Raimundo Lulio — Filosofia Moral
De la templanza.
La templanza es aquella virtud por la cual los hombres están más sanos que por las otras virtudes, y por la cual vencen los apetitos ilícitos. La templanza más consiste por la igualdad que por alguno de los otros principios; por eso tiene mayor concordancia con la justicia que con otra virtud alguna, porque antes se ayuda con la justicia que con las demás virtudes, porque con la justicia mide las cosas lícitas, y con ellas se defiende de las ilícitas. También la templanza se ayuda con la fortaleza contra los grandes apetitos de comer y beber, en cuanto la fortaleza la conserva hasta que llega la justicia, que repele los apetitos demasiados, y multiplica los menores apetitos, para que sean iguales los apetitos en la potencia digestiva y retentiva. Y a esta misma igualdad ayuda la prudencia (sophrosyne — phronesis), que enseña las cautelas y modos por los cuales tengan los hombres templanza contra la gula, en cuanto en el principio ¡de la mesa, antes que comiencen a comer, les mueve a recordar, entender y amar la templanza, y aborrecer la gula y sus circunstancias. Y hace considerar a los hombres la poca utilidad del sabor, y el gran peligro de la enfermedad, que procede y viene de él, porque son muy recordados y amados los muchos y grandes sabores en las viandas. Por lo cual la prudencia (sophrosyne — phronesis) aconseja que se olviden aquellos sabores demasiados, y se recuerde la templanza, y se disponga para que sea habituada. De adonde, de la manera que cuatro hermanos o hermanas tienen modo y naturaleza, según el instinto natural, de ayudarse contra sus enemigos, así las virtudes cardinales tienen modo e instinto natural para ayudarse contra los vicios.