde por completo al alma cualquier adorno; ésta es la plenitud en el reino del alma. Digo yo: (La) gracia no une al alma con Dios, ella constituye una consumación; su obra es ésta: llevar al alma de retorno a Dios. Allí le toca en suerte el fruto de la flor. En (la) voluntad, en cuanto quiere la bienaventuranza y en cuanto quiere estar con Dios y tal como es llevada hacia arriba en este sentido… en (una voluntad de) semejante limpidez puede ser que Dios se introduzca secretamente, y en la medida en que el ENTENDIMIENTO recibe a Dios tan puramente como Él es Verdad, en la misma medida Dios ha de introducirse en el ENTENDIMIENTO. Pero, en cuanto cae en la voluntad, Él tiene que subir más. Por eso dice: «Un solo Dios»; «Amigo, sube más arriba». 800 ECKHART: SERMONES: SERMÓN XXI 3

El mar, ¿por qué se llama «furia»? Porque se enfurece y está inquieto. «Ordenó a sus discípulos que subieran». Quien quiere escuchar al Verbo y llegar a ser discípulo de Cristo, tiene que subir y elevar su ENTENDIMIENTO por encima de todas las cosas corpóreas, y debe cruzar la «furia» de la inconstancia (inherente) a las cosas perecederas. Mientras existe alguna volubilidad, ya sea astucia o ira o tristeza, ella tapa el ENTENDIMIENTO de modo que no puede escuchar al Verbo. Dice un maestro: Quien ha de entender las cosas naturales y aun las materiales, debe desnudar su conocimiento de todas las demás cosas. Yo ya he dicho varias veces (lo siguiente): Cuando el sol vierte su luz sobre las cosas corpóreas, entonces transforma aquello a que puede abrazar, en (vapor) fino y lo alza consigo: si la luz del sol fuera capaz de hacerlo, lo elevaría hasta el fondo de donde ella ha emanado. Mas, cuando lo alza por el aire y (el vapor) se ha extendido en sí mismo y calentado por obra del sol y luego (cuando) sube hacia el frío, sufre un revés por el frío y se precipita en (forma de) lluvia o nieve. Así sucede con el Espíritu Santo: levanta al alma y la eleva y alza junto con Él, y si ella estuviera preparada, la levantaría hasta el fondo de donde Él ha emanado. Así acaece cuando el Espíritu Santo mora en el alma: entonces ella sube porque Él la alza junto consigo. Mas, cuando el Espíritu Santo se retira del alma, ella cae hacia abajo porque aquello que es de la tierra, cae hacia abajo; pero aquello que es de fuego, va girando hacia arriba. Por ello, el hombre debe haber pisoteado todas las cosas que son terrestres, y todo cuanto pueda encubrir el ENTENDIMIENTO para que no quede nada que no sea igual al conocimiento. Si (el alma) obra (sólo) en el conocimiento, es igual a éste. El alma que de tal manera ha ido más allá de todas las cosas, es elevada por el Espíritu Santo y Él la alza junto consigo hasta el fondo de donde Él emanó. Ah sí, la lleva a su imagen eterna de donde ella ha surgido, a esa imagen según la cual el Padre ha configurado todas las cosas, a esa imagen en la cual todas las cosas son uno, a la extensión y profundidad en las cuales vuelven a terminar todas las cosas. Quien quiere llegar a este (punto), escuchar al Verbo y ser discípulo de Jesús, la salvación, debe haber pisoteado todas las cosas que son desiguales (a la imagen). 831 ECKHART: SERMONES: SERMÓN XXIII 3

¡Ahora prestad atención! Dice San Pablo: Cuando miramos con el rostro descubierto el esplendor y la claridad de Dios, somos re-formados e in-formados en la imagen que es toda una imagen de Dios y de la divinidad (Cfr 2 Cor 3, 18). Cuando la divinidad se entregó enteramente al ENTENDIMIENTO de Nuestra Señora, ésta recibió a Dios en su seno porque era desnuda y pura; y lo que brotó de la superabundancia divina fluyó en el cuerpo de Nuestra Señora, y por obra del Espíritu Santo se formó un cuerpo en el cuerpo de Nuestra Señora. Y si ella no hubiera llevado la divinidad en el ENTENDIMIENTO, nunca lo habría concebido (a Cristo) corpóreamente. Dice un maestro: Es una merced especial y un gran don el que uno vuele hacia arriba con el ala del conocimiento y eleve el ENTENDIMIENTO al encuentro de Dios, y que sea llevado de claridad en claridad y con claridad en claridad (Cfr 2 Cor 3, 18). El ENTENDIMIENTO del alma es lo más elevado del alma. Cuando ésta se halla afirmada en Dios, el Espíritu Santo la introduce en la imagen y la une con ella. Y con la imagen y el Espíritu Santo se la hace pasar y se la introduce en el fondo. Allí donde se halla in-formado el Hijo, allí habrá de ser in-formada también el alma. A ella que de tal manera es introducida y concentrada y centrada en Dios, le obedecen todas las criaturas, como (le sucedió) a San Pedro: Mientras sus pensamientos estaban concentrados y centrados con simpleza en Dios, el mar se unía bajo sus pies de modo que él caminaba sobre el agua (Cfr Mateo 14, 29 ss), mas, cuando fijó su pensamiento en lo de abajo, se fue hundiendo. 832 ECKHART: SERMONES: SERMÓN XXIII 3

Es ciertamente un gran don el que el alma de tal manera sea introducida por el Espíritu Santo, porque así como al Hijo se lo llama «Verbo», así al Espíritu Santo se lo llama «Don»: de este modo lo designa la Escritura (Cfr Hechos 2, 38). Ya he dicho varias veces: El amor aprehende a Dios en cuanto es bueno; si no fuera bueno no lo amaría y no lo consideraría Dios. No ama nada que carezca de bondad. Pero el ENTENDIMIENTO del alma aprehende a Dios en cuanto es ser puro, un ser que flota por encima (de todo). Mas, (el) ser y (la) bondad y (la) verdad tienen la misma extensión, pues (el) ser, en cuanto existe, es bueno y es verdadero. Pero resulta que ellos (los maestros) toman (la) bondad y la colocan sobre (el) ser: con ello encubren (el) ser y le hacen una piel porque le añaden algo. Por otra parte, lo aprehenden a Él en cuanto es Verdad. (El) ser ¿es (la) verdad? Sí, pues (la) verdad se halla vinculada a(l) ser porque Él le dijo a Moisés: «Me ha enviado El que es» (Cfr Exodo 3, 14). Dice San Agustín: La Verdad es el Hijo en el Padre, porque (la) Verdad está vinculada a(l) ser… (El) ser ¿es (la) verdad? Si se hiciera esta pregunta a varios maestros, dirían: «¡Así es!». Si alguien me hubiera preguntado a mí, le habría dicho: «¡Así es!». Pero ahora digo: «¡No!», porque (la) verdad también es una añadidura. Mas (los maestros) lo toman ahora en cuanto es Uno, porque «Uno» es más propiamente uno que aquello que se halla unido. De aquello que es uno se ha separado todo lo demás; pero, no obstante, lo mismo que se ha separado, se ha añadido también por cuanto supone diferencia. 833 ECKHART: SERMONES: SERMÓN XXIII 3

Los maestros dicen que dos potencias fluyen desde la parte suprema del alma. Una se llama voluntad, la otra, ENTENDIMIENTO, y la perfección de estas potencias se da en la potencia suprema llamada ENTENDIMIENTO: éste no puede descansar nunca. No tiende hacia Dios, en cuanto Espíritu Santo y en cuanto Hijo: huye del Hijo. Tampoco tiende hacia Dios en cuanto Dios. ¿Por qué? Porque ahí tiene (un) nombre. Y si existiesen mil dioses, el (ENTENDIMIENTO) siempre se abriría paso porque lo quiere (encontrar) allí donde no tiene nombre alguno: quiere algo más noble, algo mejor de lo que es Dios en cuanto tiene nombre. Entonces ¿qué quiere? No lo sabe; lo quiere en cuanto es Padre. Por eso dice Felipe: «Señor, haznos ver al Padre, y ya nos basta» (Juan 14, 8). Lo quiere en cuanto es la médula de donde surge (la) bondad; lo quiere en cuanto es un grano del cual emana bondad; lo quiere en cuanto es una raíz, una vena, de la cual brota (la) bondad, y sólo allí es Padre. 885 ECKHART: SERMONES: SERMON XXVI 3

Dije una vez aquí3 — todavía no hace mucho —: Quien ama la justicia, de éste cuida la justicia y es abrazado por la justicia y es la justicia. Algún día anoté en mi libro: El hombre justo no sirve ni a Dios ni a las criaturas ya que es libre; y cuanto más cerca se halla de la justicia, tanto más llega a ser la libertad él mismo y tanto más es él la libertad. Todo lo creado, en cuanto tal, no es libre. Mientras hay una cosa cualquiera por encima de mí, que no es Dios mismo, me oprime por pequeña que sea o cualquiera que sea su índole; aunque fueran (el) ENTENDIMIENTO y (el) amor; en cuanto cosa creada, y no Dios mismo, me oprime porque no es libre. El hombre injusto le sirve a la verdad, gústele o displázcale, y le sirve a todo el mundo y a todas las criaturas y es un siervo del pecado. 917 ECKHART: SERMONES: SERMÓN XXVIII 3

Si el hombre poseyera todo el mundo, debería, sin embargo, pensar que era pobre y extender siempre la mano hacia la puerta de Dios, Nuestro Señor, pidiendo como limosna la gracia de Nuestro Señor, porque la gracia convierte a los (hombres) en hijos de Dios. Por eso dice David: «Señor, todo mi anhelo está delante de ti y detrás de ti» (Salmo 37, 10). San Pablo afirma: «Todo lo tengo por basura a fin de ganar a Nuestro Señor Jesucristo» (Cfr Filipenses 3, 8). Es imposible que alma alguna esté sin pecado, a no ser que la gracia divina caiga en ella. Es obra de la gracia hacer al alma ágil y dócil para (llevar a cabo) todas las obras divinas, porque la gracia brota de la fuente divina y es un signo de Dios y tiene el mismo sabor que Dios y asemeja el alma a Dios. Cuando esta misma gracia y este sabor se vuelcan en la voluntad, se habla de amor; y cuando la gracia y el sabor se vuelcan en el ENTENDIMIENTO, se lo llama luz de la fe; y cuando esta misma gracia y el sabor se vuelcan en la «iracunda», o sea, la fuerza ascendente, entonces se lo llama esperanza. Tienen el nombre de virtudes teologales porque operan una obra divina en el alma, así como en la fuerza del sol se puede reconocer que realiza obras vivas en la tierra ya que vivifica todas las cosas y las conserva en su ser. Si pereciera la luz, perecerían todas las cosas, (volviendo a su estado anterior) cuando aún no existían. Lo mismo sucede en el alma: donde hay gracia y amor, le resulta fácil al hombre hacer todas las obras divinas, y es segura señal de que allí donde le resulta difícil al hombre hacer obras divinas, no reside la gracia. Por eso dice un maestro: No juzgo a las personas que usan vestimenta buena o comen bien, con tal de que tengan amor. Tampoco me considero más grande cuando llevo una vida dura que cuando compruebo que tengo más amor. Es una gran necedad que algunas personas ayunan y rezan mucho y hacen grandes obras y se mantienen solas todo el tiempo, (pero) no corrigen su comportamiento y están inquietas y son iracundas. Deberían examinar dónde se ven con más flaquezas, y en este punto deberían afanarse por superarlo. Cuando tienen la conducta bien ordenada, cualquier cosa que hagan, es agradable a Dios. 991 ECKHART: SERMONES: SERMÓN XXXIII 3

Ahora bien, dice San Pablo: «¡Alegraos en el Señor!» y luego agrega: «¡Que vuestros pensamientos sean conocidos ante Dios!», esto quiere decir: en esta Verdad (Verdad=Hijo) cerca del Padre. La fe queda pegada a la luz del ENTENDIMIENTO, la esperanza a la fuerza esforzada que tiende todo el tiempo hacia lo más elevado y lo más acendrado: (o sea) la Verdad. He dicho algunas veces — ¡y, por favor, fijaos en la palabra! — que esta fuerza está tan libre y tan empeñada en elevarse que no sufre ninguna coacción. El fuego del amor permanece dentro de la voluntad. 1004 ECKHART: SERMONES: SERMÓN XXXIV 3

Ahora bien, él dice: «quiso descansar en el lugar». Toda la riqueza y pobreza y bienaventuranza residen en la voluntad. La voluntad es tan libre y tan noble que no recibe (ningún impulso) de las cosas corpóreas, sino que opera su obra por su propia libertad. (El) ENTENDIMIENTO, ciertamente, recibe (la influencia) de las cosas corpóreas; en este aspecto la voluntad es más noble; pero sucede en cierta parte del ENTENDIMIENTO, en un mirar hacia abajo y en una bajada, que este conocimiento recibe la imagen de las cosas corpóreas. Mas, en la (parte) suprema, el ENTENDIMIENTO obra sin agregado de las cosas corpóreas. Dice un gran maestro: Todo cuanto es traído a los sentidos, no llega al alma ni a la potencia suprema del alma. Dice San Agustín, y también lo dice Platón, un maestro pagano, que el alma posee en sí misma, por naturaleza, todo el saber; por eso no hace falta que arrastre el saber hacia dentro, sino que mediante el estudio del saber externo, se revela el saber que, por naturaleza, se halla escondido en el alma. Es como (sucede con) un médico que, si bien me limpia el ojo y quita el obstáculo que (me) impide ver, no otorga la vista. La potencia del alma que obra en el ojo por naturaleza, sólo ella presta la vista al ojo, una vez quitado el impedimento. De la misma manera, no le da luz al alma todo cuanto como imágenes y formas es ofrecido a los sentidos, sino que únicamente prepara y purifica al alma para que, en su (parte) más elevada, pueda recoger puramente la luz del ángel, y junto con ella la luz divina. 1030 ECKHART: SERMONES: SERMÓN XXXVI b 3

La chispita del ENTENDIMIENTO, ésta es la cabeza del alma, se llama el «marido» del alma, y es algo así como una chispita de la naturaleza divina, una luz divina, un rayo y una imagen inculcada, de naturaleza divina. Leemos sobre una mujer que le pidió un don a Dios (Cfr Juan 4, 7 y 15). El primer don que da Dios, es el Espíritu Santo; en Él Dios da todos sus dones: esto es «agua viva. A quien la doy, nunca jamás tendrá sed» (Cfr Juan 4, 10 y 13). Esta agua es gracia y luz y surge en el alma y surge adentro y se eleva y «salta hasta la eternidad» (Cfr Juan 4, 14). «Entonces dijo la mujer: “¡Señor, dame de esa agua!” (Cfr Juan 4, 15). Entonces dijo Nuestro Señor: “¡Tráeme a tu marido!” Entonces dijo ella: “Señor, no tengo ningún (marido)”. Entonces dijo Nuestro Señor: “Tienes razón; no tienes ninguno; pero has tenido cinco y el que ahora tienes, no es tuyo”» (Juan 4, 16 ss). San Agustín opina: «¿Por qué dijo Nuestro Señor: “Tienes razón”? Él quiere decir: Los cinco maridos son los cinco sentidos; te poseyeron en tu juventud según su entera voluntad y sus apetitos. Ahora, a tu edad madura, tienes uno que no es tuyo: es el ENTENDIMIENTO al que no obedeces». Cuando este «marido» está muerto, las cosas andan mal. El que el alma se separe del cuerpo causa gran dolor; pero el que Dios se separe del alma, duele sobremanera. Así como el alma le da vida al cuerpo, así Dios le da vida al alma. Del mismo modo que el alma se derrama por todos los miembros, Dios se introduce fluyendo en todas las potencias del alma y las atraviesa en forma tal que ellas siguen derramándole (a Dios) con bondad y amor sobre todo cuanto se halla cerca de ellas, para que todo esto lo perciba. Así, Él sigue fluyendo todo el tiempo, quiere decir, por encima del tiempo en la eternidad y en aquella vida en la cual viven todas las cosas. Por eso, Nuestro Señor le dijo a la mujer: «Doy el agua viva. Quien beba de esta agua, nunca jamás volverá a tener sed y vivirá la vida eterna» (Juan 4, 13 s). 1043 ECKHART: SERMONES: SERMÓN XXXVII 3

Ahora bien, dice la mujer: «Señor, mi marido, tu siervo, está muerto». «Siervo» significa lo mismo que alguien que recibe y conserva (algo) para su señor. Si lo retuviera para sí mismo, sería un ladrón. (El) ENTENDIMIENTO es «siervo» en sentido propio antes que (la) voluntad o (el) amor. (La) voluntad y (el) amor se dirigen hacia Dios en cuanto es bueno, y si no fuera bueno, no se fijarían en Él. (El) ENTENDIMIENTO (empero) empuja hacia arriba, hacia la esencia, antes de pensar en (la) bondad o (el) poder o (la) sabiduría o cualquier cosa que sea accidental. No tiene en cuenta las cosas que se han añadido a Dios; lo toma a Él en Él (= en su sí mismo); se hunde en el ser y toma a Dios tal como es ser puro. Y aunque Él no fuera ni sabio ni bueno ni justo, lo tomaría, no obstante, tal como es ser puro. En esto (el) ENTENDIMIENTO se parece al orden supremo de los ángeles, que contiene los tres coros: (los) Tronos que recogen en ellos a Dios y lo conservan en sí y Dios descansa en ellos, (los) Querubines que conocen a Dios y persisten en ello, los Serafines que son el fuego. A éstos se asemeja (el) ENTENDIMIENTO y conserva a Dios en sí mismo. Junto con estos ángeles, (el) ENTENDIMIENTO concibe a Dios en su vestuario, desnudo, tal como es Uno sin distinción. 1044 ECKHART: SERMONES: SERMÓN XXXVII 3

Ahora hablaremos de los «dos hijos» en sentido diferente; quiere decir, del conocimiento y (la) voluntad. (El) conocimiento prorrumpe, él primero, del ENTENDIMIENTO y luego, (la) voluntad sale de ambos. ¡De esto, nada más!… 1046 ECKHART: SERMONES: SERMÓN XXXVII 3

Ahora nos referiremos en otro sentido a los «dos hijos» del ENTENDIMIENTO. Uno es (la) posibilidad (= el ENTENDIMIENTO posible), el otro es (la) actividad (= el ENTENDIMIENTO activo)4. Resulta que un maestro pagano dice: «El alma tiene en esta potencia (= el ENTENDIMIENTO posible) la capacidad de llegar a ser espiritualmente todas las cosas». En la fuerza operante se parece al Padre y obra todas las cosas con destino a un nuevo ser. Dios hubiera querido imprimirle la naturaleza de todas las criaturas; pero ella no existía antes que el mundo. Antes de que este mundo fuera creado en sí mismo, Dios había creado todo este mundo espiritualmente en cada uno de los ángeles. El ángel posee dos conocimientos. Uno es una luz matutina, el otro una luz vespertina. La luz matutina consiste en que el (ángel) ve todas las cosas en Dios. La luz vespertina consiste en que ve todas las cosas a su luz natural. Si él saliera, introduciéndose en las cosas, se haría de noche. Pero resulta que él se mantiene adentro (en la luz) y por eso se la llama luz vespertina. Decimos que los ángeles se alegran cuando el hombre hace una buena obra. Nuestros maestros preguntan si los ángeles se entristecen cuando el hombre comete un pecado. Nosotros decimos: ¡No!, porque ellos miran la justicia de Dios y ahí perciben con su mirada las cosas tales como son en Dios. Por ello no se pueden entristecer. Ahora bien, (el) ENTENDIMIENTO, en cuanto potencia posible, se parece a la luz natural de los ángeles, que es la luz vespertina. Con la fuerza operante levanta todas las cosas hasta Dios y es todas las cosas a la luz matutina. 1047 ECKHART: SERMONES: SERMÓN XXXVII 3

«En aquel tiempo.» Al principio, cuando la palabra es recibida por mi ENTENDIMIENTO, ella es tan acendrada y sutil que es una palabra verdadera antes de ser configurada en mi pensamiento. En tercera (instancia) es pronunciada exteriormente por la boca y luego no es sino una manifestación de la palabra interior. Así también, la palabra eterna es pronunciada interiormente en el corazón del alma, en lo más íntimo, en lo más acendrado, en la cabeza del alma, de la que hablé el otro día, (o sea) en (el) ENTENDIMIENTO: ahí adentro se realiza el nacimiento. Quien no tuviera nada fuera de una idea plena y una esperanza de que así fuese, tendría ganas de saber cómo se realiza ese nacimiento y qué es lo que ayuda para que tenga lugar. 1059 ECKHART: SERMONES: SERMÓN XXXVIII 3

Los maestros escriben que sería inverosímil si se afirmara cuál es la extensión del cielo: (pero), la menor potencia que se halla en mi alma es más extensa que el extenso cielo; para ni siquiera hablar del ENTENDIMIENTO que es extenso sin extensión. En la cabeza del alma, (o sea) en (el) ENTENDIMIENTO, me hallo tan cerca del lugar (que se encuentra) a más de mil millas de allende el mar, como del lugar que ocupo ahora. En esa extensión y en esa riqueza de Dios conoce el alma, ahí nada se le escapa y ahí ya no espera nada. 1062 ECKHART: SERMONES: SERMÓN XXXVIII 3

El alma tiene dos potencias que nada tienen que ver con el cuerpo; y éstas son (el) ENTENDIMIENTO y (la) voluntad: ellas operan por encima del tiempo. ¡Ojalá estuvieran abiertos los ojos del alma de modo que el conocimiento mirara claramente la verdad! ¡Sabed(lo): a tal hombre le resultaría tan fácil renunciar a todas las cosas como a un garbanzo o una lenteja o una nonada; ¡ah sí, por mi alma, todas estas cosas serían nonada para semejante hombre! Ahora bien, hay algunas personas que se despojan de estas cosas por amor, pero consideran muy grandes las cosas que han dejado. Pero aquel hombre que reconoce en la verdad que, si bien renuncia a sí mismo y a todas las cosas, esto no es nada aún… por cierto, el hombre que vive así, posee en la verdad todas las cosas. 1132 ECKHART: SERMONES: SERMÓN XLII 3

Por esta «viuda» entendemos el alma. Como estaba muerto el «marido», también estaba muerto el «hijo». Por el «hijo» concebimos (indirectamente) (el) ENTENDIMIENTO que en el alma es el «marido». Como ella (= la viuda) no vivía con el ENTENDIMIENTO, el «marido» estaba muerto y por eso era «viuda». «Junto a la fuente Nuestro Señor le dijo a la mujer: “¡Vete a casa, tráeme a tu marido!”» (Cfr Juan 4, 16). Él pensaba: como ella no vivía con el ENTENDIMIENTO, que es el «marido», por eso no le caía en suerte «el agua viva» (Cfr Juan 4, 10) que es el Espíritu Santo; Este se brinda sólo allí donde se vive con el ENTENDIMIENTO. (El) ENTENDIMIENTO es la parte suprema del alma donde, junto con los ángeles, tiene una co-existencia y un estar-comprendido en la naturaleza angelical. A la naturaleza angelical no la toca tiempo alguno; lo mismo sucede con (el) ENTENDIMIENTO que es el «marido» dentro del alma; no lo toca tiempo alguno. Si no se vive con el (ENTENDIMIENTO), muere el «hijo». Por eso, era «viuda». ¿Por qué «viuda»?… No existe ninguna criatura que no tenga algo bueno y al mismo tiempo algo defectuoso por lo cual se renuncia a Dios. El defecto de la «viuda» residía en que tenía muerta la facultad de dar a luz; por eso pereció también el fruto. 1145 ECKHART: SERMONES: SERMÓN XLIII 3

¿Por qué dijo «joven»? El alma no tiene nada en donde Dios pueda hablar fuera del ENTENDIMIENTO. Algunas potencias son tan bajas que Él no puede hablar en ellas. Es cierto que habla, mas ellas no lo oyen. (La) voluntad, en cuanto voluntad, no recoge nada en modo alguno. «Marido» no significa ninguna potencia fuera del ENTENDIMIENTO. (La) voluntad, (en cambio), sólo se dirige hacia fuera. 1148 ECKHART: SERMONES: SERMÓN XLIII 3

«Joven». Todas las potencias pertenecientes al alma, no envejecen. Las potencias pertenecientes al cuerpo, se gastan y disminuyen. Cuanto más conozca el hombre, tanto más conocerá. Por eso (se dice) «joven». Afirman los maestros: Joven es aquello que se halla cerca de su comienzo. En (el) ENTENDIMIENTO uno es joven por completo: cuanto más uno opere en esta potencia, tanto más cerca está de su nacimiento. El primer efluvio violento del alma es (el) ENTENDIMIENTO, luego (sigue la) voluntad, y después todas las demás potencias. 1149 ECKHART: SERMONES: SERMÓN XLIII 3

Por encima de la luz se halla (la) gracia; ésta no entra nunca en (el) ENTENDIMIENTO ni en (la) voluntad. Si (la) gracia hubiera de entrar en (el) ENTENDIMIENTO, entonces (el) ENTENDIMIENTO y (la) voluntad tendrían que llegar más allá de sí mismos. Tal cosa no puede ser, porque la voluntad es tan noble en sí misma que no se la puede llenar sino con el amor divino. El amor divino opera obras muy grandes. Mas, por encima hay todavía una parte que es (el) ENTENDIMIENTO: éste es tan noble en sí mismo que no puede ser perfeccionado sino por la verdad divina. Por eso dice un maestro: Hay algo muy secreto que se halla por encima, esto es la cabeza del alma. Ahí se realiza la verdadera unión entre Dios y el alma. (La) gracia no ha operado jamás obra alguna, pero sí emana en el ejercicio de una virtud. (La) gracia no conduce jamas a la unión en una obra. (La) gracia es un in-habitar y un co-habitar del alma con Dios. Para ello es demasiado bajo todo cuanto alguna vez se haya llamado obra, ya sea exterior, ya sea interior. Todas las criaturas buscan algo semejante a Dios; cuanto más bajas son, tanto más externa es su búsqueda como, por ejemplo, el aire y el agua: éstos se dispersan. Pero el cielo que es más noble, busca (una semejanza) más cercana a Dios. El cielo gira continuamente y en su trayectoria trae afuera a todas las criaturas; en esto se asemeja a Dios, pero no es su intención (hacerlo) sino (que busca) algo más elevado. Por otra parte: en su trayectoria busca la quietud. Al cielo nunca se le ocurre obra alguna para servir a una criatura que se halla por debajo de él. Por este hecho se asemeja más a Dios. Para el que Dios nazca en su Hijo unigénito, todas las criaturas son insensibles. Sin embargo, el cielo tiende hacia aquella obra que Dios opera en sí mismo. Si el cielo y otras criaturas más bajas (que el cielo) (ya) proceden así, (cuánto) más noble es el alma que el cielo. 1151 ECKHART: SERMONES: SERMÓN XLIII 3

Dice un maestro: El alma nace en sí misma y nace fuera de sí misma y vuelve a nacer en sí misma. Es capaz de (hacer) milagros a su luz natural; es tan vigorosa que puede separar lo que es uno. (El) fuego y (el) calor son uno. Si este (hecho) es concebido por (el) ENTENDIMIENTO, él debe separarlo. En Dios (la) sabiduría y (la) bondad son uno; si (la) sabiduría entra en (el) ENTENDIMIENTO, ella ya no piensa en la otra (= la bondad). El alma, de sí misma, da a luz a Dios de Dios en Dios; lo da a luz bien de sí misma; lo hace porque da a luz a Dios en aquella parte donde es deiforme: ahí es una imagen de Dios. He dicho también en otras ocasiones: Una imagen, en cuanto imagen, (y) aquello cuya imagen es, nadie los puede separar (a uno de otro). Cuando el alma vive en aquello en que es imagen de Dios, entonces da a luz; en esto reside la verdadera unión, y todas las criaturas no la pueden separar. ¡A despecho de Dios mismo, a despecho de los ángeles y a despecho de las almas y de todas las criaturas, (digo yo) que allí donde el alma es imagen de Dios, no la podrían separar (de Dios)! Esta es (la) unión genuina, en ella reside la verdadera bienaventuranza. Algunos maestros buscan (la) bienaventuranza en (el) ENTENDIMIENTO. Yo digo: (La) bienaventuranza no reside ni en (el) ENTENDIMIENTO ni en (la) voluntad sino por encima (de ellos): (la) bienaventuranza reside allí donde se halla (la) bienaventuranza en cuanto bienaventuranza, (y) no como ENTENDIMIENTO, y donde Dios se encuentra como Dios y el alma como imagen de Dios. Hay bienaventuranza allí donde el alma toma a Dios como es Dios. Allí (el) alma es alma y (la) gracia, gracia y (la) bienaventuranza, bienaventuranza y Dios, Dios. 1152 ECKHART: SERMONES: SERMÓN XLIII 3

«Y fijaos»: «ecce». «Ecce», esta palabrita contiene en sí todo cuanto pertenece al verbo, no se le puede añadir nada (=no tiene flexión). Verbo, esto es Dios, Dios es un Verbo, el Hijo de Dios es un Verbo. El (= el evangelista) opina que toda nuestra vida, todo nuestro anhelo deberían estar encerrados y suspendidos por completo en Dios y dispuestos hacia Él. Por eso dice Pablo: «Soy lo que soy por la gracia de Dios» (1 Cor 15, 10), y además dice: «Yo vivo, mas no yo, sino que Dios vive del todo en mí» (Gal 2, 20). ¿Qué más (tenemos)? «Homo erat». Él dice: «Fijaos, un hombre». Nosotros usamos la palabra «homo» para mujeres, y varones, pero los romanos no quieren concedérsela a las mujeres a causa de su debilidad. «Homo», significa lo mismo que «aquello que es perfecto» y «a lo cual no le falta nada». «Homo», «el hombre», tiene el sentido de «quien está hecho de tierra», y significa «humildad». La tierra es el elemento más bajo y yace en el medio y está rodeada completamente por el cielo y recibe del todo el influjo del cielo. Todo cuanto obra y vierte el cielo, es recibido en medio del fondo de la tierra. En otro aspecto «homo» significa lo mismo que «humedad» y tiene el sentido de «quien está regado con mercedes», afirmando que el hombre humilde recibe en seguida el influjo de la gracia. Por este influjo de la gracia asciende en el acto la luz del ENTENDIMIENTO; ahí (arriba) irradia Dios su resplandor en una luz que no sufre ser encubierta. Quien se hallara poderosamente rodeado por esa luz, sería, comparado con otra persona, tanto más noble como (lo es) un hombre vivo a otro pintado en la pared. Esa luz es tan poderosa que no sólo está privada en sí de tiempo y espacio, sino que, además, le quita a aquello sobre lo cual se derrama, el tiempo y el espacio y todas las imágenes corpóreas (= representaciones) y todo cuanto (le) es ajeno. Ya he dicho varias veces: Si no hubiera ni tiempo ni espacio ni otras cosas, todo sería una sola esencia. Quien de tal manera fuera uno y se postrara en el fondo de la humildad, sería inundado allí mismo con mercedes. 1165 ECKHART: SERMONES: SERMÓN XLIV 3

«Un hombre estaba». ¿Dónde estaba? «En Jerusalén». «Jerusalén» quiere decir «una visión de la paz»; en fin, significa que el hombre sea pacífico y se halle bien orientado. Y acaso signifique más. Pablo dice: «Os deseo la paz que supera todo concepto. Que ella guarde vuestros corazones y vuestro ENTENDIMIENTO» (Cfr Filip 4, 7). 1167 ECKHART: SERMONES: SERMÓN XLIV 3

Ahora dice (Mateo): «Pedro», esto significa lo mismo que «el que ve a Dios». Pues bien, los maestros preguntan si el núcleo de la vida eterna reside más en el ENTENDIMIENTO o en la voluntad. (La) voluntad tiene dos clases de obras: (el) anhelo y (el) amor. La obra del ENTENDIMIENTO (empero), es simple; por eso es mejor; su obra es conocer, y nunca descansa hasta que toque desnudo a aquello que conoce. Y de esta manera precede a la voluntad dándole a conocer aquello que ama. Mientras uno apetece las cosas, no las tiene. Cuando las tiene, las ama; así el deseo deja de existir. 1181 ECKHART: SERMONES: SERMÓN XLV 3

«Cefas» significa lo mismo que «una cabeza». La cabeza del alma es (el) ENTENDIMIENTO. Quienes se expresan del modo más burdo, dicen que lo que precede es el amor; pero aquellos que hacen la afirmación más acertada dicen expresamente — y también es verdad — que el núcleo de la vida eterna reside en el conocimiento antes que en el amor. ¡Y sabed el porqué! Dicen nuestros más insignes maestros — de los cuales no hay muchos — que el conocimiento y el ENTENDIMIENTO suben directamente hacia Dios. Mas, el amor se dirige hacia lo que ama; de ello infiere qué es lo que es bueno. Pero el conocimiento percibe aquello por lo cual es bueno. (La) miel es, en sí misma, más dulce que ninguna cosa que se pueda hacer con ella. El amor toma a Dios porque es bueno; pero (el) conocimiento se eleva y toma a Dios porque es ser. Por eso dice Dios: «¡Simón Pedro, tú eres bienaventurado!» Dios le da al hombre justo un ser divino y lo llama con el mismo nombre que pertenece a su (propio) ser. Por eso dice luego: «Mi Padre que está en el cielo». 1186 ECKHART: SERMONES: SERMÓN XLV 3

Ahora diremos que Dios en cuanto es «Dios», no es la meta perfecta de la criatura. Porque tan elevado rango de ser lo ocupa (también) la criatura más humilde en Dios. Y si sucediera que una mosca tuviese ENTENDIMIENTO y buscase racionalmente el abismo eterno del ser divino, del cual ha provenido, diríamos que Dios, por más que fuera «Dios», no podría satisfacer ni contentar a esa mosca. Por eso le pedimos a Dios que nos despojemos de «Dios» y aprehendamos la Verdad, gozándola eternamente allá donde los ángeles supremos y la mosca y el alma son iguales, allá donde yo estaba y quería (ser) lo que era y era lo que quería (ser). Por ende decimos: Si el hombre ha de ser pobre en voluntad, debe querer y apetecer tan poco como quería y apetecía cuando no era. Y de esta manera es pobre el hombre que no quiere. 1303 ECKHART: SERMONES: SERMÓN LII 3

Hay una palabra de San Pablo donde dice: «Por la gracia de Dios soy todo lo que soy» (1 Cor 15,10). Mas ahora parece que este (mi) discurso (se mantiene) por encima de (la) gracia y por encima del ser y por encima del ENTENDIMIENTO y por encima de (la) voluntad y por encima de todo apetito… ¿cómo puede ser verdad, entonces, la palabra de San Pablo? A lo cual se contesta que las palabras de San Pablo son verdad: hacía falta que la gracia de Dios morara en él; porque la gracia de Dios obró en él de manera que la accidentalidad fuera consumada en la esencialidad. Cuando la gracia terminó, luego de haber hecho su obra, Pablo seguía siendo lo que era. 1309 ECKHART: SERMONES: SERMÓN LII 3

Ahora bien, él dice: «Buscamos tu rostro». (La) verdad y (la) bondad son una vestimenta de Dios; Dios se halla por encima de cuanto podemos expresar con palabras. (El) ENTENDIMIENTO «busca» a Dios y lo toma en la raíz donde salen el Hijo y toda la divinidad; pero (la) voluntad permanece afuera y está adherida a la bondad, porque (la) bondad es una vestimenta de Dios. Los ángeles supremos toman a Dios en su vestuario, antes de que sea vestido con (la) bondad o cualquier cosa que se pueda expresar con palabras. Por eso dice: «Buscamos tu rostro», porque el «rostro» de Dios es su esencia. 1411 ECKHART: SERMONES: SERMÓN LIX 3