Conselho Privado Prólogo

Epístola do Conselho Privado — PRÓLOGO
Prólogo
Meu amigo espiritual em Deus,
É para ti pessoalmente que agora me dirijo sobre o exercício interior para o qual creio que estás preparado, e não para todos aqueles que possam ler ou ouvir o que aqui está escrito. Pois se fosse escrever para todos, teria que escrever o que a todos eles é em geral adequado. Mas como neste momento estou escrevendo para ti individualmente, não deve nada dizer exceto o que creio ser mais benéfico e adequado para tua própria disposição. Se qualquer um tem disposição similar a tua e acha esta carta benéfica, tanto melhor; estarei contente. NO entanto, neste momento é tua disposição interior na medida que a compreendo, e ela apenas, que é a meta e alvo de minha atenção. É para ti, então, como representando todos aqueles de mesma disposição, que digo o que segue.

Existe um tradução em português da ECE, que difere em muito da excelente versão inglesa do livro (indicado em EPÍSTOLA DO CONSELHO PRIVADO) que pretendemos aos poucos traduzir. Creio que a tradução da ECE se fez a partir de uma tradução em espanhol, mas mesmo assim sem maior compromisso: vide Prólogo da tradução em espanhol, a partir do qual se segue a tradução na íntegra.

Aqui alguns excertos da boa tradução em espanhol:

* (Llegará luego un momento en que) amarás la soledad, el estar contigo mismo, … la gente puede llegar a ser un estorbo, a no ser que hagan lo que tú haces. No pondrás cuidado alguno en la lectura de libros que no traten de esta cuestión.

* En tal momento, tu amor será … perfecto. Es ahora cuando ves a tu Dios y a tu amor, y cuando Le experimentas de primera mano en el corazón de tu ser, unido en espíritu y en amor con Él. Le experimentas tal cual es, aunque a ciegas, como ha de ser en este mundo. Completamente desasido de ti mismo y desnudo, te has revestido de Él a su propia manera. Te has desposeído y liberado de todo sentimiento que pueda tenerse en esta vida … En la pureza de tu espíritu Le sientes y percibes de modo perfecto y verdadero, como Él es en Sí mismo, lo cual se aleja mucho de lo que en esta vida inocentemente imaginamos y erróneamente esperamos.

* Este alma que ve y siente no puede estar separada de Aquello que ve y siente.

* Ahora estás aprendiendo a sobrellevar espiritualmente este nuevo entendimiento de ti mismo y de Dios.

* Accederás a esta experiencia mediante las vías que te he mencionado … tendrás que relajarte sin cesar en la desnuda conciencia de ti mismo. … Asegúrate de que se halla desnuda, no sea que caigas en engaño. Si de veras está desnuda, hallarás al principio muy penoso todo esto … Te ruego que antes busques la experiencia … En el conocimiento están las fatigas, en la experiencia, el descanso.

* Pero puede que sigas diciendo: “¿Cuál es ese descanso del que hablas? ¡Porque a mí todo me parece un arduo y penoso trabajo! ¡Cuando pongo en práctica lo que dices, nada encuentro sino dolor y lucha por todas partes! Por un lado mi mente me arrastra lejos, pero no la dejo marchar. Por otro, quiero ser consciente de Dios, no de mí mismo, pero no consigo esto. Todos son peleas y dolor. ¡Muy extraño es ese descanso del que hablas!”

* Ésta es mi respuesta: “Todavía no estás acostumbrado a esta clase de ejercicio, por ello es que ha de resultar tan penoso para ti. Pero una vez te hayas habituado y sepas por experiencia cuánto te conviene, no lo cambiarás por todos los goces y comodidades del mundo. Sin embargo, hay que admitir que resulta difícil y penoso. Pero, aun así, le seguiré llamando “descanso”, pues no halla el alma duda alguna en cuanto a lo que ha de hacer y, lo que es más, se hace mucho más segura de sí misma, de modo que ya no le es posible equivocarse en nada.”

Epístola del Consejo Privado. Anónimo inglés del siglo XIV. Del libro La Nube del no Saber y otros tratados contemplativos. Traducción, estudio y notas de Luis Avantos Swan. Grupo Editorial Swan. 1989