Epigramas I 171-180

O PEREGRINO QUERUBÍNICO — LIVRO I

EPIGRAMAS 171-180

I, 171: No buscando se encuentra a Dios.
DIOS no está aquí ni allí: quien desee encontrarlo,
que se haga atar manos y pies, cuerpo y alma.

I, 172: Dios ve antes que tú pienses.
SI Dios desde la eternidad no ve los pensamientos,
eres tú antes que Él: Él punto, tú límites.

I, 173: El hombre no vive sólo de pan.
EL pan no te nutre: lo que en el pan te alimenta,
es el Verbo eterno de Dios, es vida, y es espíritu.

I, 174: Los dones no son Dios.
QUIEN pide dones a Dios, está muy mal ubicado:
adora a la criatura, y no al Creador.

I, 175: Ser hijo ya es bastante.
HIJO es la palabra más cara que Dios pueda decirme;
si Él la dice, puede faltarme el mundo, y aun Dios mismo.

I, 176: Uno como el otro.
EL infierno se vuelve reino celestial, aun aquí en la tierra,
(y esto parece extraño), si el cielo puede volverse infierno.

I, 177: En el fondo, todo es uno.
SE habla de tiempo y lugar, de ahora y eternidad:
¿mas qué es tiempo y lugar, y ahora y eternidad?

I, 178: La culpa es tuya.
DE que tu vista se ciegue al mirar el sol,
son culpables tus ojos, y no la intensa luz.

I, 179: La fuente de Dios.
PUESTO que los raudales de la divinidad han de manar de mí,
debo ser una fuente: si no se agotarían.

I, 180: Un cristiano es iglesia y es todo.
¿QUÉ soy yo al fin? He de ser la iglesia y la piedra,
el sacerdote de Dios, y también la ofrenda.