Nicoll Rico e Mordomo

Maurice Nicoll — A FLECHA NO ALVO

A PARÁBOLA DO MORDOMO INFIEL (cont.)

Nos será más fácil entender esta parábola si tomamos a Jesucristo como al ‘hombre rico’, como al señor de las riquezas de verdad, del mundo justo. El mayordomo es alguno de sus discípulos, o sea alguien a quien se le enseña, como en una escuela. Los deudores que tanto deben, que en realidad lo deben completamente todo (la cifra 100 tiene este sentido intrínseco), son los que pertenecen al mundo exterior o al Mammon de maldad. Por alguna razón se dice al mayordomo que no puede seguir siéndolo de las riquezas de verdad. Por consiguiente, ha de volver al mundo de Mammon. El tema de la parábola es la manera como lo hace. No puede servir a Dios y a Mammon a la vez, pues eso se indica de un modo expreso en el comentario. No puede volver al mundo de lo no-cierto y sumirse en los intereses y ambiciones que lo animan, pues así no serviría a Dios. Pero tiene que dejar la escuela en la que ha estado sirviendo de mayordomo. Y concibe un plan mediante el cual sigue siendo mayordomo, sólo que ahora del mundo o las riquezas de maldad. Y cuando lo ha puesto en práctica, cuando lo ha realizado, se le llama el mayordomo del mundo injusto, el mayordomo de lo de Mammon, pero en forma alguna el “mayordomo malo” como se ha traducido. Su plan le permite utilizar el mundo injusto y por eso Jesús lo llama phronimos, o sea hábil, inteligente, agudo. Se hace amigo de Mammon y se le recibe en la morada de este siglo (y no en la eternidad). ¿En qué consiste este plan? Lo que el mayordomo resuelve hacer es bueno, es un buen plan, puesto que Jesús lo alaba y comenta que quien no es fiel en lo muy poco, no podrá serlo en lo mucho y, por lo mismo, no podrá recibir las riquezas de verdad. El plan que el mayordomo lleva a cabo en lo ‘muy poco’, o sea con relación a Mammon o los deudores, se conecta en los propios comentarios de Jesús con la idea de ser fiel. El plan es que el mayordomo resuelve perdonar algunas de las deudas de ‘los hijos de este siglo’, empleando su autoridad para que las reduzcan en un tanto. El significado extraordinario y profundo que contiene esto, es que el mayordomo arroja sobre si mismo parte de estas deudas. Se hace responsable de una porción de las faltas del mundo, y de este modo hace que todo sea posible para ellos, los deudores. Esto es ser fiel en lo muy poco, pues la idea de la fe en los Evangelios es relacionada a menudo con el poder de hacer que las cosas del mundo sean menos de lo que son. En los Evangelios siempre se significa que el poder de la fe es un poder transformador. El mayordomo es fiel en lo muy poco porque ha transformado la situación de algunos de los deudores. En virtud del conocimiento obtenido acerca de las riquezas de verdad, el mayordomo ha hecho posible que los deudores de su señor tengan un nuevo punto de partida. Mediante el poder de su fe hace la vista gorda ante muchas cosas y hasta aquellas que algunos de los deudores también saben; de este modo continúa siendo mayordomo, pero de Mammon y de los deudores. Y en la idea de hacerse amigo de las riquezas de maldad también va implícito otro significado: que reteniendo el conocimiento obtenido como mayordomo de las riquezas de verdad, y sin tornarse negativo hacia lo que ha sufrido personalmente, se vuelve hacia el conocimiento del mundo y de ‘los hijos de este siglo’ que son más phronimos, más sagaces y más hábiles —a su modo— que los ‘hijos de luz’. Pues si el hombre ha obtenido algún conocimiento y comprensión de las riquezas de verdad y no las niega, aun bajo las pruebas más difíciles, hallará que todo lo que lee y estudia, cuanto pertenece al mundo corriente, le ayuda y le confirma en su punto de vista. Porque en virtud de lo que ha aprendido, podrá discriminar entre lo útil y lo inútil, entre lo verdadero y lo falso. Tendrá un ejemplo de apoyo que se lo haga posible.

La parábola trata de un hombre en cierta etapa de desarrollo, o sea de quien ha emprendido el regreso y ha recorrido cierto trecho del camino que con tan singular claridad muestra la parábola del hijo pródigo. Llega a un punto en que se le dice que vuelva al mundo. El punto central de esta discusión es ¿cómo lo hace? La parábola muestra que tal hombre, en tan difícil situación, lo hace como es debido.