Valentino Bom Samaritano [OPEI]

ValentinoParábola do Bom Samaritano
Antonio Orbe
Parábolas Evangélicas em São Irineu
Los valentinianos ofrecen sugestivas consideraciones en el Evangelio según Felipe:

«El amor (agape) espiritual es vino y bálsamo. Le gozan cuantos son ungidos con él. Gozan (apolauein) también (de él) los que se mantienen fuera de ellos, mientras (ous) junto a ellos están los consagrados. Quienes son ungidos con el óleo, si se alejan de ellos y se van; (y) los que no son ungidos, sólo (monon) cuando están lejos de ellos permanecen aún en su mal olor. El samaritano (samarites) no dio al herido otra cosa que (eime) vino y óleo. No es sino (eimeti) la unción. Y sanó (therapeuein) las heridas (plege), porque ‘el amor (agape) cubre una multitud de pecados’ (1 Petr 4,8; Iac 5,20).

El autor realza la eficacia de la caridad, que cubre la muchedumbre de pecados y cura las heridas. El samaritano prob. simboliza al Salvador; el malherido, al hombre. El vino y bálsamo (resp. vino y óleo) evocan la unción de los enfermos, según rito valentiniano (Iren., I 21,3), con eficacia máxima sobre los «espirituales». Pero entendidos aquí a nivel más general, simbolizan prob. el ágape y la gnosis. A raíz de la unción, el individuo supera las heridas (pecados y pasiones). Dotado de buen olor, se lo comunica, en alguna forma, a todos aquellos (psíquicos) a quienes se allega como a prójimos. Hay una leve alusión al sacerdote y al levita de la parábola, que pasan junto al malherido y se van, y le abandonan en su mal olor. Mientras el samaritano se detiene a ungirle, otorgándole con la salud el aroma de Dios.

El autor, disimuladamente, daría a entender que sólo es capaz de salud perfecta (con definitivo buen olor) el hombre espiritual. Mientras los demás participan en tanto viven unidos a él — tal el caso del psíquico revestido del espiritual — o en su zona de influencia.