Que quede claro que todo esto no quiere decir de ninguna manera que no haya razones para que el Cristianismo tenga el carácter excepcional de ser una tradición sin lengua sagrada, debe por el contrario tenerlas muy ciertamente, pero es necesario reconocer que no aparecen claramente a primera vista, y sin duda sería necesario, para llegar a desentrañarlas, un trabajo considerable que no podemos emprender aquí; por lo demás, todo lo que toca a los orígenes del Cristianismo y a sus primeros tiempos está desgraciadamente envuelto en muchas oscuridades. Se podría preguntar también si no hay alguna relación entre ese carácter y otro que no deja de ser menos singular: y es que el Cristianismo no posee el equivalente a la parte propiamente «legal» de otras tradiciones; esto es tan cierto que, para suplantarla, ha debido adaptar a su uso el antiguo derecho romano, haciendo además algunos añadidos, pero que no tienen su fuente en las Escrituras. (NA: Se podría decir que, sirviéndonos de un término perteneciente a la tradición islámica, el Cristianismo no tiene shariya; esto es más remarcable en cuanto que, en la filiación tradicional que se puede llamar «abrahámica», se sitúa entre el Judaísmo y el Islam, que tienen por el contrario uno y otro, una shariyah muy desarrollada.) Reprochando estos dos hechos por una parte, y dándose cuenta de que, por otra, como ya lo hemos puesto de manifiesto en otras ocasiones, algunos ritos cristianos parecen, de alguna manera, una «exteriorización» de ritos iniciáticos, se podría preguntar si el Cristianismo original no fue en realidad algo muy diferente de todo lo que se puede pensar actualmente; sino en cuanto a la doctrina, (NA: O, quizá sería necesario decir mejor, a la parte de la doctrina que ha sido generalmente conocida hasta nuestros días; ésta no ha cambiado, ciertamente pero es posible que hayan otras enseñanzas, y ciertas alusiones de los Padres de la Iglesia no parecen poder comprenderse de otra manera; los esfuerzos hechos por los modernos para disimular el alcance de estas alusiones no prueban en suma más que las limitaciones de su propia mentalidad.) al menos en cuanto a los fines en vista de los cuales fue constituido. (NA: El estudio de estas cuestiones nos llevaría a suscitar la de las relaciones del Cristianismo primitivo con el Esenianismo, que es además bastante mal conocido. pero del que se sabe al menos que constituía una organización esotérica relacionada con el Judaísmo; se han dicho sobre esto muchas cosas fantásticas, pero este es un punto que merecería ser examinado seriamente.) No hemos querido aquí, por nuestra parte, más que exponer simplemente estas cuestiones, a las cuales no pretendemos dar ciertamente una respuesta; pero, dado el interés que presenta bajo más de un punto de vista, sería muy de agradecer que alguien que tuviera a su disposición el tiempo y los medios de hacer las investigaciones necesarias, pudiese un día u otro aportar algunas aclaraciones. ESOTERISMO CRISTIANO: A PROPÓSITO DE LAS LENGUAS SAGRADAS