Agostinho de Hipona — Cidade de Deus
Excertos da Cidade de Deus, reunidos no ensaio “SAN AGUSTÍN Y LAS APARICIONES”
«En cuanto a la verdadera religión: el verdadero Dios, aquel que da la vida eterna, la insufla DENTRO de sus verdaderos adoradores y se la enseña (VI, 4)».
« (…) Según Porfirio, no viene un dios bueno o un buen genio DENTRO del hombre, si el malvado no ha sido previamente apaciguado (X, 21)».
«Es una gran cosa muy poco frecuente que después de haber considerado toda la creación corpórea e incorpórea, y percibido su inconstancia, alguien la deje por la tensión de su espíritu para llegar hasta la sustancia inmutable de Dios y en ella aprender de Él mismo que toda la naturaleza, que no es lo que Él es, no ha sido creada más que por Él. Sin embargo, Dios no habla al hombre a través de una criatura corpórea, provocando un sonido en sus oídos corpóreos, de tal manera que, entre el que provoca el sonido y el que lo oye, el espacio aéreo intermedio es golpeado. Tampoco habla por medio de una criatura espiritual, del tipo que se presenta bajo apariencias corpóreas como en los sueños o algo similar. Allá también, en efecto, habla como oídos corpóreos, porque habla como a través de una cuerpo y de un intervalo en el espacio corpóreo. Pues ese tipo de cosas se asemeja mucho a los cuerpos. No; Él habla por la verdad misma, si alguien es capaz de oírlo con el espíritu (mente), no con el cuerpo. Habla en efecto a esta cosa DENTRO del hombre, que es lo mejor de él, aquello que no tiene nada por encima de sí, sino únicamente Dios (XI, 2)».
«Es DENTRO de nosotros mismos, no obstante, donde debemos contemplar su imagen, y debemos levantarnos y volvernos, como ese hijo menor del Evangelio, hacia nosotros mismos (…) (XI, 28)».
«Y en otra parte, el apóstol dijo: «Que cada uno se pruebe a sí mismo, así tendrá su gloria solamente EN sí mismo, y no en el otro» (Gal. IV, 4) (V, 12)».
«Los sufrimientos de este tipo, en efecto, no son comparables, como dice el apóstol, a la gloria venidera que será revelada DENTRO de nosotros (Rom. VIII, 18) (V, 18)».
«(…) ¿Qué demuestra con ello, sino que cualquier buena voluntad quedaría sin efecto y permanecería un mero deseo, si no fuera Él quien mejorara la buena naturaleza que creó de la nada, con la capacidad de recibirlo, llenándola de Él mismo, tras haberla excitado a un mayor deseo de posesión? (XII, 5)».
«Adán, dónde estás?» (Gen. III, 9). No era evidentemente, la ignorancia lo que hacía formular esta pregunta, sino un reproche que exhortaba al hombre a darse cuenta de dónde estaba aquel DENTRO donde Dios ya no estaba (XIII, 15)».
« (…) Es una palabra breve, una palabra del Señor que habita DENTRO del corazón del creyente (XVII, 5).»
«DENTRO de los hombres buenos, como su templo, Dios será todo EN todos (XVIII, 49)».
«Las palabras: Y DENTRO de mi carne, veré a Dios (Job XIX, 26), son sin duda una profecía sobre la resurrección. No está dicho, sin embargo: por mi carne (XXII, 29)».
«¿A quién debemos creer más, cuando hacen milagros? ¿A aquellos que quieren ser considerados como dioses por aquellos para quienes los hacen? ¿O aquellos que hacen todo lo milagroso, solamente para que creamos en Dios, o sea, en Cristo? Creamos, pues, a los que a la vez dicen la verdad y hacen cosas sorprendentes. Es por haber dicho la verdad, en efecto, que han sufrido, para poder hacer cosas sorprendentes. Y la primera de esas verdades, es ésta: Cristo ha resucitado de entre los muertos y ha mostrado el primero DENTRO de su carne la inmortalidad de la resurrección que nos ha prometido y que obtendremos al comienzo del siglo nuevo o al final de éste (XXII, 10)».
«¡Muy tarde era cuando empecé a amaros!, estabais EN EL INTERIOR de mí; pero yo estaba fuera de mí; y era allá donde os buscaba»
Et Verbum caro factum est et habitavit IN nobis.