Rama Profecias

RAMA COOMARASWAMY — PROFECIAS
¿Han sido profetizadas todas estas cosas?
“Que a nadie de los que se hallen en esos días se le ocurra decir: ‘¿Qué más hizo Cristo? ¿Con qué virtud hace éste todas las cosas? Si Dios no lo quisiese no lo permitiría’. Pues para esto te anunció de antemano el Apóstol, diciendo: ‘Por esto el Señor les enviará tales ilusionismos que creerán a la mentira no porque esto les pueda servir de excusa, sino para que sea contra ellos un motivo de condenación’” (S. Cirilo, Catequesis. XV 17).

La interpretación de las profecías está siempre llena de peligros. Mientras que está claro que la Escritura contiene profecías, es sólo en retrospectiva que uno puede claramente constatar que “Dios ya lo profetizó de este modo”. Además el Espíritu del Mal se ha desplegado por la tierra desde tiempos inmemoriales y siempre ha disfrutado dando falsas interpretaciones de la Palabra de Dios y falsos enunciados y profecías que quiere hacer pasar por esa Palabra. Por eso parece importante considerar este aspecto del problema, si no por otras razones, sí al menos para destruir los argumentos de aquéllos que, a pesar de la evidencia contraria, continúan diciendo: “no puede ser” o “no ocurrirá”.

San Pablo nos advierte en su Segunda Carta a Timoteo de que “vendrá el tiempo en que los hombres no soportarán la sana doctrina” (4, 3) y él mismo dijo: “Yo sé que después de mi partida vendrán a vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño, y que entre vosotros mismos se levantarán hombres que enseñen doctrinas perversas para arrastrar a los discípulos en su seguimiento” (Hechos 20, 29-30). Tales profecías se han cumplido, por supuesto, a lo largo de la historia del Cristianismo, pero nosotros tenemos además una línea directiva. Sabemos que en algún momento de la historia un “Anticristo” se alzará y reinará como rey supremo. De hecho, su reino solo acabará con la Segunda Venida de Cristo en gloria. Pero aún se nos dice más cosas. San Pablo nos advierte en su Carta a los Tesalonicenses: “Que nadie en modo alguno os engañe, porque antes ha de venir la apostasía y ha de manifestarse el hombre de la iniquidad, el hijo de la perdición…” (2, 3-10). Tal como el Cardenal Newman apunta en su “La idea Patrística del Anticristo”, antes de la Segunda Venida de Cristo tendrá lugar el reino del Anticristo, y antes del Anticristo, tendrá lugar la apostasía, o usando las palabras del Cardenal Newman, “una espantosa apostasía”.

Existen otras indicaciones de los acontecimientos que precederán a la Segunda Venida. Así Cristo nos avisa en Mateo (capítulo 24) de que habrá “falsos cristos” y “falsos profetas que obrarán grandes señales y prodigios para inducir a error”… (24, 11.23s) y de que “por el exceso de la maldad se enfriará la caridad de muchos” (24, 11). El añade además: “cuando veáis todo esto, entended que está próximo, a las puertas… (24, 33). Cuando viereis. pues, la abominación de la desolación predicha por el profeta Daniel en el Lugar santo (el que leyere entienda), entonces los que estén en Judea huyan a los montes…” (24, l5ss).

Nosotros tenemos otros dos “datos” (el autor de este artículo acepta que es revelado como un “dato”), que tener en cuenta. Uno es el que S. Juan Apóstol nos dio hace unos 2.000 años en su Primera Carta: “Podéis conocer el espíritu de Dios por esto: todo espíritu que confiese que Jesucristo ha venido en carne es de Dios; pero todo espíritu que no confiese a Jesús, ése no es de Dios, es del anticristo, de quien habéis oído que está para llegar y que al presente se halla ya en el mundo”. (4, 2-3); y S. Pablo declara: “Y ahora sabéis qué es lo que le contiene hasta que llegue el tiempo de manifestarse. Porque el misterio de iniquidad está ya en acción; sólo falta que el que le retiene sea apartado de en medio”. (2 Ts 2, 6-7).

Resumamos ambos “datos” con las palabras del Cardenal Newman:

“La Venida de Cristo será inmediatamente precedida, en verdad, por una espantosa e incomparable manifestación del mal, llamada por San Pablo Apostasía, una “caída”, en medio de la cual aparecerá un terrible Hombre de Pecado e hijo de perdición, el especial y singular enemigo de Cristo, o sea, el Anticristo; esto será cuando prevalezcan las revoluciones y cuando la actual estructura de la sociedad sea rota en pedazos; y que al presente el espíritu con el que él se encarnará y personificará permanece bajo ‘los poderes que existen ahora’, mas cuando éstos se disuelvan, él se alzará de su seno y unirá a todo el mundo a su particular y malvada manera, bajo sus propias reglas, con la exclusión de la Iglesia”.

*ABOMINAÇÃO DA DESOLAÇÃO
*A MARCA DA BESTA