Ação

SER HUMANO — AÇÃO


PERENIALISTAS
René Guénon: CONTRA O «QUIETISMO»

A este propósito, es menester decir, que hay en las lenguas occidentales algo que es bastante molesto, y que puede contribuir en parte a algunas confusiones: es el empleo de las palabras «acción» y «actividad», que tienen evidentemente un origen común, pero que, sin embargo, no tienen ni el mismo sentido ni la misma extensión. La acción se entiende siempre como una actividad de orden exterior, que no depende propiamente más que del1, y es precisamente en eso en lo que se distingue de la contemplación y en lo que parece inclusive oponerse a ella de una cierta manera, aunque, aquí como por todas partes, el punto de vista de la oposición tenga forzosamente un carácter ilusorio, así como lo hemos explicado en otra parte, y aunque sea más bien de un complementarismo de lo que se trata en realidad. Por el contrario, la actividad tiene un sentido más general y se aplica igualmente en todos los dominios y a todos los niveles de la existencia: así, para tomar el ejemplo más simple, se habla en efecto de actividad mental, pero, incluso con toda la imprecisión del lenguaje corriente, apenas se podría hablar de acción mental; y, en un orden más elevado, se puede hablar también de actividad espiritual, lo que es efectivamente la contemplación (distinguida, bien entendido, de la simple meditación que no es más que un medio puesto en obra para llegar a ella, y que pertenece todavía al dominio de la mentalidad individual). Hay incluso algo más: si se considera el complementarismo de lo «activo» y de lo «pasivo», en correspondencia con el «acto» y la «potencia» tomados en el sentido aristotélico, se ve sin esfuerzo que lo que es más activo es también, y por eso mismo, lo que está más próximo del orden puramente espiritual, mientras que el orden corporal es aquel donde predomina la pasividad; de ahí deriva esta consecuencia, que no es paradójica más que en apariencia, de que la actividad es tanto mayor y más real cuanto más alejado del dominio de la acción está el dominio donde se ejerce. ¡Desafortunadamente, la mayor parte de los modernos no parecen comprender apenas este punto de vista, y de ello resultan singulares equivocaciones, como la de algunos orientalistas que no vacilan en calificar de pasivo al Purusha, si se trata de la tradición hindú, o al Tien, si se trata de la tradición extremo-oriental, es decir, en todos los casos, lo que es precisamente, al contrario, el principio activo de la manifestación universal!


FILOSOFIA
Excertos de “Les Notions philosophiques. PUF, 1990
Aristóteles distinguia três modos de vida que os homens podiam escolher na liberdade, quer dizer em toda independência das necessidades da existência (o que exclui destes três modo o trabalho escravo assim como a vida laboriosa do artesão ou aquela, mercantil, do comerciante): a vida de prazer, na consumação da beleza, a vida consagrada aos afazeres da polis, onde se podem produzir belas ações, e sobretudo a vida do filósofo dedicada à investigação e à contemplação (theoria) das coisas eternas, cuja beleza inextinguível é exterior a qualquer intervenção agenciadora do homem. Este primado da contemplação sobre a atividade se fundamenta aqui (como em Platão) sobre a convenção que nenhuma obra humana pode se igualar em beleza e em verdade ao Kosmos eterno. A arte, a técnica são sempre ao mesmo tempo inferiores e posteriores à Natureza.

Mário Ferreira dos Santos: AÇÃO

Stanislas Breton: SER E AGIR


Páginas neste site:


  1. mundo corpóreo||dominio corporal