Un maestro pagano dice que lo Uno ha nacido del Dios supremo. Es su peculiaridad ser uno con lo Uno. Quien lo busca por debajo de Dios, se engaña a sí mismo. Y en cuarto término dice el mismo maestro que esto Uno en el fondo no tiene amistad con nada fuera de las vírgenes o niñas, según dice San Pablo: «A vosotras, vírgenes castas, os he desposado y prometido a uno solo» (2 Cor. 11, 2). Y el hombre debería ser exactamente así porque Nuestro Señor dice: «Un solo hombre se marchó». TRATADOS DEL HOMBRE NOBLE 3
Dije cierta vez: «Las vírgenes le siguen al cordero dondequiera que vaya, inmediatamente» (Apocal. 14, 4). En nuestro caso hay algunas vírgenes, mas otras no son vírgenes y, sin embargo, se imaginan serlo. Aquellas que son vírgenes de verdad, le siguen al cordero dondequiera que vaya, en lo penoso como en lo agradable. Algunas le siguen al cordero cuando avanza en medio de la dulzura y comodidad; pero, cuando marcha hacia el sufrimiento y el infortunio y el trabajo, se dan vuelta y no lo siguen. A fe mía, éstas no son vírgenes, parezcan lo que parecieran. Algunos dicen: Y bien, señor, yo podré llegar allí en medio del honor, de las riquezas y de la comodidad. ¡Por cierto! si el cordero llevaba semejante vida y os precedía así, yo os permito de buen grado que (lo) sigáis de la misma manera, (mas) las vírgenes corren detrás del cordero por los estrechos y las tierras lejanas y por dondequiera que vaya. SERMONES: SERMÓN XI 3
San Juan vio a un cordero de pie sobre la montaña de Sión, que tenía escrito en su frente su nombre y el nombre de su Padre y con Él estaban ciento cuarenta y cuatro mil. Dice que eran todos vírgenes y cantaban una canción nueva que no podía cantar nadie sino ellos y le seguían al cordero dondequiera que iba (Apoc. 14, 1 a 4)2. SERMONES: SERMÓN XIII 3
Él (=San Juan) dice: «sobre la montaña». ¿Cómo debe hacerse para llegar a tal pureza? Eran vírgenes y se hallaban arriba, sobre la montaña, y estaban desposadas con el cordero y se habían enajenado de todas las criaturas y seguían al cordero dondequiera que iba. Algunas personas lo siguen al cordero mientras les va bien; pero regresan cuando las cosas no suceden según su voluntad. Mas, ésta no es la idea, porque él dice: «Le seguían al cordero dondequiera que iba». Si eres una virgen y desposada con el cordero y te has enajenado de todas las criaturas, entonces le sigues al cordero dondequiera que vaya, y no (puede ser) que pierdas la serenidad cuando te sobrevenga un sufrimiento por tus amigos o por ti mismo como consecuencia de alguna tentación. SERMONES: SERMÓN XIII 3
En una visión San Juan vio un corderito de pie sobre la montaña Sión y con él estaban cuarenta y cuatro, que no eran terrestres ni tenían nombre de mujer. Eran todos vírgenes y se hallaban lo más cerca del cordero, y adonde se dirigía el cordero, lo seguían y cantaban todos una canción especial junto con el cordero y llevaban escritos en la frente de su cabeza su nombre y el de su Padre (Cfr. Apocal. 14,1 a). SERMONES: SERMÓN XIII 3