curar (Eckhart)

Séneca, un maestro pagano, dice: De las cosas grandes y elevadas hay que hablar con sentimientos grandes y elevados y con el alma sublime. Dirán también que estas enseñanzas no se deberían decir ni escribir para la gente iletrada. A eso digo: Si no se debe enseñar a la gente iletrada, nunca nadie llegará a letrado y en consecuencia nadie sabrá enseñar o escribir. Porque se enseña a los iletrados para que de iletrados se conviertan en letrados. Si no hubiera cosas nuevas, nada llegaría a ser viejo. «Los sanos – dice Nuestro Señor – no necesitan de medicamentos» (Lucas 5, 31). El médico está para curar a los enfermos. Pero si alguien interpreta mal esta palabra ¿qué culpa tiene el hombre que pronuncia con sinceridad esta palabra verdadera? San Juan les predica el santo Evangelio a todos los creyentes y, sin embargo, comienza el Evangelio con lo más sublime que un ser humano puede afirmar de Dios en esta tierra; y resulta que también sus palabras, al igual que las de Nuestro Señor, han sido muy mal interpretadas. TRATADOS EL LIBRO DE LA CONSOLACIÓN DIVINA 3

Dice un maestro: Dios es algo que obra eternamente, indiviso en sí mismo, (y) que no necesita de la ayuda de nadie ni de herramienta alguna y perdura en sí mismo, no necesita nada, pero todas las cosas necesitan de (este algo) y hacia ello tienden todas las cosas como hacia su última meta. Esta meta no tiene ningún modo definido, se emancipa del modo y se va extendiendo. Dice San Bernardo: Amar a Dios es modo sin modo. Un médico que quiere curar a un enfermo, no tiene ningún modo (determinado) de salud en el sentido de lo sano que quiere hacer al enfermo; pero sí tiene (un) modo con el que lo quiere curar; mas lo sano que lo quiere hacer, no tiene modo determinado: tan sano como él es capaz (de hacerlo). Para la medida del amor que le debemos tener a Dios, no existe modo (determinado); debemos amarlo tanto cuanto seamos capaces de hacerlo; esto no tiene modo. SERMONES: SERMÓN IX 3