arrepentimiento (Eckhart)

Por ello Dios permite gustosamente que los pecados hagan daño y lo ha permitido a menudo, y con mayor frecuencia ha permitido que les sucediera a aquellos hombres a quienes ha elegido para elevarlos a (hacer) grandes cosas según su voluntad. ¡Mira pues! ¿Quién fue alguna vez más querido por Nuestro Señor y con quién tuvo más intimidad que con los apóstoles? Ninguno de ellos se salvó de caer en pecado mortal; todos habían sido graves pecadores. También lo demostró a menudo en la Vieja y la Nueva Alianza con aquellos que posteriormente llegaron a ser con mucho los más queridos por Él; y todavía en nuestros días raras veces se tiene conocimiento de personas que hayan logrado grandes cosas sin haber cometido antes algún desliz. Y con ello Nuestro Señor aspira a que conozcamos su gran misericordia y nos quiere exhortar a tener una humildad y devoción grandes y verdaderas. Pues, cuando se renueve el arrepentimiento, también el amor crecerá y se renovará mucho. ECKHART: TRATADOS PLÁTICAS INSTRUCTIVAS 12.

Hay dos formas de arrepentimiento: una es temporal o sensible, la otra divina y sobrenatural. El arrepentimiento temporal se va sumergiendo continuamente en penas cada vez mayores y le produce al hombre una aflicción tal como si tuviera que desesperarse ahora mismo, y en este caso el arrepentimiento se detiene en la pena y no progresa. Con esto no se llega a ninguna parte. ECKHART: TRATADOS PLÁTICAS INSTRUCTIVAS 13.

Mas el arrepentimiento divino es muy distinto. Tan pronto como el hombre siente un desagrado, se eleva en seguida hacia Dios y se afianza en una voluntad inquebrantable de dar por siempre la espalda a todos los pecados. Y al hacerlo se eleva hacia una gran confianza en Dios y adquiere una gran seguridad; y de ello proviene una alegría espiritual que sube al alma por encima de toda pena y aflicción, y la vincula firmemente con Dios. Pues, cuanto más débil se halle el hombre y cuanto más haya pecado, tanta más razón tiene para vincularse con Dios mediante un amor indiviso en el cual no hay ni pecado ni imperfección. El mejor escalón, pues, que se puede pisar, cuando se quiere ir hacia Dios con plena devoción, es (el siguiente): estar sin, pecado en virtud del arrepentimiento divino. ECKHART: TRATADOS PLÁTICAS INSTRUCTIVAS 13.

Y cuanto más grave uno mismo considere el pecado, tanto más dispuesto estará Dios a perdonarlo y visitar al alma expulsando el pecado; porque cada uno se esfuerza más que nada por quitarse aquello que le resulta más repugnante. Y cuanto mayores y más graves sean los pecados tan infinitamente más le gustará a Dios perdonarlos y hacerlo con mayor rapidez, porque le repugnan. Y entonces, cuando el arrepentimiento divino se levanta hacia Dios, todos los pecados han desaparecido más rápidamente en el abismo divino que en un cerrar de ojos mío, y con tal de que el arrepentimiento llegue a ser perfecto, serán tan completamente aniquilados como si nunca hubieran sucedido. ECKHART: TRATADOS PLÁTICAS INSTRUCTIVAS 13.

Cuando un hombre quiere recibir el Cuerpo de Nuestro Señor que acuda sin grandes preocupaciones. Pero conviene y es muy útil confesarse antes, aun sin tener conciencia de haber pecado, (sólo) para (obtener) el fruto del sacramento de la confesión. Mas, si hubiera alguna cosa que lo declarara culpable y él, a causa de sus obligaciones, no fuera capaz de confesarse, entonces, que se reúna con su Dios, declarándose culpable ante Él con gran arrepentimiento y conformándose hasta que disponga de tiempo para confesarse. Si en el ínterin se olvida de la conciencia o del reproche del pecado, podrá pensar que Dios lo había olvidado también. Antes que con los hombres hay que confesarse con Dios, y cuando se es culpable, tomar muy en serio la confesión ante Dios y acusarse con rigor. Cuando uno quiere recibir el sacramento, tampoco debe pasar por alto con ligereza esta última (obligación) ni dejarla a un lado a causa de la expiación exterior, porque (sólo) la disposición de ánimo del hombre en sus obras es justa y divina y buena. ECKHART: TRATADOS PLÁTICAS INSTRUCTIVAS 21.

Por ello dicen los maestros que los bienaventurados en el reino de los cielos conocen a las criaturas desnudas de toda imagen, pues las conocen por medio de una sola imagen que es Dios y en la cual Dios conoce y ama y quiere a sí mismo y a todas las cosas. Y Dios mismo nos enseña a orar y suplicar así cuando decimos: «Padre nuestro», «santificado sea tu nombre» lo cual quiere decir: que te conozcamos sólo a ti (Cfr. Juan 17,3); «que venga tu reino» para que yo no tenga nada que considere y conozca como rico fuera de ti, el rico. A esto se refiere el Evangelio al decir: «Bienaventurados son los pobres en espíritu» (Mateo 5,3), quiere decir: en la voluntad, y por ello pedimos a Dios que se «haga su voluntad», «en la tierra», quiere decir: dentro de nosotros, «como en el cielo», quiere decir: en Dios mismo. Semejante hombre comparte una sola voluntad con Dios de modo tal que quiere todo cuanto quiere Dios y de la misma manera que lo quiere Dios. Y por eso, como Dios en cierto modo quiere que yo también haya pecado, yo no quisiera no haberlo hecho porque así se hace la voluntad de Dios «en la tierra», o sea en el pecado, «como en el cielo», o sea en la buena acción. En este sentido, el hombre quiere hallarse privado de Dios por amor de Dios y ser apartado de Dios por amor de Dios, y sólo éste es un verdadero arrepentimiento de mis pecados; así me apeno sin pena del pecado tal como Dios se apena sin pena de toda maldad. Siento pena y la máxima pena por el pecado – pues no cometería ningún pecado por nada creado o creable, por más que hubiera en la eternidad miles de mundos – mas (lo haría) sin pena; y acepto y tomo las penas de la voluntad divina y por ella. Tan sólo semejante pena es una pena perfecta, porque proviene y surge del puro amor de la bondad y alegría más puras de Dios. Así llega a ser verdad y se echa de ver lo que he dicho en este librito: que el hombre bueno, en cuanto es bueno, entra en toda la peculiaridad de la Bondad misma que es Dios en sí mismo. ECKHART: TRATADOS EL LIBRO DE LA CONSOLACIÓN DIVINA 2