Antonius Advertencias 17

Santo Antão — Advertências

ADVERTENCIAS SOBRE LA ÍNDOLE HUMANA Y LA VIDA BUENA (cont.)

La concupiscencia (pleonexia, epithymia) derivada del pensamiento, es la raíz de las pasiones congénitas de las tinieblas. Y el alma que se encuentra en el pensamiento de concupiscencia (pleonexia, epithymia) se ignora a sí misma, ignora ser inspiración de Dios y es llevada así al pecado, sin pensar ¡la insensata! en los males que encontrará después de la muerte

La impiedad y el amor por la gloria son la suma e incurable enfermedad del alma, son la perdición. Efectivamente, la concupiscencia (pleonexia, epithymia) del mal es la privación del bien. Y el bien es hacer, sin avaricia, todo el bien que es grato al Dios del universo.

Sólo el hombre es capaz de recibir a Dios. Solamente a este ser vivo habla Dios. De noche, por medio de los sueños; de día, por medio de la mente. Y por intermedio de todo, predice y preanuncia los bienes futuros a los hombres dignos de Él.

Nada es difícil para quien cree y quiere comprender a Dios. Y si luego quieres también contemplarlo, observa el orden y la providencia que hay en todas las cosas que por su Palabra fueron hechas y creadas. Y todo es para el hombre.

Se llama santo a aquel que es puro de la malicia y de los pecados. Es por lo tanto un grandísimo logro del alma, y que agrada a Dios, que en el hombre no haya malicia.

El “nombre” es el modo de indicar a uno con respecto a muchos. Es por lo tanto insensato considerar que Dios — uno y solo — tenga otro nombre. “Dios,” pues, indica a aquel que existe sin principio, aquel que todo lo ha hecho por el hombre.

Si tienes conciencia de haber actuado malvadamente, elimina las malas acciones de tu alma, aguardando los bienes que vendrán: Dios es ciertamente justo y amigo del hombre.

El hombre conoce a Dios y es por Él conocido si se preocupa de no separarse nunca de Dios. No se separa de Dios el hombre bueno que en todo y por todo domina al placer: no por el hecho de que dispone de poco placer, sino por su propia voluntad y continencia.

Beneficia al que te perjudica, y tendrás a Dios por amigo. No calumnies en nada a tu enemigo. Ejercita el amor, la moderación, la tolerancia, la continencia, etc. Todo esto es conocimiento (gnosis) de Dios: siguiendo a Dios mediante la humildad y las virtudes similares. Sin embargo éstas no son obras para cualquiera, sino para almas dotadas de intelecto.

Por cansa de aquellos que con desprecio se atreven a decir que las plantas y las hierbas tienen alma, he escrito este capítulo, para conocimiento (gnosis) de los más simples. Las plantas tienen la vida natural, pero no tienen alma. El hombre es definido como un animal razonable, porque tiene un intelecto y es capaz de hacer ciencia. Los otros animales, ya sea los que están sobre la tierra como los que están en el aire tienen voz, porque tienen espíritu y alma. Y todo lo que crece y disminuye es un ser viviente, porque vive y crece. Sin embargo, no tiene alma. Hay cuatro especies distintas de seres vivientes. Los unos son inmortales y están dotados de un alma como los ángeles. Otros tienen intelecto, espíritu y alma, como los hombres. Otros tienen espíritu y alma, como los animales. Otros tienen solamente vida, como las planta. Y en las plantas la vida subsiste sin alma, espíritu, intelecto, inmortalidad, Pero ni siquiera el resto puede existir sin vida. Cada alma, es decir cada alma humana, es siempre móvil, y va de un lado a otro.