Melquisedeque Zohar [JTMT]

Zohar

Tomo I — seção Lekh-Lekha

“Y Melkizédek rey de Salem trajo pan y vino”.

R. Simeón citó aquí el texto: “En Salem también está el tabernáculo” (Salmos LXXVI, 3).

Dijo: Cuando Dios decidió crear el mundo, primero produjo una llama de una lámpara centelleante. Sopló de un lado a otro, produciendo oscuridad y fuego y desde las reconditeces del abismo produjo cierta gota que juntó con la llama y de los dos creó el mundo.

La llama ascendió y se enroscó con la Izquierda, y la gota ascendió y se enroscó con la Derecha. Luego cruzaron y cambiaron los lugares, subiendo y bajando alternadamente y se entremezclaron y de entre ellos surgió un viento pleno.

Entonces esos dos lados fueron hechos uno y el viento fue puesto entre ellos y se entretejieron y hubo armonía arriba y armonía abajo; el grado fue firmemente establecido, la letra Hé fue coronada con Vav y la Vav con la Hé, y así la Hé ascendió y se unió en un vínculo perfecto.

A esto se refieren las palabras “Melkizédek —literalmente, rey de justicia- rey de Salem”- literalmente, completitud -,es decir, el rey que gobierna con soberanía completa.

¿Cuándo es él completamente rey?

En el Día de la Expiación, cuando todos los rostros están iluminados.

Según otra explicación, Melkizédek se refiere al mundo inferior y “rey de Salem” al mundo superior; y el versículo indica que ambos están inseparablemente intrincados, dos mundos como uno, de modo que el mundo inferior también es el todo, y el todo es uno.

“Produjo pan y vino”: que significa que hay en él ambos.

“Y fue sacerdote de Dios Altísimo”, es decir un mundo administra a otro. “Sacerdote” se refiere a la Derecha, y “Dios Altísimo” al mundo superior; y de aquí que se requiere un sacerdote para bendecir al mundo. Pues este mundo inferior recibe bendiciones cuando está asociado con un Sumo Sacerdote.

Hay, pues, una fuerza especial en las palabras: “Y lo bendijo, diciendo, Bendito es Abram para el Dios Altísimo”.

Según este modelo se conduce el sacerdote en la tierra para unir sus dedos cuando bendice en la sinagoga a fin de que pueda ser unido con la Derecha y los dos mundos estén ligados entre sí.

“Bendito es Abram”.

Las palabras del texto son un prototipo de la fórmula de bendición empleada por los israelitas.

“Bendito es Abram” en el sentido que acaba de indicarse, corresponde a “bendito eres Tú”.

“Al Dios Altísimo” corresponde a “oh Señor, nuestro Dios”.

“Poseedor del Cielo y la Tierra” corresponde a “Rey del Universo”.

Además, y lo bendijo indica el curso de la bendición de arriba abajo.

Y le dio un diezmo de todo, de modo que pudiese dirigirse al lugar donde estaba formado el vínculo con el mundo inferior.

Mientras iban caminando se cruzaron con R. Yesa y un cierto judaíta con el cual estaba explicando el texto: “A David: a ti, oh Señor, elevo mi alma”. (Salmos XXV, 1)

Dijo: ¿Por qué la dedicatoria de este salmo es simplemente: “A David” y no “un salmo a David”?

Es porque el sentido real es: “Por consideración a David”, es decir, a su grado.

“A ti, oh Señor”, es decir, anhelo hacia arriba; “mi alma”, es decir, David mismo, su grado original; “asciendo”, es decir, yo hago ascender, pues David siempre aspiró a un grado más alto para unirse a él firmemente.

De manera similar, fue por causa de su grado que David pronunció las palabras: “A David: Bendice al Señor, oh alma mía”, donde la palabra et indica su deseo de ser ligado arriba; “y todo lo que hay dentro de mí bendice su santo nombre” (Salmos CIII, 1), que se refiere a las “bestias del campo” que se llaman dentro.

R. Eleazar le dio a R. Yesa: “Veo que viniste en compañía de la Schejiná”.

Y él dijo: “Seguramente es así. Estuve caminando con él tres parasangas y me dijo tantas cosas excelentes y yo lo quise emplear como mi asistente sin saber que era la luz brillante que descubrí que era”.

Entonces, R. Eleazar le preguntó al hombre: “¿Cuál es tu nombre?”, y contestó: Yoezer. A lo que dijo: Que Yoezer y Eleazar se sienten juntos. Se sentaron así en una roca en el campo.

El de Judá comenzó su discurso sobre el texto: “Yo, yo soy aquel que borró tus transgresiones en consideración a Mí mismo y no recordaré tus pecados.” (Isaías XLIII, 25)

Dijo: La palabra “Yo” aparece aquí dos veces: una con referencia al Sinaí en Éxodo XX, 2; y la otra con referencia a la Creación del mundo, en Isaías XLV, 12, para mostrar que no hay división entre el mundo superior y el inferior.

“Que borró tus transgresiones”: No solo eliminándolas, sino de modo que nunca más volvieran a verse.

“En consideración a Mí mismo”: es decir, en consideración a la misericordia que Yo dispenso, como está escrito: “Pues el Señor tu Dios es un Dios misericordioso” (Deuteronomio IV, 3).

Otra explicación de las palabras: “Que borró tus transgresiones en consideración a Mí mismo” es la siguiente: Los pecadores en este mundo perjudican la influencia del mundo superior, porque cuando pecan, se apartan la misericordia y la luz superior, y la corriente de la bendición no desciende a este mundo, y este grado, de misericordia, no toma las bendiciones de arriba para llevarlas al mundo inferior. De ahí que Dios actúe “en consideración a Mí mismo”, para que la corriente de la bendición no sea retenida. De manera similar está escrito: “Ve ahora que Yo, Yo soy El” (Deuteronomio XXXII, 39) para demostrar que no hay división entre el mundo superior y el inferior.

Por lo tanto, cuando hay hombres justos en este mundo, son enviadas bendiciones a todos los mundos.

Cuando vino Abram, fueron enviadas bendiciones al mundo, como está escrito: “Y yo te bendeciré, y serás una bendición”, es decir, que en consideración a él habrá bendición arriba y abajo.

Cuando vino Isaac enseñó al mundo que hay un Juez que ejecuta juicio arriba para castigar a los inicuos, e invocó la justicia sobre el mundo para que sus habitantes temieran a Dios.

Cuando vino Jacob, él obtuvo misericordia para el mundo y perfeccionó la fe de los hombres en Dios.

De ahí que en los días de Abram, Melkizédek rey de Salem —Salem significa completitud -, es decir, Dios, cuyo trono fue entonces establecido en su lugar y cuya soberanía se hizo por eso completa, produjo pan y vino, es decir, produjo el alimento apropiado para todo el mundo y no retrajo la bendición de todos los mundos; de los grados superiores produjo El alimento y bendición para todos los mundos.

Y él fue sacerdote para el Dios Altísimo, hallándose así todo en el orden más perfecto; para mostrar que así como los inicuos dañaron al mundo e hicieron que se retrajera la bendición, así los justos traen la bendición al mundo y en consideración a ellos todos sus habitantes son bendecidos.

Y le dio un diezmo de todo, es decir, de las bendiciones que salen de “todo”, la fuente de todas las bendiciones que descienden sobre el mundo.

Según otra explicación, Dios dio a Abram un décimo, es decir, el grado en el cual se hallan establecidas todas las fuentes de fe y bendición, y que es el décimo, uno de diez y diez de cien; y desde entonces en adelante Abram estuvo plenamente confirmado desde arriba.

R. Eleazar le dijo: Lo que dices es exacto. Luego R. Eleazar le preguntó cuál es su ocupación, y contestó: Yo fui en mi ciudad maestro de niños hasta que vino R. Yose y me abandonaron y fueron a él. Sin embargo, la gente de la ciudad acostumbraba pagarme mi salario como antes. Y no quería yo tomar dinero que fuese gratuito y entré al servicio de este Sabio.

R. Eleazar dijo: Este es un caso en el que se requieren las bendiciones de mi padre.

Fueron a R. Simeón y el de Judá acostumbraba estudiar ante él todo el día. Un día estaba estudiando el asunto de la ablución de las manos y dijo: Quien no se lava las manos como es menester, aunque es castigado en el mundo futuro también es castigado en este mundo, porque pone en peligro su salud. Y de manera similar, quien lava sus manos como es requerido, procura para él mismo bendiciones arriba que permanecen sobre sus manos, y también es bendecido con riqueza.

Luego R. Simeón lo vio lavándose las manos con gran cantidad de agua y exclamó: Llena sus manos con tus bendiciones. Y así aconteció pues encontró un tesoro y llegó a ser rico y acostumbraba estudiar la Torá y dar sostén a los pobres cada día y sonreírles benignamente de modo que R. Simeón le aplicó el versículo: “Y te regocijarás en el Señor y te glorificarás en el Santo de Israel”.

  • Tomo II, Apêndices, I Haschmatoth, Sithre Torah
  • Tomo V, seção Metzora, seção Balac
  • Tomo VI, seção Eqeb. Raaiah Mehemnah