Caligrafia

LIVRO — CALIGRAFIA

Oscar Freire

Como contraste a lo citado y a pesar de la generalizada invasión de una cultura secularizada y tecnificada, podríamos decir que aún hoy, en algunos lugares de oriente las artes tradicionales del libro parecen resistir los alterados ritmos del mundo moderno. Así, es posible constatar en algunas cofradías la vigencia de una transmisión artesanal que se ocupa generalmente del simbolismo en la ornamentación bibliográfica y especialmente en la escritura, cuyo valor caligráfico posee grados de ese simbolismo casi totalmente desconocidos e incomprensibles para la mentalidad moderna. De tal modo, que es posible comprender el status de raro y nobilísimo oficio que tradicionalmente se otorga a dichas artes en oriente.

En lo que al arte caligráfico tradicional concierne, conviene destacar, aquello que aún hoy sorprende que se desconozca, ya que es motivo del notable error de los eruditos modernos que siempre lo han considerado como un arte menor y, por extensión, como a un elemento de orden meramente decorativo. Este lamentable punto de vista, posiblemente, haya contribuido al no apercibimiento de aquellos precedentes que en la propia antigüedad y edad media de occidente concernían a las técnicas precisas de los escribas, cuyas reglas abarcaban todos los fenómenos de composición en estricta reflexión con los arquetipos celestes.

Como para dar, de esto último, algunos ejemplos y subrayar que el arte tradicional caligráfico es originario de oriente, podríamos hacer referencia que en China, la caligrafía se halla indivorciablemente unida a la poesía y a la pintura en una tríada derivada de específicos e ideográficos rasgos primordiales revelados, como habíamos dicho, al Emperador Fo-Hsi)). Dichos rasgos, poseen el carácter de wen, es decir, que tomando en cuenta a sus inagotables sentidos y al margen de sus usos tardíos en literatura y en lingüística, se remonta dicha noción a representar primeramente a la esencia que anima a las mas diversas combinaciones y, secundariamente, como clave capaz de interpretar hasta las huellas del paisaje o las rugosidades de los árboles y de las piedras. Por lo dicho anteriormente, en este contexto, se ha de comprender la capacidad de representatividad operatoria de quienes dominen este arte tradicional, máxime, teniendo en cuenta a las funciones simbólicas y rituales del pincel, la tinta y el papel en relación a los gestos rituales y a la ((respiración que son identificados con el “aliento primordial” o ch’i.

Igualmente, en el Islam, el arte caligráfico tradicional ha adquirido sus mas elevadas expresiones de belleza y de trascendencia. Los maestros calígrafos musulmanes supeditan sus fórmulas de oficio a la eficacia y simbolización de la tabla, el tintero y el cálamo. En el esoterismo islámico este ultimo se identifica con la “caña primordial” o Inteligencia primera”, de la cual se afirma que proceden todos los demás seres, los sensibles y los inteligibles. De la caña nace la producción musical (ritmo) y la escritura. De hecho, ciertas cofradías utilizan aún la simple caña, cuya recolección, preparación y cortes precisos se rigen por los ritos artesanales y por los símbolos tradicionales imbuidos del espíritu coránico. Del mismo modo, es posible constatar aquí la misma operatoria o poderes de transformación que reglan a la propia manifestación y tradicionalmente utilizados tan sólo como soportes de la virtud intercesora que lleve a la contemplación intelectual o a la captación inmediata de la Esencia del Ser.