Dios Padre (Eckhart)

Todo cuanto acabo de decir pues, del bueno y de la bondad, es igualmente verdadero también con respecto al veraz y a la verdad, al justo y a la justicia, al sabio y a la sabiduría, al Hijo de Dios y a Dios Padre; (es verdadero) para todo cuanto ha nacido de Dios y no tiene padre en esta tierra (y) en lo cual no nace tampoco nada de todo lo creado, de todo cuanto no es Dios, y en lo cual no hay imagen alguna fuera de Dios en su desnudez (y) pureza. Pues, así dice San Juan en su Evangelio: «Les dio poder y capacidad para llegar a ser hijos de Dios a todos cuantos no han nacido ni de la sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad de varón sino de Dios y solamente de Dios» (Juan 1, 12 s) 254 ECKHART: TRATADOS EL LIBRO DE LA CONSOLACIÓN DIVINA 1

De ahí que un hombre bueno debiera avergonzarse mucho ante Dios y ante sí mismo, si todavía observara que en él no se hallaba Dios y que Dios Padre no hacia las obras en el, sino que aun vivía en él la fastidiosa criatura y determinaba sus inclinaciones y hacía sus obras. Por eso se lamenta el rey David en el Salterio, diciendo: «De día y de noche (las) lágrimas eran mi consuelo mientras decían todo el tiempo: ¿Dónde está tu Dios?» (Salmo 41,4). Porque la tendencia hacia lo exterior y el hecho de hallar consuelo en el desconsuelo y las muchas conversaciones placenteras y afanosas sobre ello, son verdadera señal de que Dios no se presenta ni vigila ni obra en mí. Y además él (es decir, el hombre bueno) debería avergonzarse ante la gente buena porque notan en él (semejante conducta). Un hombre bueno nunca ha de quejarse de daños ni penas; debe lamentarse solamente de que se lamente y perciba en su fuero íntimo lamentos y penas. 271 ECKHART: TRATADOS EL LIBRO DE LA CONSOLACIÓN DIVINA 2

Que aprendamos de Jesucristo la lección de humildad, a esto nos ayude a todos Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén. Deo gracias (sic). 666 ECKHART: SERMONES: SERMÓN XIV 3