Garcia Bazan — Gnosis
Definição de Gnosticismo
Al término del Coloquio de Mesina (1966), un grupo de ilustres y experimentados especialistas en Gnosis (G. Widengren, U. Bianchi, H. Jonas, J.Daniélou, C. Colpe, M. Simon y H. I. Marrou) fueron encargados de proponer con exactitud el significado correspondiente a las palabras “gnosis”, “gnosticismo”, “pregnosticismo” protognosticismo” y “gnóstico”, el que se pudiera generalizar corno científicamente válido y aceptable como consenso del Congreso. Aunque las caracterizaciones logradas no fueron totalmente aceptadas por todos los asistentes, se llegó a estos resultados que en parte parafraseamos:
a) Por “gnosis” debe entenderse todo “conocimiento de los misterios divinos reservados a una élite”.
b) El “gnosticismo”, por el contrario, envuelve en su estructura verbal la idea de sistema y debe emplearse el término para los conjuntos doctrinales que florecieron hacia los siglos II d. de C. y siguientes, y que ya los heresiólogos comprendieron en tal sentido. El gnosticismo, por consiguiente, abarca una serie coherente de elementos: la presencia de la chispa divina en el hombre, su procedencia del reino divino, su caída en el mundo, al que rige la fatalidad y la ley del nacimiento y de la muerte, y —-la necesidad de ser despertada por su contraparte divina, para poderse reintegrar en su estado primitivo. Esta concepción de la “degradación” de lo divino se basa en la idea ontológica de la debilitación del ámbito de lo divino, una vez que la periferia de su esfera entra en crisis, lo que indirectamente le permite producir el mundo y al que tampoco puede descuidar totalmente, puesto que debe recuperar al pneuma (perspectiva dualista sobre un fondo monista, que se expresa dialécticamente por el doble camino de la degradación y de la reintegración). Sólo las doctrinas gnósticas que incluyan los fundamentos ontológicos, teológicos y antropológicos dichos, forman parte del gnosticismo. Y esta connaturalidad de la partícula pneumática con lo divino hace que la gnosis del gnosticismo sobreentienda: la identidad del cognoscente, de lo conocido y del medio del conocimiento, es decir, la gnosis, que como facultad superior implícita debe ser actualizada. Esta gnosis es una revelación-tradición. Debe tenerse en cuenta la existencia en esta designación de formas de pensamiento contemporáneas a los grandes sistemas gnósticos cristianos y qué presentan ciertas similitudes con la doctrina y escuelas del gnosticismo: el hermetismo, ciertos neoplatónicos, etc., que también deben ser examinadas y clasificadas.
c) El pensamiento “pregnóstico” es aquel que presenta caracteres que pueden ser identificados exteriormente con los sistemas
gnósticos, pero estando esos rasgos integrados en una concepción in globo ajena al gnosticismo. Pensamiento que no es y es gnóstico y esta dualidad la expresa claramente el vocablo “pre-gnóstico”.
d) Lo protognóstico” tendría como término de denotación a todo sistema gnóstico incipiente o germinal, vale decir, a movimientos espirituales que están dirigidos por una actitud similar a la que impregna a los sistemas gnósticos consagrados. Como las investigaciones realizadas hasta el presente no han dado los resultados prácticos de las del apartado anterior, ni mucho menos han tratado de hallar el posible nexo entre esta presencia de manifestaciones gnósticas en niveles más profundos, desviaremos, aunque sólo por el momento, nuestra atención de tan rico venero de sugerencias, descartando, provisoriamente, el término “protognóstico”.
e) El adjetivo “gnóstico puede aplicarse tanto a concepciones que se vinculan a la gnosis como al gnosticismo. En realidad, -stricto sensu, su significación tiene mayor parentesco con gnosis que con gnosticismo, pues, como veremos, éste contiene a aquélla como su aspecto fundamental, y aquél lo que hace es determinarla en movimientos históricos que encierran ciertos caracteres fijos. La ambigüedad del término, por consiguiente, es intransferible y sólo el contexto literario puede facilitar su significado exacto.
f) Queda finalmente por tratar el término “gnostizante”. Éste se encuentra bastante próximo por su significación a pregnóstico, ya que el vocablo hace referencia a rasgos que poseen analogía con el gnosticismo, pero integrados en un sistema no gnóstico. Preferimos usar el adjetivo “pregnóstico” para aquellos casos que se presentan como anteriores a los grandes sistemas del siglo II y siguientes, y “gnostizante” para los contemporáneos y posteriores.