denarion

Antonio OrbeParábolas Evangélicas em São Irineu

El denario de Mt 20,8, como toda moneda, tuvo su imagen e inscripción. Los antiguos, sin exceptuar a Orígenes, descuidan el perfil, como inoperante, al fin de la parábola.

San Efrén acaba de recogerlo sobriamente: «Recibieron la imagen del rey, cada cual un denario».

El Ps.Teófilo apunta algo parecido con una cláusula que podría traducirse de dos maneras:

1) el denario tenía (como imagen) la figura del Señor; esto es, de quien otorga la vida eterna a los creyentes;

2) el denario representaría al Señor en la actitud de dar la vida eterna a los creyentes.

Un poco rebuscado se me hace esto segundo. Y dudo de que el anónimo sutilizara tanto.

San Jerónimo, muy explícito (ad Mt 20,13):

«Nonne ex denario convenisti mecum? Denarius figuram regís habet. Recepisti ergo mercedem quam tibi promiseram, hoc est, imaginem et similitudinem meam. Quid quaeris amplius?»

Tanto como el dinero — con su figura — interesaría saber la forma de recibirlo. San Jerónimo probablemente no vio problema.

La cláusula (¿ciriliana ?) de las Cadenas indica el sesgo que adoptó entre algunos. El denario — gracia del Espíritu (resp. del Padre) — conformaría a los santos según la «forma, imagen» suya (cf. Rom 8,29). ¿En el cuerpo, en el alma, o en ambos? La respuesta, en el caso de San Ireneo, será precisa.

La coincidencia de San Efrén, Ps.Teófilo, San Jerónimo y San Cirilo Al. (?) induce a pensar en parádosis muy antigua, anterior quizás al propio Orígenes.

El hombre, denario a partir de su primera formación, merced a la imagen de Dios, ¿puede aún recibir — en recompensa — nuevo denario ? ¿No será más bien Dios quien, habiéndole hecho «a su imagen y semejanza» — aviado a la imagen perfecta, definitiva de El — , lo sella con Cristo, Imagen del Padre, elevándole a la medida misma del Unigénito? Y aun así, ¿dónde imprime el Padre el sello de su Hijo, en el alma o en el cuerpo humano?