Epigramas I 141-150

O PEREGRINO QUERUBÍNICO — LIVRO I

EPIGRAMAS 141-150

I, 141: Hay muchos miles de soles.
DICES que en el firmamento hay un solo sol:
yo digo, empero, que hay muchos miles de soles.

I, 142: Más uno se entrega, más es uno amado.
¿POR qué es Serafín más amado por Dios
que un mosquito? Es porque él se entrega más.

I, 143: El apego a sí condena.
TAN pronto como el diablo pudiera salir de su apego a sí,
lo verías ocupar el trono de Dios.

I, 144: Sólo el Creador puede.
¿CÓMO te imaginas contar la multitud de las estrellas?
Es sólo el Creador, quien puede contarlas todas.

I, 145: En ti está lo que tú quieres.
EL cielo está en ti, y también el suplicio del infierno:
lo que escoges y quieres, lo tienes por doquier.

I, 146: Nada ama Dios fuera de Cristo.
TAN grata es para Dios un alma en el brillo y la luz de Cristo,
como ingrata es para Él si Cristo le falta.

I, 147: La Tierra virgen.
LO más fino en el mundo es la pura Tierra virgen:
se dice que de ella nace el Niño de los Sabios.

I, 148: La alegoría de la Trinidad.
EL Sentido, el Espíritu y el Verbo, enseñan clara y francamente
(si puedes aprehenderlo), cómo Dios es trino y uno.

I, 149: No se puede delimitar.
TANTO ignoras la vastedad de Dios,
cuanto te equivocas al decir que el mundo es una esfera.

I, 150: Uno en el otro.
SI mi alma está en el cuerpo, y así por todos los miembros,
digo a ciencia cierta, que el cuerpo está a su vez en ella.
(entiéndase idealiter.)